Aiz y Bell se reunieron en una posada bastante acogedora para hablar.
Ambos estaban nerviosos y no sabían que decir, era algo nuevo para ambos chicos, pero nadie los interrumpiria en esta ocasión, eran libres de hacer lo que quisieran. .
-Aiz, yo....te amo...desde el día que te conocí, sentí ganas de decírtelo...yo..quiero ser tu esposo. Yo quiero.....
Ella se sonrojo un poco y hablo.
-Bell, está bien, entiendo.
Ambos se sentaron a lado y lado del otro y se tomaron de las manos. El chico albino, sabía que esto sería difícil para la chica de cabellos dorados, por ser su primera vez....y quiso hacer lo que su cuerpo le guío por instinto.
Se acerco a ella y la beso.
Aiz, no supo que hacer, ni como responder a la situación de ese momento, solo se dejó llevar por lo que en ese momento sentía, y poco dejo que Bell la guiará.
De un momento a el chico estaba sobre ella, nervioso de lo que tenía que hacer, recordo algunas cosas que vio en el distrito del placer y procedió a quitar suavemente la ropa de su amada. Hasta que sus pechos quedaron completamente expuestos.
Su cara estaba roja, al ver la figura tan seductora que Aiz tenia en ese momento. Su corazón se aceleraba cada vez más, y los empezó a acariciar, suevemente.
Aiz no podía mirarlo, apartó su vista de el. Y empezó a gemir.
—Ah....ah....
Bell se excitaba a un más, tenía a la chica que tanto soño frente a el, a punto de unir sus cuerpos.
La chica de cabello dorado, poco a poco fue dejando el pudor y recordo las caricias que le hacía a su heroe cuando entrenaban juntos. Y puso su mano sobre su rostro y lo beso.
—bell....
Un bulto se empezó a mover entre la piernas del chico. Y por su propio instinto procedió quitarse el pantalon, dejando ver su mienbto de mediano tamaño.
En ese momento la atmósfera había cambiado. La chica al verlo tan nervioso lo beso en la boca, instintivamente y recordo el constante acoso que le hizo loki y quiso intentarlo con Bell.
Lentamente ambos se quitaron la ropa. El chico, estaba arriba y con su miembro expuesto solo debía introducirlo a la zona secreta de ella.
Un poco nervioso lo introdujo.
Aiz suspiraba de dolor. Bell al ver que le hacía daño, quiso para, pero recordo que tal vez podría ser peor, pues era su primera vez y era dolorosa.
Se apoyo contra ella y le beso los pezones rosados, para tratar de excitarla. Cada vez mas y evitar que sufriera más dolor.
Poco a poco el interior de la chica empezó a ceder y el miembro de Bell entro más fácil.
Ya casi totalmente adentro el procedió a sacudirse y penetrar una y otra vez.
Ella entre placer y dolor empezó a gemir....
—Ah...ah.....ah....
Lo cual excitaba más a Bell, que nunca la había visto de esa forma, la tomo de las caderas y empezó a decir su nombre.
-Aiz-san, Aiz-san, Aiz-san......
La cama sonaba como las manecillas de un reloj. El enorme poder de manos aventureros hacían estragos en ese sitio. El interior de la chica se empezó a estrechar cada vez más, apretando el miembro de Bell, que disfrutaba aquella situación. Y empezó a moverse más rápido.
Casi al mismo tiempo los dos se vinieron, y casi desmayados de tanto placer, se detuvieron por un rato. Bell se apoyo en el pecho de la chica de cabello dorado. Que estaba en éxtasis, al recibir el orgasmo casi a la par en que el se vino, en ese momento tenía los fluidos de su amado dentro de ella. Lo cual la tenían mucho más excitada que el.
El chico de cabello albino, le beso los pezones, y acaricio su cuerpo, tratando de darle más placer a su amada, sin sacar su miembro de ella. Que poco a poco regresaba de aquel momento de placer.
El al ver que ella volvía en si, le hablo.
—¿Lo hacemos una vez más?.
Aiz asintió con la cabeza, y acaricio el rostro de Bell. De nuevo prepararon sus cuerpos y volver a estrujarse. Continuaron haciendo el amor toda la noche, una y otra vez. Hasta que ambos se cansaron.