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Todo a su alrededor estaba destruido.
El cielo era rojo cual sangre, con una luna o sol negro.
Grietas en el suelo, construcciones destruidas, vegetación marchita.
No parecía que hubiera otro ser vivo con él allí.

-¿Donde estoy?-expresa con disgusto, se supone que antes se encontraba peleando en una misión y ahora estaba en ese lugar.
No parecía ser una ilusión, y de los únicos que podrían engañarlo uno estaba muerto y el otro no era de hacer esa clase de cosas.

-Eres un demonio-escuchó una voz que le helo la sangre por un segundo.
Entonces delante de él apareció alguien que creyó nunca volvería a ver.

-Madre… - Susurra sorprendido al ver a la mujer que le "dio" la vida.

-Eres un demonio, un error, nunca debí tenerte, tu me arruinaste la vida-dice la mujer con un enorme odio.
Mukuro sabía que esa no era su madre.
Pero aun así….. Sabía que se merecía lo que le decía.
Entonces comenzó a sentir como le faltaba el aire y su cuerpo comenzaba a dolerle.

-Tu fuiste mi mejor experimento, siempre quisiste liberar a los demás niños pero en su resultado solo los arrastraste a una vida peor-dice esta vez la voz de un hombre. Y al lado de su madre apareció….

-Angelo… Maldito-dice Mukuro enojado y tratando de ignorar el dolor en su cuerpo e invocando su tridente.

-¿Yo?¿Maldito? - dice Angelo con burla- Tu fuiste quien condenó en el pasado a los chicos a una vida criminal, tu condenaste a una niña a ser parte del bajo mundo cuando ella podría haber muerto y descansado en el cielo en paz-dice con voz burlona y su sonrisa crece más al ver el rostro de Mukuro.
Este estaba pálido, ya que recordaba la vida a la que condenó a Ken, Chikusa, M.M y a Nagi.

-Por tu culpa yo y tu padre morimos, por tu culpa un niño inocente fue separado de su abuela y ahora vive con asesinos, por tu culpa.. Aquellos que dices querer como tu familia morirán en tus manos-dice la mujer con odio.
Entonces Mukuro ve como su tridente comienza a chorrear sangre.
En sus manos no estaban sus guantes, en su lugar, estaban cubiertas de sangre y en sus palmas sostenía varios anillos.
Trato de retroceder pero al hacerlo chocó con algo.

-No…. - susurra con desespero al ver el cuerpo inerte de Tsunayoshi. Pero no solo el de él, a su lado estaban el de Chrome y el de Hayato.
Mukuro al mirar a su alrededor vio los cuerpos de todos los demás.
Aunque no solo los de la décima generación y Kokuyo.
Fran y los Varia.
Verde, Reborn, los demás Arcobaleno.
Incluso Byakuran, su familia y los Cavallones y Simón.
Todos estaban muertos…

-¿Qu-ue paso? - dice apunto de llorar a la vez que soltaba su tridente y el dolor y la falta de aire comenzaban a hacerse cada vez más grandes.

-Tu los mataste, lograste el objetivo por el cual escapaste de Estraneo y Vindice - dice su "madre"

-N-no-no y-yo-o… - comienza a tartamudear, el dolor físico y emocional ya se estaban haciendo insoportables.

-Acabar con toda la mafia, eso también involucró a tu aprendiz, y a los que salvaste de la muerte-dice Angelo-Te lo dijimos… Si tu no existieras todos estarían mejor-dice y con eso último él y ella desaparecen, a la vez que Mukuro caía de rodillas y llorando.
En eso todo comenzó a temblar y el suelo a abrirse, Mukuro fue tragado por una grieta y entonces……
Despertó.

Fin del "sueño".

Se despertó de golpe gracias a esa pesadilla.
Cuando quiso moverse sintió algunas cosas extra conectada a sus brazos además de la sensacion de que estos no estaban cubiertos.

-Por fin despertaste-dice una voz a su lado, entonces gira como puede su cabeza y ve a Shamal- Se que eres ilusionista pero estabas muy mal.

-¿Que paso?-pregunta con un poco de dificultad.

-Estabas en una misión con Hibari y Yamamoto y de la nada te desmayaste luego de una pelea-dice él con el rostro serio.
Mukuro sabía que pocas veces ese hombre estaba así y cuando lo estaba era porque de verdad era serio.

-Tanto alboroto por eso-dice en un susurro.

-Al principio pensaron que te habían alcanzado a herir-dice Shamal- Pero luego de revisarte notaron que estabas mas flaco de lo que deberías ...¿No has estado comiendo bien, verdad?

La pregunta le descolocó.
Si ese hombre y dos de sus compañeros ya se habían dado cuenta de su peso..

-Y no solo eso, cuando te trajeron te revise completo y encontré ciertas cosas en tus brazos-dice mirando a los ojos de Mukuro.

El rostro de la peli piña se volvió blanco.
Entonces fue allí cuando notó que sus brazos y manos estaban libres de tapaderas dejando ver las numerosas cicatrices que tenía en ellos.
En especial unas en las muñecas….

-Ellos..¿No las vieron, verdad?-pide saber con voz suplicante- ¿¡Por favor dime que no las vieron!?-gritó de forma desesperada sin importarle el estar débil.
Shamal estaba tratando de calmarlo pero de pronto los dos escucharon pasos apresurados y voces…..

-Nonononono-repite varias veces Mukuro y entonces crea unas ilusiones cubriendo las cicatrices.
O bueno, eso es lo que el pensó ya que cuando quiso hacerlo no pudo.

-Uno de mis mosquitos te pico, ahora no podrás cubrirlas-dice Shamal mirándolo con pesar- Deben saberlo.

Y cuando Mukuro estaba por optar saltar por la ventana o enrollarse en las sabanas como un sushi, la puerta se abrió dejando ver a toda ,y repito TODA, la décima generación y los Kokuyo.
Por lo menos Fran no estaba.

-¿Mukuro?....-dice Tsuna cuando ve directamente los brazos de su primera niebla.
La tensión era enorme tanto que se podria cortar con un cuchillo.
Todos estaban en un ligero shock, pero fueron sacados de este cuando Mukuro comenzo a llorar y a pedir perdon.
Luego de eso, ellos se hacercaron a el y lo habrazaron.
Las palabras sobraban en la habitación.

Ilusión quebradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora