あ┊ Chapter 28.

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Nunca debí ceder a tus estúpidas palabras. ❞

-¡Ábreme la maldita puerta ahora mismo, Seokjin!

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-¡Ábreme la maldita puerta ahora mismo, Seokjin!

Ambos chicos se giran para mirar la puerta que era golpeada bruscamente, Seokjin no le tenía miedo, claro que no. Pero Jimin sí y las palabras anteriormente dichas por su compañero no son una gran ayuda.

-No abras, no lo hagas. -Le susurra Jimin tapándose los oídos con las dos manos a medida que los golpes seguían incrementándose en la puerta, Seokjin sonríe en grande, tan grande que incluso Judas sintió orgullo de él.

-Jimin, conozco esta casa como la palma de mi mano. -Responde el muchacho bajando de su regazo, se arrodilla ante él para mirarlo directo a los ojos. -En esta habitación hay un pasadizo secreto, solía esconderme cuando era niño. Puedes venir conmigo ahora, te llevaré con tu madre y todo será como antes.

El rubio le mira esperanzado.

-¿De verdad, Seokjin?

-De verdad, ¿Vienes conmigo?

Los golpes en la puerta seguían sin parar, la voz angustiada de Abraham también suena del otro lado.

-Yo...sólo quiero regresar a casa con Hoseok.

-Y lo harás, Jiminnie. -Se apresura a contestar parándose de inmediato del suelo, le tiende la mano al menor en espera de que accediera. -Confía en mí.

Cuando los golpes cesaron, Jimin pudo suspirar aliviado y aceptar la mano de Seokjin confiando ciegamente en él.

-¿Se ha ido?

Seokjin se encoge de hombros y se lleva el dedo índice a los labios pidiéndole que guarde silencio pero sin atreverse a deshacer el agarre de su mano restante con Jimin.

-Creo que se ha...-Antes de que pudiera terminar la frase fue separado bruscamente del pelirrojo, detrás de él se encuentra Jeongguk mirándole tan fijamente como un depredador analizando a su presa, había visto sus manos entrelazadas.

Seokjin mira de reojo a Jimin, se encuentra en los brazos de Abraham. Al parecer el muchacho rubio le hacía un montón de preguntas sobre su estado pero Jimin tiene la mirada perdida, ni siquiera lo estaba escuchando.

-¿Qué mierda te pasa, imbécil?-Reclama Jeongguk aún detrás de él, su voz era tan serena que eso sólo lo hacía lucir más terrible aún. -¿No vas a voltear, pedazo de escoria cobarde?

El estudiante azabache niega con la cabeza aún en la misma posición de antes, no quiere ver directamente al mercenario.

-Te dije que tan sólo un mínimo error y te jodía la cabeza, ¿Lo recuerdas, cierto?

La serena voz de Jeongguk se convierte en una áspera y amarga, cada palabra que dice era arrastrada como si se le dificultara hablar por la gran cólera que sentía.

Deep Web あ GgukMin/Jimharem Donde viven las historias. Descúbrelo ahora