01

948 88 1
                                    

Desperté y veía todo a la cerca, como si mi mirada fuera una cámara y yo le hiciera zoom, hilos que jamas habría notado, lo desgastado de los libros, los colores eran más vívidos pero a la misma vez mas oscuros, levanté la mirada y vi como Laurent me sonrió, le devolví la sonrisa, la música sonaba, sonaba como música de un bar en los años treinta, James bailaba con Victoria. Se les veía felices. Solté una sonora carcajada al ver como James se tropezaba. En fin, primero que nada déjenme introducirles un poco a mi vida, se supone que nací hace unos veintiún años, no se precisamente cuando es mi cumpleaños, pero lo celebramos respecto al día cuando Victoria me encontró, de hecho tampoco sabía mi nombre, sin embargo Victoria había decidido que sería Savannah a partir del día en el que me encontró afuera del castillo de Volterra. Al crecer pase por todas las etapas de una adolescente común, y en una de esas etapas conocí al gran amor de mi vida, Nathaniel, Nathaniel Cavassa se había convertido en una gran parte de mi vida, en mi vida amorosa. Nate se fue convirtiendo en mi todo, con el paso del tiempo nos amamos más, desde que nos vimos fue un click instantáneo, tanto de su parte como de la mía. ¿Hace unos que?... Dos días, nos habíamos unido en matrimonio, puede sonar completamente incorrecto que una joven de veintiún años se casara con alguien de ciento catorce, pero en ese entonces, él era mi todo y yo soy como Jhonny Depp, no me arrepiento de nada, excepto de haberme robado unos jeans de Victoria, je.

Regresando a la actualidad, James estaba decidido por ir a cazar a Forks,  Victoria lo seguía en todo y Laurent, Laurent era un alma libre, bueno un vampiro libre, Nate y yo bueno nosotros no seguíamos a nadie, pero los acompañábamos. Ibamos corriendo hacia Forks. Llevábamos unos veinte minutos cuándo llegamos.

Alguno de nosotros había sido lo suficientemente estupido para dejar huellas, eso levantó sospechas en los policías idiotas, por suerte como siempre, Victoria lo arregló, desviándolos al Este, me pregunto que haría yo sin ella, probablemente morir.

Estábamos a punto de irnos de Forks, ya habíamos cazado a los pecadores, no quedaba nada, o bueno, nada malo, les dije a los chicos que si matábamos a alguien, debía ser alguien que fuera un pecador, un maldito hijo de perra. O una maldita había oportunidad de todo.

Corríamos por el bosque, cuando el olor a humano nos llego, para ellos era un poco controlable pero para mi olía delicioso, era inevitable ir. Como un perro desesperado por comer, corrí, corrí como si de mi muerte se tratara, yo seguía el olor, poco a poco se acercaba mas y mas, Victoria, James y Laurent corrieron detrás de mi y Nate no corría detrás de mi, corría conmigo, a mi lado, siempre juntos, siempre...

Nate era el mas rápido de los cinco.

Mientras corría, escuché un grito, era desgarrador, ese grito ardía, pude distinguir que provenía de una mujer, pero eso no me paró, al contrario me hizo correr aún mas. La primera en llegar fui yo, pude ver que eran unos vampiros, nada humano, pero el olor me llegaba a lo mas profundo de mis fosas nasales, luego vi a una humana esconderse detrás de uno de los vampiros, un cobrizo con ojos amarillos como la miel. Me dio ternura pero asco a la vez, como podía usarla, hacerle creer que la protegía , cuando solo la iba a matar para comérsela. La torpe humana se resbaló con el agua de la lluvia.

Caminé hacia uno de ellos, el olor se hacía más y más atractivo, podía oler el miedo de todos excepto una rubia hermosa, incluyendo al que parecía ser un alfa, ese mismo alfa, un rubio, atractivo, alto, pero mayor se paró enfrente de mi. Logré oír pasos, los conocía Victoria, James y Laurent, habían llegado. Nathaniel me abrazaba. Sonreí ante la llegada de mi familia.

-¿Por que están con una humana?- pregunté realmente confundida

-Lo mismo pienso- dijo una rubia por lo bajo

-¡Rosalie!- le reclamó por lo bajo una chica parecida a un hada

-Es mi pareja- rápidamente el cobrizo se paró frente a mi

-Tua cantante querrás decir- murmuré

-Sus actividades de cacería nos están causando problemas- dijo el alfa, su tono era amable

-Lo lamento no creía que este territorio tenia dueño- me mostré apenada, pero a quien engaño, me daba igual de quien era el lugar

-Podemos unirnos al juego- preguntó rápidamente Laurent

-Si, necesitamos más jugadores, dos ya se van- rápidamente interrumpí al rubio

-¡No! Quédense. No te mataré querida

-No, ella se va- el cobrizo estaba molesto

Que había en mi mente, facil, como unos vampiros podían ser tan guapos, digo que genes! Victoria era hermosa, Laurent era guapísimo, Nate, mi esposo era muy atractivo, James, bueno James era James, yo no era fea ni mucho menos, simplemente que estos vampiros eran algo sorprendente de su belleza

-¡Alto! Dije que te quedes- pedí de una manera pasiva-agresiva, quería que la humana se quedara, me causaba curiosidad

-Esta bien- dijo como hipnotizado el cobrizo

-¡Edward! Bella se tiene que ir- así que ese era su nombre "Edward"

-No Carlisle, nos quedaremos- dijo confuso

Comenzamos a jugar, pocas veces había jugado béisbol. Laurent me había enseñado a jugar, era mi turno para batear, acomode mi posición antes de batear y bateé mas fuerte que nunca, corrí hacia la pelota, saben cuando dicen "ahora lo hare mejor que nunca" y lo cumplen, eso fue exactamente lo que me pasó, le gané al vampiro con cabello como el color de la miel, escuche una voz decir "Wow le ganó a Edward"

Después escuche los pasos de Nate, me dedicó una sonrisa ladeada, algo típico de el, para luego darme un beso casto en la comisura del labio superior.

"Mi bellezza naturale"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora