LA BATALLA DE CARRAE - PRIMERA PARTE

15 3 1
                                    


        Con las primeras luces del nuevo día , el pequeño ejército de diez mil jinetes al mando del general  parto Surena esperan en pleno desierto . Esperan a que se acerquen los invasores romanos .
        Ocho mil jinetes son arqueros partos que portan ropa ligera , sin armadura de escamas , y armas como el arco curvo , un carjaz , y una espada larga o hacha de combate .
         Mil son jinetes de camellos , los cuales transportan las flechas de repuesto para los arqueros y la preciada agua .
         Los mil jinetes restantes son de caballería pesada ,  catrafactos  en nombre griego . Equipados de arriba abajo con armadura de escamas en el cuerpo , placas metálicas en sus brazos y piernas y malla metálica en el rostro o con una máscara los oficiales .
A excepción de los oficiales que portan espadas largas o mazas , los  jinetes catrafactos portan como armas , lanzas de acometida  de tres metros , espadas , hachas y mazas .
         El joven Artabano que ha desmontado del caballo para no cansarlo , se ha quitado el casco cónico que le protege no solo la cabeza sino también el rostro . Hinca la hoja de su lanza en la arena .Bebe la preciada agua para no deshidratarse de una jarra  y come un poco de queso , mientras espera como los demás .
         El día anterior el pequeño ejército de jinetes habían salido de Ctesifonte , la capital del Imperio Parto . En sus murallas habían dejado a la infantería de levas .
         < ¿ Cuántos enemigos serán ? ¿ Cómo lucharán esos romanos ? ¿ Seremos suficientes para vencer ? > estás preguntas se hace el joven Artabano .
        No es el único . Nadie de sus compañeros se ha enfrentado antes con los romanos .
        Unas horas después , con el sol elevándose , todos pudieron apreciar una enorme nube de polvo levantada .
        Varios jinetes arqueros salen al trote de la formación y se dirigen hacia la polvareda .

        - ¡ Montar ! - ordena el oficial llamado Artabaces .

         - Suerte - le dice Artabano a su amigo Marroes , mientras se coloca el casco .

         - Somos catrafactos . Son nuestros enemigos quienes deben tener suerte - dice con una sonrisa su amigo .

        Artabano sonríe , pues al igual que su amigo anhela la victoria y la gloria .

        Artabano sonríe , pues al igual que su amigo anhela la victoria y la gloria

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


          Montan en los caballos . Pronto los jinetes partos vuelven y hacen señas mientras hablan con el general Surena . Artabano está demasiado lejos como para poder oír sus palabras .
       Entonces Artabano mira en la dirección por donde se acerca el ejército enemigo . Desde la distancia solo puede ver polvo levantado , colocando una mano encima de sus ojos como visera .
        < Aún están lejos >
        Miles de jinetes arqueros cabalgan hacia el ejército romano .
        El joven Artabano sabe que antes de que los catrafactos puedan entrar en combate , los arqueros montados deben debilitar al enemigo . Así luchan los partos .

        ☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆

        Uno de los arqueros partos a caballo se llama Tiridates . Llevando al trote su caballo se acerca junto a su washt o unidad pequeña  formada por cien hombres , al ejército invasor .
        Otras unidades se separan para atacar por más lados al ejército invasor . Como una colmena de avispas furiosas se lanzan contra las formaciones romanas .
        Lo primero que le impresiona es ver a muchos soldados de infantería , y todos armados con escudos grandes y ovalados de color rojo y armados con el mismo equipo . También ve poca caballería , está formada por jinetes con distintos uniformes y equipos .
       
        - ¡ Adelante ! - grita su oficial al mando .

 SANGRE EN LA ARENA- escrito por Jesús Quintela Navazo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora