Capítulo 1: Recuerdos que destruyen

69 3 1
                                    

Hace más de un año que todo empezó. Un año de mentiras, tragedias y muertes.  Hace un año que dejé de ser yo, que cambié y me convertí en un eco oscuro de mí misma. Todavía me pregunto si todo lo que ha pasado fue un sueño, si fue sólo una mentira creada por una mente que no podía soportar el dolor. Una ilusión creada para que pudiera vivir en paz, sin sentir remordimiento ni tener que preguntarme que hice mal.

Él fue la oscuridad que cubrió la luz que tenía. Vino cuando aún podía soñar, cuando aún podía imaginar un mundo mejor. Yo era una chica normal, la chica perfecta a los ojos de todos, excepto los suyos. Vio el potencial en mí, aún no sé cómo, pero supo inmediatamente cuando me vio que yo podía ser la chica perfecta desde su perspectiva. Una chica sin remordimientos ni sentimientos, él me convertiría en la chica mecánica.

No sé cómo lo hizo, no recuerdo, no lo haré. Me manipuló a quererlo, para usarme como un arma, pero sé que cayó en su propia trampa, y sólo lo quiso admitir al final, antes de que todo acabara. Deseo haber podido obligarlo a admitirlo, a no tener que sufrir antes de que lo dijera.

Todavía recuerdo todo como si hubiera sido ayer, recuerdos que queman mi alma y esperan pacientemente para poder devorarme, intentando que me arrepienta de todo lo que hecho, pero yo sé que es imposible, pues él me enseñó a no tener remordimientos y a no ser cobarde. Ahora me pregunto: ¿Es él el responsable de salvar mi vida o de destruirla?

Todavía no sé si lo extraño, lo odio o lo amo. Ya no puedo distinguir nada. ¿Por qué tiene que ser todo tan complicado? Sé que siento un gran vacío donde está mi corazón, porque se ha roto tantas veces que ya no sé cómo enmendarlo. ¿Se puede enmendar siquiera un corazón tantas veces?

Una lágrima rueda al suelo mientras los recuerdos inundan mis pensamientos. Intento evitarlo pero sé que ya es hora de que acepte todo lo que ha pasado. Los recuerdos llegan uno por uno, esperando que me destruyan por completo, uno por uno, hasta que sepan que he sido derrotada. Seré derrotada por mi misma, por aquella conciencia que alguna vez consideré mi aliada.

El primer recuerdo es el más doloroso. Mi recuerdo más feliz y el único que posiblemente nunca quisiera perder. Empiezo a ser testigo de mi propio recuerdo. Bien podría narrarlo.

— ¿Crees en los finales felices? Pregunté a Evan mientras observaba el océano que yacía a sólo unos metros delante de nosotros.

— Creo en héroes y villanos, no en los finales felices. Eso es cosa de películas, dijo Evan.

Yo no sabía en ese momento lo que sucedería, cómo una inocente pregunta se transforma en una sombra, que siempre me perseguiría por el resto de mi vida.

— Si eso crees, estamos destinados a perdernos? No soportaría perderte, le contestó mi joven yo mientras otra lágrima afloraba de mi mejilla.

— Esto no es un cuento de hadas Lily, dijo más divertido que enojado, pero Lily no esperaría lo que Evan diría a continuación.

El rostro de Evan cambió de una mueca divertida a una expresión seria, podría incluso jurar que Evan estaba triste en ese momento, pero ahora sé que no lo era. Era algo peor que eso. ¿Cómo no lo comprendía?

— Yo no soy un caballero de armadura dorada, ni un héroe ni un villano. Soy el héroe de mi historia y el villano de otra. Entiendes? Él había hecho esa frase suya, se había adueñado de ella, casi tanto como de mí.

— ¿Y yo qué soy? Recuerdo haber estado enojada con él por no haberme incluido en su fantasía, aunque sabía que en realidad sí lo había hecho.

— Eso aún está por verse, princesa. Para mí la respuesta era obvia, pero a Evan le gustaba decir todo de una manera en la que sólo él entendía lo que de verdad significaba, dejándonos a los demás intentando interpretar todo lo que decía.

El recuerdo se desvanece poco a poco, dejándome sola en mis pensamientos. Ahora me doy cuenta de que éste recuerdo en realidad no me destroza, sino que me da esperanza para aferrarme a él y sobrevivir a ésta guerra, una guerra contra mí misma, una guerra que no puedo perder. Si pierdo, ¿qué quedará de mí?

Me consuelo pensando que ya no estoy llorando, pero después de todo lo que ha pasado, no tengo más que preguntarme si he perdido la cabeza o todavía estoy en shock. No puedo creer que ha pasado un año, siento que lo perdí, ya que apenas recuerdo lo que pasó desde entonces hasta ahora.

Me he creado una identidad nueva, una vida nueva para poder olvidarlo todo, pero el destino aún se burla cruelmente de mí, ya que cada cosa que hago se parece demasiado a mi vida anterior, ahora sé que tendré que pagar por mis acciones de la peor manera posible: revivirlas cada día, sufriendo lo mismo que el día anterior.

He decidido contarle al mundo mi historia para que se cuiden de todos las personas que son como Evan. He decidido contarle al mundo mi historia, por que sé que es mi única manera de redimirme, por que sé que por más que intente correr, siempre volveré al mismo punto.

Estoy dispuesta a pagar, a pesar de que el precio acabe matándome. Dudo que alguien entienda mi historia, dudo que a alguien le importe. Pero no estoy dispuesta a rendirme sin luchar, no puedo dejar ir todo, no sin una batalla.

Aún conseguiré mi venganza, pero será distinto, ésta vez, ya no perderé, ya no me derrumbaré.

Mi nombre es Alexandra Vaughn, y yo antes fui la chica conocida como Lily Summers, la hermosa chica que alguna vez fue la chica a la que consideraron un ángel caído del cielo, el más hermoso capricho del destino.

Esta es mi historia.

La Chica MecánicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora