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LaRusso

Lo que veía era el, sangrando, su rostro sangraba, el conductor borracho se fue corriendo, alguien lo pudo atrapar.

Veía, como su linda camisa azul claro, en la parte del cuello, tenía manchas de sangre, lo único que pude hacer es moverlo y pedir ayuda, no podría cargarlo, no podía, era muy pesado.

Es la cosa que nunca espere que sucediera, todo por mi culpa.

Llegó la ambulancia, bajaron, se lo llevaron, yo quise subir, me aceptaron.

[...]

No veía a nadie llegar, no veía a ningún familiar, llegó mi mamá y el Señor Miyagi.

-¡Daniel!, cariño- Fue mi madre a abrazarme- ¿Que diantres haces aquí?

-Pudo ser peligroso- interrumpí a ambos

-¡Fue peligroso para el!, de echo, no fue para mi, sino a él. Ahora, está en un echo de vida o muerto, por mi culpa- Dije en mi tono fuerte

-¿Pero que diantres hacías con el?

-El  y yo somos amigos- Me calle, mejor me senté.

Abrace mis piernas, sentí el abrazo de mi madre y del Señor Miyagi.

Tiempo Atrás

Omnisciente

LaRusso cantaba victoria al llegar a la escuela, era el ganador.

Se topó a Lawrence, que hizo caso omiso.

Abrazaba fuertemente a su querida Ali.

Él recordaba lo de ayer, en cómo fue Lawrence fue regañado por parte de su sensei Kresse.

El oía una conversación de fondo, que no tomo mucho la atención.

[...]

En el salón, al sacar uno de sus tantos cuadernos, se encontró una carta y un chocolate en forma de un conejo.

Afueras del salón después de la clase la leyó.

"Te veo tan feliz y me encanta, se que nunca estaré contigo, tú la amas, locamente la amas, la veo a ella y me imagino a mi, me imagino a mi en ves de ella, estar en su lugar, porque ella te tiene en tu vida, y mi vida sería completamente bella contigo. Pero no puedo tenerte, tú eres feliz con ella, no lo puedo impedir."

Una letra que era muy divina, ¿Quien sería aquella bella dama que le habrá escrito y plasmado sus sentimientos en un hoja de papel?, no lo sabría.

[...]

El viernes recibió una carta igual.

La leyó nuevamente.

"Que tengas un buen fin de semana. Te espero el lunes, aunque no sepas quien soy, te esperare, campeón. Campeón del karate y el ganador de mi corazón."

Esbozaba una sonrisa, no sabía quien era esa doncella, pero lo volvía loco.

Llegó aquel inesperado chico apareció.

-Hola Daniel- Saludó

-¿Vienes a molestarme?

-Se que ha pasado un montón de tiempo, pero felicidades por ganar, dile al señor Miyagi que gracias por defenderme- Era una voz cálida pero desconfiada para LaRusso.

Él solamente se retiró.

-¿Quieres ir a mi casa?, te invito- Dijo de manera amable

-¿Para que me molestes?, no gracias

-Daniel espera- Estaba cerca de él- Prometo que no será para eso.

Parecía, que no le había alcanzado a escuchar.

[...]

El lunes, recibió otra en su casillero.

"Tengo las máximas ganas de estar contigo, pero el miedo a que rechaces, me acorrala, me hace ir a lo más oscuro para que no me veas"

[...]

Otra igual en clase.

"No quiero ser el pan integral que comes porque te hace bien, quiero ser esa dona de chocolate que comes por que te encanta"

Una sonrisa se formó, el amaba a Ali, pero esa chica lo enamoraba más que nunca.

[...]

Todo los días de la semana, Johnny pedía que Daniel fuera a su casa, pero, siempre era ignorado.

Hasta que llegó a un punto en que, fastidiado, aceptó.

-¿En serio?, ¡Muchas gracias de verdad!

-Adiós- Dijo en saco

-¿Voy por ti a tu casa?

-Como quieras

[...]

Fue de tarde, Johnny, más que feliz, llegó.

El camino fue silencio absoluto, mientras, LaRusso leía aquella carta, "Dona de Chocolate", era una Dona de Chocolate en la vida de aquella chica.

Se imaginaba una bella cabellera, vestida de ceda fina, el rostro tallado por miles de ángeles.

-¿Que miras?- Law dio la voz

-Una nota

-¿Puedo verla?

-Estas conduciendo, vamos a tener un accidente- La guardó en su pantalón

El rubio volteó a ver enfrente, siguiendo manejando.

[...]

A partir de ese día, no se le volvió acercar.

Mientras el castaño seguía recibiendo cartas.

"Quisiera ser el vaso que tomas, para sentir tus labios"

[...]

Esas notas desaparecieron, ya no mandaba.

Cada vez se olvidaba de que había alguien quien posaba sus sentimientos con tinta reflejado en un blanco papel.

Aquel rubio se le acercaba con continuidad, más, no fue notado.

Hasta un lunes, en hora del almuerzo, se ha dado cuenta de otra nota.

"Olvídame para siempre. Nunca podré agarrar con tal delicadeza tu mano que anhelo. Te anhelo a ti, no solo tú mano, eso me inspira a vivir."

Una vez más, sin firmar.

Un Secreto De CobraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora