27. San Mungo

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En una habitación del Hospital San Mungo, se encontraba una joven pelinegra dormida sobre una camilla

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En una habitación del Hospital San Mungo, se encontraba una joven pelinegra dormida sobre una camilla. Parecía que estaba apunto de despertar, ya que comenzo a removerse en la camilla hasta que por fin abrió los ojos. Miró hacia su alrededor y se dió cuenta que estaba en un cuarto de hospital, pero sus ojos pararon en un punto en específico, más bien en alguien.

—Me alegra que al fin haya despertado, señorita Skyler —Habló Dumbledore acercandose a la camilla. Aunque no se acerco totalmente, le dejó su espacio.

—Supongo que estoy en San Mungo ¿Cuánto tiempo llevo aquí? —preguntó sujetando su cabeza.

—Un mes...

—¿¡Un mes!? —lo interrumpió alterada.

—Así es, Tardaste mucho en despertar —le dijo Dumbledore— Debió ser fuerte lo que te paso. Ahora que estás despierta, ¿Podrías explicarme lo que pasó?

Skyler lo miró y le dió una pequeña punzada en la cabeza, estaba recordando todo lo que paso antes de caer desmayada. ¿Cómo le explicaría eso? No había forma de hacerlo.

Lo que la chica de cabellos oscuros no sabía era que Dumbledore ya lo sabía todo. El barbón había interrogado a Draco, Blaise y Astoria, y aunque ellos trataron de mentirle, Él se dió cuenta, así que optó por leerle la mente a la castaña. Dumbledore estaba muy preocupado, porque sabía que su mayor miedo se estaba haciendo realidad poco a poco. La ocuridad y el poder de Skyler era muy grande, Skyler cada vez lo demostraba más. Tenía que hacer algo al respecto, lo sabía muy bien. Sus opciones comenzaban a agotarse. Pero las esperanzas de Dumbledore salieron a flote pronto, ya que recordó que todavía tenía unos recursos bastante importantes, recursos que podrían cambiarlo todo.

—No quiero hablar de eso —Dijo seria.

Repentinamente Skyler recordó un suceso muy importante antes de desmayarse, recordó los gritos de sus amigos, los gritos de terror que soltaron, jámas los olvidaría.

—¿Donde están mis amigos? —Preguntó comenzando a alterarse.

—El Señor Malfoy, Zabini y la Señorita Greengrass están en Hogwarts junto con su serpiente, ellos están bien.

—¿Y Theo? ¿Donde esta él? —Preguntó cada vez alterandose más. Sabía que algo estaba mal.

—Él...está aquí también en San Mungo —Dijo suavemente el director.

—¿Por qué? ¿¡Qué le paso!? —Su preocupación y miedo habían aumentado totalmente.

—Él está a dos habitaciones de aquí...¿Skyler que haces?

—Voy a verlo —se limitó a responder después de haberse parado de la camilla y comenzó a caminar hacia la puerta. A decir verdad, ella se sentía bastante bien, se sentía fuerte.

—Skyler, sabes muy bien que tienes que esperar a que él medimago te permita ponerte de pie y salir —comentó— Estás débil y...

—¿Débil? ¿Me veo débil? —lo interrumpió de manera brusca. Provocando que Dumbledore mirara hacia otro lado, era incapaz de sostenerle la mirada— Iré a verlo, quiera o no. Es mi mejor amigo y jámas lo dejaré sólo.

RENACER ⁴ | Saga Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora