Salí de la pequeña librería, no quiero imaginar lo que está pensando Mauricie en este momento, se ve tan diferente al chico que conocí, y su nieto, no se parece en nada.
-¡Bianca!-Grito Jonas detrás de mi-Espera por favor. Lo siento tanto, parece que siempre te sucede algo cuando estas conmigo.
-No es necesario que te disculpes-le digo de manera tranquila-es muy probable que tu abuelo me confundió o algo así, suele pasar. ¿Él está bien?
-Si, ya está más tranquilo, pero dijo que tiene que hablar conmigo, el médico dijo que probablemente sea un inicio de demencia.
Cuando ví su rostro tan preocupado y asustado por Maurice, entendí que nada hay para mí con él, yo no fui hecha para tener relaciones o siquiera un amigo aparte de Dominic.
-Jonas, no creo que debamos seguir viéndonos, no sé si crees en las casualidades o el destino pero creo que todo esto es una señal para que me aleje de ti-le digo en manera de despedida.
Me voy de ahí de inmediato y sin dejar a Jonas hablar e intento no ver atrás.Cae la noche y estoy reunida con las chicas y Dominic, no se de que manera contarle lo que sucedió en la tarde, me siento mal por causarle esa culpa a Jonas, que Maurice crea que perdió la cabeza y todo ese gran alboroto. Si tan solo todo fuera más fácil.
Lila y Marié están hablando de una tonta tarea de Física y Dominic como siempre, esta leyendo.
Afortunadamente no me tengo que preocupar realmente por las tareas o cosas académicas, si fuera así estaría totalmente loca al pasar cuatro décadas de tareas.
El dueño de la academia el señor Manson era nuestro amigo hace demasiado tiempo, nosotros le ayudamos a conseguir el lugar y desde siempre supo el secreto de Dominic y mío.
Él nos prometió que sí alguna vez necesitábamos un hogar, las puertas de la academia estarían abiertas; en ese entonces no nos interesó, vivíamos en París y no planeabamos irnos, pero el tiempo pasó y cuando fue la hora nos mudamos a la academia.
Cuando llegamos nos dijeron que el señor Manson había fallecido pero le contó de nosotros a su única hija, quien nos aceptó calidamente, en la actualidad es el bisnieto del señor Manson quien se encarga de la academia, también sabe de nosotros haciendo de nuestra presencia un secreto de familia.
-Marié ya no insistas, es obvio que esta enojada- Dice la rubia sacándome de mis pensamientos.
-¿Disculpa?-Digo sin pensar y ellas ríen.
-Amiga o estas muy enamorada o tomaste algo raro-contesta Marié burlonamente-¡Llevamos cinco minutos hablándote!
-Lo siento, solo estoy muy cansada-digo con pocas ganas y Dominic me lanza una mirada, él me conoce más que nadie y sabe automáticamente que algo malo pasó, realmente no quiero lidiar con él ahora así que no le presto atención.
-Pues salió con Jonas-dice Dom y se que lo que quiere es sacarme información- tal vez si esta enamorada después de todo.
Los tres se ríen de mi ¿Cómo pueden hacer eso? Todo se fue a la mierda y ellos se burlan, sino fuera porque no tengo ni la más mínima intención de levantarme del sofá, ya los hubiera dejado.
-Vamos Bi, cuéntanos que sucedió.-Pregunta la morena esperando una típica respuesta de una típica adolescente.
"Pues el abuelo de Jonas resultó ser mi ex y casi le da un paro cardíaco"
Undo mi cabeza en mis brazos y rio internamente al imaginarme su reacción si contesto de esa manera.
-Solo no nos fue bien, él no es para mi-le digo de manera cortada.
-Pues no lo sé, pero con ese rostro que tiene no se como puedes darte por vencida-me volvió a contestar Marié de manera muy divertida. Yo solo me reí falsamente y ellas cambiaron el tema.
Más tarde se fueron y como siempre me quedé con Dominic, los dos nos íbamos siempre al final, las chicas creían que necesitabamos tiempo a solas porque según ellas terminaríamos juntos o algo así. Yo veía la chimenea, mientras que una suave melodia salía de una pequeña bocina.
-¿Me dirás que pasó?-Escuché al lado mío.
-Todo es horrible Dom-Él no dice nada, pero se que me quiere oír y yo me quiero desahogar.- como adoraria ser normal, que pudiera disfrutar de la vida como todo el mundo, después de tantos años, tanto siglos, todo pierde sentido y lo único que ansío es la muerte, si pudiera morir como todos, si simplemente pudiera envejecer y tener una familia como todos... ¿Acaso estoy pidiendo mucho Dom? ¿No tengo derecho a morir y tampoco a disfrutar de la vida? Tan solo quisiera morir.
En este punto las lágrimas salieron de mis ojos, pero me siento tan undida y tan débil que no me interesa en lo absoluto.
-Ven acá- dice Dom, me doy cuenta que esta levantado frente a mí y no supe cuando le subió el volumen a la balada.
-No Dom, no quiero-le digo. Él me sonríe y me jala de las manos.
No tengo nada de ganas de bailar, es que hoy no me siento yo.
Él me ve directamente a los ojos y lanza una sonrisa compasiva, estamos muy cerca pero él es algo a lo que estoy muy acostumbrada. Simplemente bailamos, como si esa canción durara una eternidad y no nos importara. Los recuerdos vuelven a inundar mi mente, no es la primera vez que bailamos o que tenemos crisis, nos hemos amado, odiado y lastimado mutuamente pero aquí estamos y se que el jamás se separará de mi, si la muerte no la tengo segura, se que a él si.
La canción termina y siento el típico vacío cuando se aleja, él se sienta en nuestro sofá y yo me recuesto apoyando mi cabeza en sus piernas.
-No sé cómo-escucho que dice en forma de susurro-pero yo voy a conseguir la forma de volvernos mortales.
Te juro Bianca que haré todo lo que esté en mis manos para finalmente poder morir-dice de manera decidida esta vez.
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Inmortal.
Teen FictionBianca D'angelo y Dominic Sergeev no son comunes. Tal vez no lo notes a simple vista o si los encuentras en la calle ellos pasan desapercibidos, incluso no atraen para nada la atención. Pero si los conoces bien, te darás cuenta de que tienen una pec...