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"Podría destruirme,
solo porque tus labios
pronunciarán mi nombre
y tus ojos me dejarán
perplejo. Solo porque
tocaras mi cabello"









No editado.

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No tendría por qué preocuparse, ¿verdad?

Yamaguchi se encontraba inquieto de una forma única.

Y la razón de su inquietud era que Tsukishima le estaba ignorando completamente.

Había tratado de disculparse por no haber llegado en el receso pero ni de eso había tenido la oportunidad. Quería explicarle que, después de haber dejado a Yaichi el postre de manzana una chica de la clase B se le había acercado a preguntarle por él.

Le tomó del brazo y le comenzó a platicar lo mucho que le gustaba Tsukki. Los celos de Yamaguchi comenzaron a arderle en la garganta.

"Me gusta mucho Kei Tsukishima, y tú cómo su amigo ¿me ayudarás a decirle no? ¡Podrías ir a decirle justo ahora a decirle Tamaguchi!" No.

No.

Yamaguchi se encontraba tremendamente incómodo y celoso de aquella chica que ni el nombre sabía, el pecoso se excusó mintiendo que no sabía dónde podría estar Tsukki y terminaron en una búsqueda por toda la escuela en que Yamaguchi intentaba persuadir a la chica para que no encontrase a su mejor amigo y le confesase sus sentimientos.

Afortunadamente para él, todo eso terminó cuando el receso se dio por acabado y Yamaguchi tuvo que regresar corriendo a su aula.

Se sentía un poco arrepentido por haberle mentido a aquella chica. Aunque solo un poco.

—Ah, Tsukki aquí tienes el lápiz que me prestaste la otra vez...

—Quédatelo —respondió el rubio, hastiado.

—Ah, gracias Tsukk-

—Dios bendito, ¿cuándo dejarás de hablarme?

Eso hizo que Yamaguchi mantuviera la boca cerrada por el resto de sus clases.

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Se hallaba  increíblemente desconcentrado durante los entrenamientos.

Ni siquiera había dado ni una con su famoso pase. Yamaguchi estaba... distraído.

Y la razón sencillamente era que Tsukki le seguía ignorado. El pecoso no entendía, nunca le había pasado con Tsukishima con quien no tenía razones para pelearse.

Cuando el entrenamiento se dio por finalizado. Yamaguchi se apresuró en guardar sus cosas y salir del auditorio donde entrenaban para después acercarse a su amigo de la infancia.

—Tsukki, ¿nos vamos? —preguntó el chico alegremente al rubio que se encontraba hincado acomodando su mochila para marcharse.

—Hoy no podré ir contigo, tengo cosas que hacer —contestó Tsukki sin siquiera voltearse a mirarlo —vete sólo.

—Oh... está bien, ¡nos vemos mañana! —dijo Yamaguchi torpemente.

Suga pasó a un lado del pecoso despidiéndose a lo cual el chico respondió felizmente.

"Tal vez debería quitar la red y limpiar, no vi que se quedase nadie y alguien debería de hacerlo" razonó Yamaguchi dando media vuelta para entrar de nuevo al auditorio.

fresas en invierno. (tsukiyama¡!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora