fresas en invierno. (tsukiyama¡!)

j.

"El amor es curioso,
experimental y
traicionero pero creo
que ambos hemos
aprendido que nunca
será doloroso,
¿No es así, Tsukki?"

No editado.

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Rememora en su mente entonces recuerdos lejanos de su niñez.

La primera vez que Tsukishima le besó (aunque no hubiera sido precisamente en los labios, sino en una peca) fue como ese día, un día de invierno. Los dos comían fresas y se reían.

Le inunda en el pecho entonces una sensación que nunca había sentido: amor.

Es cálida y embriagante, y sube como espuma desde sus piernas hasta su pecho.

Quita su mirada de la carta la presiona contra su pecho y mira a Tsukishima; unos cuantos pasos de él, tan cerca, tan cerca que puede simplemente caminar y besarlo.

O golpearlo. Quiere hacer las dos cosas, está tan pasmado que no sabe cuál elegir de las dos.

-Creo que deberíamos hablar esto en un lugar más apropiado -suelta Yamaguchi, no puede evitar sentirse débil, abre la puerta de su casa y entra a pasos nerviosos.

Tsukki le sigue desde atrás.

El pecoso junta sus manos y juguetea con ellas.

-Esa noche, la noche en la que me dejaste solo en el parque, lloré durante tal vez, una eternidad -es lo primero que dice Yamaguchi una vez que toma asiento en su sofá, lo primero que se le cruza en a la cabeza para decir.

Hay un corto silencio, hasta que el rubio se sienta a su lado.

-Lo siento mucho -le responde Tsukki, con una voz extrañamente amable.

Yamaguchi sonríe nostálgicamente y asiente, en una muestra de que ha tomado sus disculpas.

-Yo también creo que te he amado desde siempre -confiesa Yamaguchi, en voz baja y reflexiva pero al igual confundida -pero tenía miedo. Porque creía que no me querías. Porque parecías tan harto de mí... y de todo el mundo. No creí que volverías, creí que simplemente fingiríamos que nada pasó y nos distanciaríamos pero... aquí estás. Y eso me pone muy feliz -tan pronto como termina, se echa a llorar, esconde su rostro entre sus manos y se dedica a derramar un montón de lágrimas que caen sin piedad de sus ojos.

Tsukki medita una respuesta y suspira.

-¿Qué eres tonto? -le responde, pero tal como aquella noche, se acerca y lo apoya contra su pecho -te emocionas mucho por una carta pero creo que te entiendo. Sí, supongo que yo también tenía miedo. Por favor no llores.

Felizmente aún con las lágrimas escurriéndole del rostro, Yamaguchi lo toma del cuello y se acerca para besarlo.

Tsukki sorprendentemente, no tarda en seguirle el paso y lo toma por el cabello; con su pulgar traza una línea firme e invisible de su cuello a su clavícula.

Tsukishima disfruta esa sensación, ese cosquilleo que sube desde su pecho a su garganta y que se mantiene dentro de él.

Es un beso febril pero también suave.

El pecoso se aparta, con la respiración entrecortada, aún con la carta entre sus manos.

-Júramelo -murmura Yamaguchi mirando al otro a los ojos, y con la carta ya arrugada en sus manos -júrame que todo lo que dices aquí es cierto.

Tsukishima se queda mirándolo por otro largo período de tiempo; le sonríe y le besa el cuello.

-Lo juro.

Y mientras ambos se besan en aquel sillón desgastado, explorando el cuerpo del otro y dándose ligeros roces con las manos, tocándose en lugares que nunca se habían tocado y besando otros más, Yamaguchi se siente como nunca antes se había sentido con otras personas: amado.

«Tal vez este amor no sea para siempre pero quiero mantenerlo aquí hasta que me sea posible»piensa.

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Y, el siguiente es el epílogo. Lamento las tardanzas y eso, tomen agua.🌷