𝙵𝚘𝚝𝚘𝚜

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"Era una noche oscura y acompañada de su peligrosa amiga, la niebla, él estaba aterrorizado sus ojos parecían dos bolas de metal de un péndulo, su miraba iba de un lado a otro y repentinamente, sin un precio avisó, algo se movió en un arbusto cercano a él, el miedo y sus fieles amigos el sudor y la ansiedad acompañaban a este chico atacado por el nerviosismo..."

–...

Él hombre de melena negra paró de escribir, casi en un instante, las palabras salían solas pero al parecer algo tapaba su dictó mental al que llamaba "imaginación", solo pequeñas frases sin mucho que decir... tenía que tenerlo listo para el próximo mes o eso y que lo echen de su trabajo, el estrés tampoco ayudaba en nada.

–Aquí tiene su orden señor – la camarera le entrego una taza de café negro.

–Gracias – tomó un sirvo y el sabor a amargo y agrio inundó su paladar, al menos esto le proporcionaba tranquilidad y placidez.

Sus horas de sueño se vieron perturbadas por su actitud mañanera y trabajadora, esto proporcionaba que sus ojeras fueran visibles hasta un punto enfermizo, con un tono morado en ellas, tendría que cuidar sus descansos para la próxima.

"Cuida tu apariencia ¿Que crees que pensaran los jefes al respecto? Y no solo eso te e visto dormirte en horas de trabajo..."

Recordó las palabras de su asistente, Lust, siempre regalandoló o que no hiciera tales cosas y bla bla bla. No era momento para estar pensando en eso, si tan solo su mente fuera algo bondadosa como para presionar un poco sus neuronas y hacerlas trabajar más seguido... vaya que estaba algo desesperado.

Miro su computador, las palabras, los píxeles que formaban esas cosas que la gente decía "impresionante" "increíble" "inefable" todas esas cosas lo alegraban y leía las críticas con agradó, hasta las releía de vez en cuando para darse ánimos y seguir por más cansado que estuviera.

Dió un suspiro al aire, estaba cansado y solo había escrito apenas unas mil palabras en su computador, trabajaba en su nueva novela "El oscuro amanecer" todavía no tenía una presentación clara sobre de qué trataba pero lo tendría en un futuro... si tenía la suerte de encontrar la creatividad que, por lo que se ve, perdió en su época de novato. Ahora era un escritor reconocido y sus libros de venden como pan recién echó, pero un par de tiempo atrás sus historias, no iba a mentir, eran mediocres pero llenas de una cierta gracia que te hacía no poder despegar la vista del libro, solo era un hobbie para su yo de la juventud, y pensar que triunfaría en unos años después que loco es el futuro ¿No?.

Dejando de lado las palabras, textos y el trabajo en sí, pudo ver en la ventana del local que estaba por llover, las primerizas gotas de llovizna amenazaban con una lluvia y eso era suficiente para retirarse del lugar. Pago su bebida y se marchó sin dar muchas vueltas, llevaba en su mano derecha el maletín de su computador que abrazaba con precaución por si la lluvia que se aproximaba tenía ganas de mojar más de lo que debía.

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Las calles estaban empapadas de agua, tanto que algunas estaban inundadas y al pasar los coches mojabán, a veces, sin querer a las personas que estaban en la vereda.

Un joven con paraguas saltaba en los charcos que se formaron por el clima,  era algo infantil para su edad pero no para su apariencia, su cabello y piel alba los cuales quedaban de lado por sus ojos color betún que sobresaltabán por su extravagante rareza lo que hacía que las miradas de las personas fueran normales para este chico de apariencia joven. Pudo visualizar entre el mal clima a una persona refugiarse de la  estruendosa lluvia que pasaba, como si estuviera haciendo un berrinche de niña pequeña al no comprarle el juguete que tanto quería, se acercó disimuladamente a la persona de tez morena que se encontraba en bajo el techo de un negocio cualquiera, prosiguió a decir las siguientes palabras:

–Hola... – todo lo grande comenzaba con algo pequeño, y empezar con un saludo no se le hizo mala idea.

Él hombre frente a él dudoso de contestar o no, vió por todos lados si se trataba de algún tipo de asaltante.

–Solo estos nosotros dos así que jeje – una risa nerviosa se hizo presente, "solo dáselo y ya" su mente mandaba una orden que debía cumplir.

–¿Que quieres? – de una forma seca y fría le pregunto.

–Yo quería darte esto – le extendió su paraguas, no importaba después de todo, traía puesto un impermeable por lo cuál mucho no se iba a mojar.

–Yo... – sus iris miraron esos brillantes ojos de la noche, ¿Serán falsos? por unos segundos dudo de la verozidad de la situación pero pudo corroborar que no eran falsos.

–Gracias por ésto – dijo, con un poco de incredulidad en su tono de voz, mientras, tomaba el paraguas entre sus manos.

–No hay de qué – expreso su felicidad con una sonrisa de oreja a oreja junto al sus mejillas que estaban algo coloradas por el frío, haciéndolo ver más lindo de que era ya era.

–¡Hasta la próxima, amigo! – se encamino lejos del puesto de comercio, su compañero de piso lo mataría si se enteraba que había salido a estas horas de la noche.

–Hasta la próxima... – vió desvanecerse a esa persona en la oscuridad misma de la noche, que le había salvado el día, bueno una parte de él.

Abrió el paraguas y se dirigió hacía su hogar donde lo esperaban sus hermanos y su gato Mistake, el cuál debe de estar maullando por mimos por lo asustado que estaría por los truenos, las noches de lluvia era una de las pocas dónde cualquiera se le podía acercar sin temor a ser mordido o rasguñado.

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Rápidamente, camino hacia su casa la que lo esperaba con cariño y preocupación, eso o era el aura de su hermano Geno que se desprendía como buena madre que era. Limpio sus zapatos en la alfombra de la entrada y pasó siendo recibido por su gato el que, como había previsto, estaba llorando y pidiendo amorcito de todos los integrantes de la familia.

–Error ¡Mira como estás! – pudo oír la vos de su hermano regalandoló, quien estaba parado en frente de él.

–Ve y toma un baño, la cena está casi lista – como siempre, sin dejarlo decir ni una sola palabra, se dirigió a la cocina para verificar que la comida no se quemará.

–Qué dices Mistake ¿Quieres darte un baño conmigo? – su gato solo lo miro confundido, era el típico gato que odiaba el agua a más no poder.

Y de pronto hizo una pose como si lo quisiera agarrar de golpe y su gato huyó asustado, como si fuera un ratón que casi cae en una trama, soltó una sonrisa nasal y fue a la planta superior para tomar un baño, había sido un día largo de trabajo constante, ahora solo era cenar e ir a la cama a descansar.

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*Se va a mimir después de escribir 1187 palabras*

𝙵𝚘𝚝𝚘𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora