EL ELEGIDO • [YiZhan ABO]

V

En la cálida cama cubierta de pieles y plaga del aroma del Alpha, Xiao Zhan dormía plácidamente con una mano sobre su gran vientre. Mediante más avanzaba su embarazo, más sueño tenía. Y con el extremo cuidado de su Alpha, si antes no hacía casi nada ahora Zhan hacía menos.

Desde la ceremonia de su boda hasta la fecha, Yibo trató a Zhan como lo más valioso en su vida. Su tesoro. Más que su propia vida. Además con la futura llegada de los dos próximos príncipes de la Isla, el Alpha estaba muy ansioso y preocupado por la salud del delicado Omega.

Zhan a diferenciua de Yibo estaba muy tranquilo. Y un poco impotente por ser atendido por su mínima solicitud, incluso si deseaba pelar una fruta, ya había terceros que lo harían en su lugar. A pesar de vivir en este entorno desde pequeño, Zhan se sentía un poco cansado pero al ver la preocupación y el miedo oculto en los dorados ojos de Yibo, Zhan lo dejo pasar.

Solo es lo de siempre multiplicado por dos.

Por lo que solo se relajo y espero a dar a luz a sus dos hijos. A diferencia de una beta, el parto de un Omega es mucho más fácil y seguro. Según las palabras del abuelo chamán y el curandero de la Tribu, los dos príncipes nacerán en tercia sexta luna y ya faltaban algunos días para que ese gran día.

Por lo que Zhan no salía mucho de la comodidad de su hogar. Las amables Mariposas de Alas de Cristal, con las que Zhan estaba familiarizado, le hacen compañía todo el día.

Desde su niñez hasta la adultez, esas hermosas y aparentemente frágiles criaturas han sido sus guardias. En algunas ocasiones lucharon con fuertes bestias para protegerlo saliendo victoriosas del enfrentamiento. Lo que sorprendió mucho a Zhan.

Los oscuros ojos de Zhan se abrieron con lentitud, sin ningún rastro de somnolencia. Se sentó en medio del nido de pieles y estiró sus extremidades. Miró a su alrededor y no vio señal de su Alpha. Zhan hizo un puchero, había tenido un dulce sueño donde se había perdido en el bosque y fue rescatado por su Alpha. El recuerdo de ese entonces siempre fue vago y solo recordaba su voz dentro de su mente y el nombre. No fue hasta años posteriores que Zhan fue salvado por segunda vez por el Alpha, pero esa vez en su forma humana.

Parece que solo se causar problemas y que el venga a salvarme pensó divertido Zhan saliendo del nido.

Acarició su vientre con cariño y se preparó para salir del exterior de su dormitorio, pero una explosion lo envió de vuelta al interior y Zhan solo se aseguro de rodear a su vientre en modo de protección antes de que todo se volviera oscuro a su alrededor.

En otra parte de la isla, Yibo estaba luchando una decena de Yurk.

¿De donde salieron tantos? se pregunto sin dejar de aplastar sus cabezas para que no se vuelvan a levantar.

No vio tantos desde la muerte de su hermano, donde mató al Rey Yurk y desde ese momento no volvieron a aparecer tantos Yurk de una vez. Una extraña premonición surgió en su corazón pero se obligó a calmarse. Una vez que se encargó de esas repugnantes criaturas, ignoro a todos y corrió hacia su cueva.

Sus instintos gritaban que tenía que estar con su Omega. Que estaba en peligro y lo necesitaba junto a él.

El camino parecía eterno, mató más Yurk a su paso. No importa cuántos mate Yibo, parece que no tiene fin y solo con la exterminación de uno en concreto, todos morirán. Con ese pensamiento, el corazón de Yibo se puso frío. No había sentido ninguna anormalidad a los largo de las últimas décadas, no parece haber indicios de que algún nuevo Rey Yurk apareciera. Parece que se había equivocado y el nuevo Rey Yurk era mucho más inteligente que los tontos de sus súbditos.

Una vez que vio la montaña donde estaba su cueva, su corazón latió con más fuerza. Pero su tranquilidad desapareció al ver a las Grandes Mariposas que custodiaban la entrada muertas y heridas, incluso las bestias más fuertes que había dejado a los alrededores resultaron lastimadas.

Su ira explotó al sentir el nauseabundo olor que desprendían los Yurk en la cueva y no uno de bajo nivel sino del que Yibo sospechaba que es el Rey Yurk. Un fuerte rugido hizo temblar toda la isla. Las bestias siguieron su rugido con los suyos propios, reconociendo el llamado de lucha del Gran Rey.

