Capítulo 1

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-¿Que significa esto?- 

Darién Chiba agarro el brazo de Serena Tsukino antes que esta pudiera esconderse en su departamento 

La rubia dio un gemido ahogado mientras giraba y veía cómo Darién agitaba la carta de renuncia en su cara.

¡Mierda!, él quería que ella le dé una explicación de por que había dejado esa basura sobre su escritorio y se fue sin decir nada.

Vio su cara, tenía sus hermosos ojos azules cielo enrojecidos y lágrimas caían por sus mejillas rodando hasta sus labios que estaban apretados.

Su enojo se evaporó y se puso más cerca relajando el agarre.

-Sere, ¿estás bien?- 

Ella se apartó, él no podía dejar de mirarla.

-Estoy bien, renuncie con efecto inmediato, es todo lo que tenes que saber- le informó ella

-¿Qué demonios?... Sere ¿que pasó?, ¿alguien te hizo daño?- pregunto Darién

Legalmente él no podía hacer nada y no tenía derecho de saber nada pero..¿en lo personal?.

-No de la manera que te imaginas…  simplemente vete-  dijo cerrando los ojos, negandose a mirarlo.

Sólo había visto llorar a Serena una sola vez en los tres años que estaban trabajando juntos, el día que había muerto su madre.

Está no era la misma asistente calmada en la que había confiado para todo por su impecable organización y extraordinaria percepción.   

Ver su dolor hacía que sintiese un hueco en el pecho, si no iba a trabajar más para él, se negaba a irse y dejarla sola en ese estado.

-Decime que está mal Sere, ¿necesitas ayuda?- 

-No… no puedo trabajar más para vos, mi carta de renuncia dice todo lo relevante- dijo Serena escondiéndose detrás de la puerta, poniéndola como escudo entre los dos.

-Excepto el por qué- le reprocho Darién

-¿Por que te importa?- preguntó incrédula 

-Nadie es más eficiente o puede prepararme sin piedad para una reunión, sabes de este negocio. somos un equipo muy bueno, no lo entiendo- dijo Darién

Serena apretó más la puerta entre ellos.

-Vas a encontrar a alguien que este igual de calificada- no iba a dar el brazo a torcer.

-No quiero encontrar a nadie más, sos la mejor, ¿necesitas más dinero? voy a hacer lo que sea para conseguirte un aumento de sueldo, te lo mereces- Darién quería convencerla 

-No se trata de dinero- dijo empezando a cerrar la puerta empujándolo hacia afuera.

Alarmado Darién puso el pie bloqueandola y se asomo por la abertura que quedaba.

-Por favor yo… te necesito-  susurró lo último Darién

Solo de imaginarse que ella no fuera su mano derecha le dio pánico, nada funcionaria bien sin ella, él no iba a funcionar sin su dedo atrevido agitándose en su cara, sin su risa chispeante y su despiadada organización, pero en lugar de persuadir a la rubia, su declaración pareció angustiarla más, llenado su rostro de más lágrimas.

-No… vos no… nunca lo vas a hacer- expresó la rubia sin poder contener las lágrimas

Darién la agarro por los hombros y la atrajo hacía él, ¡Maldita sea! pensó, ella se sentía tan frágil, tan suave.

-¿Por que pensas eso?, ambos trabajamos duro para que la ciudad asigne fondo para los nuevos equipos para los bomberos, el viernes pasado ganamos una gran batalla y fue todo sonrisas después de la reunión, sin vos es muy posible que la decisión hubiera sido otra-  tenía que convencerla que se quedará.  

-Vas a manejarte muy bien solo, necesito un cambio… ¿podes irte por favor?- Serena se encogió de hombros alejándose, y tratando de cerrar la puerta.

Darién la empujo y se metió en el interior, ella estaba molesta, no había duda en eso.

-Mentira, no creo ni por un segundo que terminaras de ayudar a los de emergencias de Houston, dejaste tu culo trabajando por cada victoria, durante tres años no hablaste de otra cosa que no sea como hacer para que otras familias no pierdan sus seres queridos en el cumplimiento del deber, de la forma en la que vos perdiste a tu padre, la defensa de esa causa es tu pasión, así que no te creo que quieras renunciar a eso- la enfrentó Darién

No había una maldita manera de que él dejara ir a Serena, no hasta que entendiera por que quería dejar algo tan significativo para ella.

Serena resopló con enojo

-No tenes idea de lo que yo quiero- dijo Serena 

Darién no le creía nada, pero pensaba seguirle el juego

-Si realmente necesitas un trabajo diferente, voy a hacer mí mejor esfuerzo en ayudarte, como jefe estoy decepcionado en perderte, pero como amigo, no me voy hasta qué-

-¿Amigo?- interrumpió Serena mirando al techo con dolor, cuándo se atrevió a mirarlo, Darién vio las lágrimas en los hermosos ojos de la rubia.

¡Oh, maldita sea!, ella no estaba molesta, simplemente estaba enojada con él, ¿lo estaba abandonando por algo que él hizo o dijo?.

-Sere, decime que hice para hacerte llorar, sea lo que sea no fue con intención, supuse que eramos amigos, pero si no querés…-

Darién cerró la boca, negandose a terminar la frase, le molestaba que ella no crea que eran amigos.No, la idea en realidad le dolía.

Serena había trabajado para él, pero habían compartido más que el trabajo, o al menos Darién lo veía así.

Darién había estado sosteniendo la mano de la rubia y apoyándola en el funeral de la madre de ella, Sere lo había cuidado cuando él estuvo con esa gripe horrible el año pasado.

También Serena le había preparado una deliciosa cena de Acción de Gracia para su media hermana Rei y su esposo Jedaite, manteniendo una conversación fluida de tal modo que no hubiera momentos incómodos entre ellos, una gran ventaja ya que él se llevado a la ex esposa de Jedaite a la cama.

La misma mujer que había visitado abruptamente su oficina el viernes pasado por la tarde.

Mierda, ¿tenía todo esto algo que ver con Setsuna?.

 

Amor Perverso🔥🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora