¡Maldito Grifo!

La Cordillera de Draka, el cordón montañoso más grande de Ishler, y lugar que origina el río Khon.

— Está muy alto...

Se preguntarán por qué estoy colgando de un acantilado a varios miles de metros del suelo. Bueno, estoy cazando un Grifo. Sí, ya sé lo que dirán: "James, esas cosas no existen. Deberías cazar dragones como la gente normal". Pues, no fue decisión mía en primer lugar, claro que no, fue de Lord Rick, mi padre. Un héroe, gran sujeto, buen Lord; pero pésimo padre.

Les daré un resumen de los hechos para que entiendan mi situación.

Provengo de la ciudad de Drakeon, una ciudad de cazadores de dragones, un oficio en el que puedes ganarte el respeto de todos por cazar uno, o ganarte un pase directo a uno de los tantos espacios reservadas en el cementerio para quienes fracasan, que es básicamente el 90% de los casos. Y eso si es que queda algo tuyo que enterrar. Mi padre está dentro de ese 10 % de los que han cazado uno, por eso es considerado un "héroe".

En fin, ya habiendo dejado claro el hecho de que yo soy un cazador de dragones, me dieron la ridícula misión de "Cazar un Grifo".

Inicio del flash back.

— ¿"Grifo"? — miro a mi padre. — ¿Hablas en serio?

— Sí, ahora lárgate.

Fin del flash back

Bueno, eso fue lo que pasó. Y no pude rechazar la misión.

La información que recibí fue literalmente un acertijo.

"Donde el sol se fragmenta y la gente se ríe cuando lo encuentra"

En verdad creí que era una estúpida broma.

Debo decir que no fue difícil descifrarlo, ya que es bien sabido que el río Khon es el lugar más explotado por los campesinos que buscan oro; y obviamente, se reían como desquiciados al encontrar el pequeño tesoro.

Sé que esa cosa es mitad águila y mitad león, así que asumí que lo "encontraría" en lugares altos, como las montañas. Aunque no creí que lo encontraría. De hecho ¡No debía de haberlo encontrado porque no debía de existir!

Pero sí, existe, vive oculto en las montañas, es quien le da vida al río Khon, mantiene vivo al bosque, produce las ventiscas y tormentas, y apaga el fuego producido por los rayos en los árboles.

Definitivamente, no podría cazar a esta criatura. Hacer eso significa darle muerte a todo este lugar. Simplemente no puedo.

Pero ¡Esta cosa no me quiere creer y me dejó colgado en este acantilado! ¡Y lo peor de todo es que se mantiene revoloteando frente a mí con un expresión de diversión en su cara de pájaro!

— ¡Ya te dije que no le diré a nadie...! — le suplico mientras siento que la brisa producida por él me mueve de un lado a otro haciendo que me aterre cada vez más debido a la altura.

Admito que es una criatura majestuosa y todo; pero también admito que lo odio por jugar conmigo.

— ¡Maldito Grifo!

Fin