Siguiendo el asqueroso olor, Yibo fue conducido al Área Infernal. Donde vio el Yurk que quiso atacar a su Omega hace años. Seguramente el Rey Yurk ya se estaba preparando para despertar y solo esperaba a que sus súbditos acabarán de formarse.

Y en medio del calor y asqueroso olor, Yibo captó el suave y dulce aroma de su Omega. Gruño desde el fondo de su garganta. Se contuvo de no destrozar todo el territorio por miedo a dañar a su pareja.

Sus ojos ámbar captaron una figura blanca grisácea moverse a su alrededor. Aunque la niebla le dificulta un poco la visión y el territorio es más ventajoso para el Rey Yurk, Yibo estaba muy tranquilo. Gracias a esa tranquilidad y vínculo con su Omega pudo saber que estaba bien. A pesar de eso quería tenerlo en sus brazos y ver que estaba bien.

Sin esfuerzo esquivó un ataque de las patas del Rey Yurk y antes de que sea retirada, Yibo la agarró arrastrando al enorme cuerpo del Rey Yurk que fue tomado por sorpresa por el repentino ataque. Pero se liberó con agilidad para morder el cuello de Yibo, la larga cola del Rey Yurk se enrollo al brazo de Yibo dificultando su intento de liberarse. Con su brazo libre golpeó el duro vientre del asqueroso monstruo, la feroz lucha de las dos enormes bestias estaba acompañada por rugidos ensordecedores. En toda la isla se sabía que el Gran Rey estaba luchando con la Bestia Infernal.

Para que su omega no saliera herido por su descuido, Yibo guió la pelea a un lugar más alejado de donde estaba su pareja que parecía haber sido rescatada por algunas bestias que lo seguían. Aguanto el dolor de los ataques del Rey Yurk hasta llegar al lago, donde se celebró la verdadera lucha entre las dos bestias. Yibo dejó de reprimir su fuerza, tomó el control de la batalla pero el Rey Yurk tampoco se quedó atrás.

El que sufrió más heridas fue Yibo, pero parecía que no sentía ningún dolor y seguía golpeando al enorme Yurk con las montañas rocosas. Lucho para vengar a su familia, para proteger a la isla pero lo más importante era que estaba luchando para dejar vivir a su Omega en un ámbito tranquilo y sin peligro. Este monstruo se atrevió a tocar a su pareja y morirá por su osadía.

El Rey Yurk rugió con ira al ser golpeado con una enorme roca en la cabeza y fue contestado por otro rugido, con mayor intensidad. El Alpha estaba que hierve de ira y solo quiere despedazar al monstruo.

La larga cola del Rey Yurk rodeo una pierna del Gran Rey lo que causó que se resbalara en el agua, cayendo sobre un viejo barco de madera. Los dorados ojos de Yibo brillaron cuando vio unas cadenas. La larga cabeza del Rey Yurk fue rodeada por las largas cadenas de metal, lo que lo desconcertó por unos instantes, los que Yibo aprovechó para arrastrarlo con fuerza y golpearlo contra el suelo. Sin darle la oportunidad de levantarse, aplastó su cabeza con su enorme pie. El Rey Yurk intentó levantarse pero con las cadenas que se habían enrollado alrededor de sus extremidades, era imposible. Solo podía usar su boca para morder al Gran Rey.

Yibo sostuvo al Rey Yurk por la boca y con fuera la abrió hasta que se parto por la mitad. Los rugidos y gemidos del Rey Yurk llegaron a su fin, al igual que su lucha de liberarse de las cadenas.

Con la caída del Rey Yurk, los Yurk que estaban bajo su control se volvieron tontos y fueron exterminados por las bestias de la isla.

Yibo arrastró el enorme cuerpo del Rey Yurk hasta la boca del infierno y lo lanzó para que arda hasta que no quede nada de él.

En cuanto Yibo pensó que todo estaba acabado y que podía volver a su omega, la voz de su pareja sonó en su mente gracias al vínculo, estaba asustado y en su busca.

'¡Yibo! ¡Los cachorros van a nacer!'

꧁EL ELEGIDO꧂

Fin

[ ¡Ya llegamos al fin de esta pequeña historia!

Espero que les hay gustado y entretenido \(๑╹◡╹๑)ﾉ

¡No se preocupen! Que aún quedan los extras (*＾3＾)/～♡

Eso es todo, ¡Nos leemos pronto! ]