Año 2013

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Comenzamos a hablar de nuevo. Lo quería tanto que no me quedaba otra opción que ser paciente.

Una tarde estaba sola en mi casa, y me decidí. Le envié un mensaje preguntándole si estaba ocupado para que nos veamos, y contestó que no. Sin embargo, resultó ser horrible todo. Nos vimos en una esquina cercana a mi casa, y yo no pude evitarlo. Lo saludé directamente con un beso. Luego hablamos un rato más, y finalmente nos fuimos cada uno a su casa.

Yo era muy aniñada en esa época, por lo que para mi haber hecho eso era algo enorme, entonces estaba demasiado feliz.

Al llegar a mi casa, le conté a Flor súper emocionada y ella sugirió pasarme su contraseña de facebook para que, cuando Ezequiel le cuente que me había visto, yo lea la conversación. Acepté, porque no hay nada más intrigante que lo que siente un chico. Sin embargo, no resultó como esperaba.

Ezequiel le contó a Flor que había sido un muy buen día para él. Flor, suponiendo que era por mí, le preguntó por qué. Lo que él contestó me quedó grabado para siempre, tal cuál lo dijo. Fue algo así: Hoy a la mañana me dieron el alta en el médico, -había tenido un problema de columna- y en dos semanas ya puedo jugar al rugby otra vez. Después, cuando salí del médico, me fui a ver a una piba que es re trola a su casa, y me la cogí. Cuando me fui, Agus -yo soy Agus- me había mandado un mensaje para que nos veamos. Le dije que si, y pensé que era para hablar, pero cuando la ví me comió la boca de una y, bueno, no le iba a decir que no. Y encima, mañana me voy a ver con una piba con la que me hablo hace un montón y seguro nos ponemos de novios.

Mi corazón estaba, simplemente, destrozado.

Lo peor de todo fue que no podía decir nada. No podía decirle a Ezequiel que Flor me había dejado leer su conversación, porque era muy probable que se enoje con ella y eso era lo que menos quería. Sin embargo, no le hablé más. Y si él me hablaba le contestaba mal, lo justo y necesario. Cada vez hablábamos menos.

El 9 de marzo, cuánta memoria tengo, fui a bailar con Flor a matine. Y sí, lo encontré allá.

Al principio lo saludé como a un amigo más pero, en cierto momento, terminé con él. Me costaba tanto decirle que no.

Luego de esa noche, seguimos hablando pero yo no podía olvidar lo que había leído aquella vez. Y pronto nos fuimos alejando hasta dejar de hablar totalmente... al menos, hasta fin de año.
En septiembre, él cumplía años. Y yo, que no podía olvidar esa fecha, lo saludé. Con ese saludo, comenzamos a hablar, muy de vez en cuando, pero lo hacíamos. Hasta que se hizo bastante rutinario.

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⏰ Última actualización: Oct 05, 2015 ⏰

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