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La noche era fría, casi siempre lo eran, sobre todo en una cuidad tan peligrosa como Gotham.

Su cuerpo se balanceaba de tejado en tejado, la noche era joven al igual que ella, tenía que aprovechar su última noche de libertad como diría su madre, observaba a las personas, la mayoría no se daba cuenta que eran observadas por alguien, parecía un gato aunque realmente no lo fuera pero sus orbes verdes resaltaban con el brillo de la luna.

No controlaba algún tipo de magia, pero solía tener algunas que otras visiones, no sabia si era una maldición o una bendición, intentaba tomarlo a la ligera y fingir que era normal, aunque no lo era, para sus 17 años de edad había vivido cosas extrañas desde su punto de vista.

Habia dejado su carrera de "heroína" en busca de una vida normal aunque dentro de si supiera que su vida era todo menos normal. Algunos héroes la conocían pero no conocían su identidad a demás de los que alguna vez fueron sus mentores o héroes realmente cercanos, era mejor que no supieran, no quería involucrar su vida personal con su vida laboral.

Mientras esta observaba a las personas que pasaban por los callejones y calles, también era observada por otros.

Había captado la atención de los cuatro, pero sobre todo la de uno, el menor, Robin, observaba como la fémina caminaba sobre el tejado de una casa, ¿Quién rayos era? Se preguntaba mientras vigilaba sus movimientos, no era normal ver a una figura femenina sobre un tejado a mitad de la noche, jugaba con sus dedos como si pudiera controlar algo, su traje no era algo muy elaborado, quizás lo necesario.

-Andando Robin, ya sabemos que no es una amenaza -Comento el mayor de los cuatro, Nigthwing, aún así su mirada se mantenía en la figura fémina aunque quizás su mirada era muy obvia como para que esta volteara y mirara a donde este se encontraba. Sus ojos resaltaban en la oscuridad, no lograba ver su rostro a excepción de sus ojos hasta que Hood se dio cuenta llevándose a rastras al menor.


[...]

Habían pasado unos cuantos años desde su último entrenamiento con la amazona, se arrepentía de algunas decisiones que había tomado en el pasado pero no podía retroceder el tiempo.

Quizás se arrepentiría de esto más tarde.

-Señorita Kyle, sígame por favor, el amo Bruce estará encantado de verla- alfred, como no quererlo, lo conocía desde que era una mocosa, o bueno cuando visitaba la mansión Wayne.

Llevaba bastante tiempo sin visitar la mansión, había ocasiones en las que Bruce visitaba a mi madre pero no era igual que estar acá.

-Pase por favor, el la espera -agradecí antes de entrar a la oficina de Wayne, al entrar pude notar como todo estaba organizado y la luz del sol iluminaba el lugar, Bruce, el estaba sentado mirándome como si tratara de adivinar porque estaba acá.

Es agradable tenerte de visita, ___, aunque no esperaba que Selina te dejara quedarte -comentó, tenía razón, tampoco esperaba que mi madre me hubiera dicho que si pero esta no quería que me quedara sola en una cuidad como Gotham a lo que acepto la propuesta de Bruce, ninguno de sus niños se encontraba en la mansión.

-Tampoco esperaba quedarme pero acá me tienes, espero que no te moleste aunque fuiste tu el de la idea -podría ir con alguien más en caso de que no me pudiera quedar acá pero quería estar completamente segura.

No es ninguna molestia, nos hace falta una presencia femenina, conoces el lugar y tu habitación, solo te comento que tengas cuidado con Damián, mi hijo, es algo testarudo pero confío en ti y en tus habilidades -su seriedad me asustaba, había escuchado algo sobre Damián, era el menor de los Wayne, el nuevo Robin y también sabía que provenía de una familia de asesinos por parte de su madre.

-Gracias de nuevo y no te preocupes, tengo todo controlado, me retiro, buen día -al salir camine con las maletas que llevaba al igual que con la maleta de Sky, Sky, gata que habíamos adoptado con mi madre cuando yo tenía al rededor de 14 años, desde ese entonces se había convertido en mi compañera de habitación. Al entrar a la habitación note como algunas cosas habían cambiado, durante un tiempo había estado acá cuando era mucho más joven debido a la relación que tenían Selina y Bruce pero eso no duro mucho y tuvimos que regresar a donde vivíamos antes.

La luz del sol iluminaba la habitación, desde la ventana se podía observar un bonito paisaje, el cual era el jardín, estaba muy buen cuidado, pero pronto noté una figura detrás de mi a lo que me puse a la defensiva.

Ágilmente pude agarrar el brazo de la persona y tirarla al suelo para hacer una llave con mi piernas.

-Parece que ya se conocieron, señorita Kyle le pido que suelte al joven Damián- Damián, mierda, el hijo de bruce, ante las palabras de Alfred solté al susodicho y me levante.

-Lo lamento.

Así que esta es la grandiosa hija de Kyle, mantente alejada de mi, no soy como los demás, está es mi casa y el que manda acá soy yo además de padre -se fue sin antes darme una mala mirada, no me caía bien, eso lo tenía asegurado con su mirada.

-Ignore lo, el es así, se irá acostumbrando a su presencia, la dejo para que continúe acomodando sus cosas, buen día.

Cerré la puerta luego de que Alfred se fuera, en que me había metido, quizás haberme mudado con Dick no hubiera sido mala idea.

Pero tenía todo controlado.































O eso creía.

¡¿Tu Eres Ella?! (Damián Wayne Y Tu)[EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora