Capítulo 12: esa otra chica.

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La abuela Muriel había vivido con Erin desde que ella había entrado a la universidad

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La abuela Muriel había vivido con Erin desde que ella había entrado a la universidad. Desde entonces, habían desarrollado confianza y amor entre ambas como si se tratara de madre e hija. Fiona era su madre y se dedicaba a la publicidad; mientras que Kellan, era veterinario. Este último, había recibido una gran oferta de trabajo que involucraba dejar el país y Erin, no sabía -hasta pasado un tiempo-, que aquella oferta se extendería en el tiempo. Su esposa no pensaba estar separada de él, por lo que se ofreció a acompañarlo en su travesía.

Se trataba de un trabajo filantrópico para salvar ciervos rojos que se encontraban enfermos en un campo abierto muy cerca de la ciudad de Wicklow en Irlanda. La familia Burke, vivía en la ciudad de Waterford y todos los días viajaban en un auto de alquiler por una hora hasta el pequeño campamento que habían creado miembros de la fundación para la que él trabajaba. Por otro lado, Fiona pasaba la mayor parte del tiempo enviando hojas de vida, aunque no había oportunidades que se acoplaran a su perfil. Debido a ello, optaba por quedarse en casa y en ocasiones a acompañar a su esposo. Por otro lado, Alexa, la hermana mayor de Erin, decidió ir a Irlanda para recordar su infancia y probar suerte por una oferta de empleo como odontóloga mientras ellos trabajaban. Aunque Erin no lo sabía, Alexa no soportaba la idea de pasar una temporada con su hermana menor y con la abuela Muriel. Finalmente, tras cuatro años, Fiona, Kellan y su hija, estaban de vuelta en los Estados Unidos; razón por la cual, la abuela Muriel se iba de vuelta a Waterford y ellos se quedaban con Erin.

En el aeropuerto, Erin y su abuela se encontraban esperando a por su familia. Por la puerta uno, salieron tres personas: una mujer morena con una panza abultada que caminaba junto a un hombre pelirrojo que, por sus rasgos, surcaba los cuarenta años. Junto a aquella pareja, una chica muy parecida a Erin (no se podía negar su parentesco) alta, de cuerpo atlético y con su pelo color azabache peinado en trenzas. Todos iban arrastrando sus maletas, mientras sonreían hacia la chica y la anciana que los esperaban.

-¡Mamá! -exclamó Fiona abrazando a la anciana, luego adoptó la misma actitud para saludar a su hija-. Erin, qué gusto verte.

El señor Burke saludó a su suegra y a su hija, respectivamente. Alexa saludó a ambas con un beso y un abrazo, situación que tomó a Erin desprevenida.

-¿Qué tal estuvo Irlanda? -quiso saber Erin.

-Maravilloso -contestó su hermana con una sonrisa-. La casa está ubicada junto al lago, el clima es precioso, la arquitectura, las personas... -Suspiró-. Extrañaré ese lugar.

-Ahora, la abuela Muriel debe ir a la sala de espera -comenzó a decir Kellan-. Si no estoy mal, el vuelo de ella es en dos horas.

-El tiempo se pasará demasiado lento -advirtió la abuela.

-Me harás mucha falta, nana -expresó Erin abrazando a la anciana, evitando consigo romper en llanto-. Me quedaré acompañándote, si lo deseas.

-Pierde cuidado, cariño -le respondió su abuela-. Supongo que tienen mucho para hablar todos ustedes, ha pasado mucho tiempo. Erin ya tiene novio y pasa mucho tiempo afuera los últimos meses.

Despiadada Venganza © [disponible en físico] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora