capitulo 6.- Damage Complete

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Yunn notó aquella caída del edificio y el estruendo del golpe, bajo rápidamente,  vio como Eugene ahora siendo un demonio estaba atacando a un humano cortando su piel con unas garras ennegrecidas por la sangre de la víctima, mientras esté se alimentaba, Yunn lanzó una esfera de fuego que quemó su espalda mientras este se volvió a ella, ambos se vieron, ambos de ojos oscuros como la noche, los colmillos llenos de sangre de Eugene amenazaban la identidad de Yunn como demonio traidora y hablo:

- Eres la estúpida mocosa sirviente de Tezcatlipoca en este tonto plan, una sola ciudad, Lucifer nos hubiera dado el país entero, no una putrefacta ciudad-.

Avanzó hacia ella con las manos abajo con garras cortando el concreto y se lanzo hacia a Yunn quien lo recibió golpeando el piso creando un pilar de fuego que lanzó al aire a Eugene cayendo de espaldas, el crujir de sus huesos se había escuchado tan claro como la lluvia, pero este se levanto en carcajadas escupiéndole sangre a los pies de Yunn, con un gesto de molestia está envuelve su puño en una llama tan brillante que tan solo verla podía cegarte o darte calor, ese puño se estrelló iracundo contra el rostro de Eugene, este cayó al suelo con la mitad de la piel de su rostro destrozada y quemada, pero seguía riendo con un grito rabioso se lanzó contra Yunn envuelto en llamas y la embistió, tomo su cabello y con ira comenzó a estrellarla contra el suelo agrietado, mientras gritaba:
- ¡el séptimo hijo está vivo cabrones!-
Yunn quedó inconsciente y Eugene salió corriendo y con sus grandes garras cortaba el cuello y mataba demonios absorbiendo su llama infernal, la cual le brindaban más fuerza, velocidad y poder. Gritando y aullando sus ojos pasaron a ser de un color verde brillante, trepó rápidamente por la pared exterior de un gran edificio y observó con atención con sus ojos demoníacos aquel mundo humano en devastación y gritó:
- ¡Mi venganza aguarda Torace, quiero mi llama!-.
Salto hacia el vacío cubriéndose en llamas y al caer una ola de cenizas oscuras y llamas verdes quemaron las calles y autos.

Habían pasado ya dos días de encierro para los humanos, Zak y Mathew trabajan juntos, investigando un conjuro o hechizo que les ayudará a expulsar a los demonios fuera de New York, mandándolos devuelta al infierno, era el tercer día, los demonios corrían por las calles, buscando presas, peleando entre ellos, comiendo a los animales domésticos o callejeros, Torace seguía buscando una forma de traer a Kannon de vuelta a él o qué era lo que le había pasado, pero no había respuesta alguna, junto a Malia partió a distintos mundos sobrenaturales, viajando a los reinos de las ninfas, los elfos, las hadas, dragones, incluso hablando con manadas de licántropos y vampiros, pero no encontraron nada, volviendo a New York, hablaron con Yunn, Zak, Mathew y Eugene, avisando que por unos días ellos deberán darles alimento y si fuera necesario explicarle a los humanos encerrados en casa lo que estaba pasando, de igual forma avisaron la partida, que juntos, aquella pareja emprendería para salvar a la ciudad del caos que estaba creciendo de un forma acelerada, se despidieron llegando al acuerdo de que todo acabaría pronto. Con esa promesa en mente, Torace y Malia, emprendieron una búsqueda que les ayudaría, pues un anciano elfo de ojos blancos les había hablado de unas deidades del desierto más grande del mundo, así que se dirigieron a el desierto del Sahara, en busca de "las skin-walkers", naturalmente conocidas como "las trota pieles", deidades míticas de los desiertos, la cuales poseían las habilidades de distintos animales como el conocimiento, la fuerza, los secretos de la tierra o la sabiduría del universo, para así poder dar guía y respuestas a todo aquel miembro perdido de todas o cualquier tribu, no importará lo que fuese, bueno o malo, si era importante para la tierra le brindaban aquello que le fuese necesario, para así poder dar un balance del bien y el mal de una forma universal y perfecta, así manteniendo paz y armonía en todos los reinos del planeta, Torace sediento caminaba sin parar por el desierto, lejos de la civilización humano o sobrenatural, nadie vivía ahí, el calor era fuerte en el día, pero para la noche el frío casi podía congelar la tierra sobre la cual los pies de Torace caminaba descalzo, con una mochila en su espalda caminaba junto a Malia quien se notaba cansada, pero segura de sí misma para acompañar a Torace en esta búsqueda, pasaron dos días y una noche, la luna estaba saliendo al mismo tiempo que el sol caía pintando con colores crepusculares el cielo de aquel enorme desierto, Malia hacia la tienda de acampar bajo lo que parecía unos pilares de roca pertenecientes a una antigua tribu, quizá, Torace preparo Algo de la ya poca comida que tenían en su mochila, el agua ya era poco escasa, les quedaba poco menos de un litro, pero Torace procuraba que Malia bebiese pues aún siendo elemental era casi humana, ya era medianoche, la luna estaba llena y se iluminaban de blanco aquellas arenas frías, el aire borraba las huellas de la pareja, Torace se acostó, de lado, a la diestra de Malia, quedando cara a cara.
- Dos días y nada, creo que deberíamos volver, tal vez el anciano se equivocó -.

Alternative Line: First BulletDonde viven las historias. Descúbrelo ahora