Uno

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Kageyama soltó un suspiro, uno que alarmó a sus amigos presentes, los distintos pares de ojos cayeron sobre él y enseguida se sintió intimidado por sus mayores.

— ¿Qué tienes, Kageyama? — preguntó con voz suave y dulce Sugawara, en los brazos de Daichi, quien tenía recostado su mentón sobre el el cabello del que había hablado.

— Nada. — murmuró, para luego dejar caer sus ojos afilados en fastidio sobre Tanaka. — es solo que ALGUIEN, se llevó a la Musa del taller, y no hemos podido pintar cuadros desde entonces.

— ¿Quieres pelea, niño bonito? — Inquirió con cara de maleante, encorbandose y haciendo raros movimientos con las manos. Para luego esconderse tras sus manos. — ¡Aaay! Es que, Shimizu me enamoró a primera vista, ¡¿Sabes cuánto me costó que correspondiera mis sentimientos?! — Casi gritó pegando unos saltos de felicidad. — Ah~... es bellisima.

— Y por lo mismo, es una persona preciosa, y se fue, es la única Musa que hemos aceptado en el taller porque todos ahí son unos tacaños y consentidos. — Empezó a refunfuñar metiendo las latas de pintura dentro de su bolsa con brusquedad.

— Seguro tu no-

— ¡¿QUE DIJISTE?!

𓆜 𓆝

Luego de compartir como de costumbre con sus amigos, fue directo al taller, entró mostrando su identificación y al entrar, para su sorpresa y desgracia, ya estaban todos ahí, los mejores pintores prodigio de su generación, desde que entró a aquel taller de prodigios, había siempre mirado ser el mejor, superar al categorizado 'el mejor' pintor de Japón dentro de la generación actual.

Wakatoshi Ushijima.

Tomó asiento en el único lugar vacío, estaban rodeando una pequeña plataforma en el centro donde antes allí posaba Shimizu Kiyoko para ellos.

A su lado Kenma y Kuroo hablaban, o bueno, el último lo hacía pues el más bajito prestaba más atención al videojuego en sus manos, los gemelos Miya frente a él solo se mantenían distantes mientras hablaban entre ellos, y en lados opuestos Ushijima y a su lado Oikawa, su antiguo compañero y actual mayor rival.

Por la puerta entró Keishin Ukai, el nieto y actual proveedor de aquel taller, que había sido puedo en nombre del antiguo mejor pintor, de la antigua generación.

— Bueno chicos, creo que por fin hemos encontrado una musa que pueda llegar a agradarle, este será su día de prueba ante ustedes. — Hablo sacudiendo sus manos para luego cruzarse de brazos.

— No creo que sea necesario, podemos hablar con Shimizu-san para que vuelva, y ya, no creo que sea necesario traer una flor que ni siquiera va a florecer aquí. — murmuró Ushijima un tanto disgustado, tenía gustos muy estrictos y Shimizu apenas había entrado en ellos, era soportable.

— Solo dale una oportunidad aguafiestas, ¿o es que el gran pintor no puede adaptarse a cualquier persona? — Retó Oikawa con burla en la voz.

— En fin, no es una pregunta, cabe aclarar, que si, es mayor de edad, y su único requisito es que le permitan quedarse con los guantes que trae. — Se retiró un poco y se acercó a la puerta abriendo esta.

Por esta entró un chiquillo, un chico que bajo la sombra no se podía distinguir pero apenas dio el primer paso en la plataforma, el reflector iluminó sus facciones. De piel lechosa  casi de porcelana por poco parecía brillar bajo los reflectores, su cabello naranja bailaba con sus suaves movimientos, parecían llamas bailando para ellos, sus ojos afilados, de un oscuro marrón los miraban un por uno antes de quitar de sus finos labios la paleta rojiza que los había teñido.

— Hinata Shoyo, es un placer en conocerlos — Murmuro con voz suave, sus manos estaban enguantadas por finos guantes que parecían estar a la medida. — Por favor cuiden de mi. — Hizo una suave reverencia antes de quitar la bata aterciopelada que cubría su pequeño cuerpo.

Su piel parecía brillar, y su cuerpo estaba envuelto en una fina tela de seda que simulaba el estilo griego antiguo, tenía pequeñas decoraciones y con cuidado se posicionó mejor en la pasarela, de forma cómoda.

Hizo sus cabellos hacia atrás soltando un suave suspiro, relamiendose los labios rojizos por el dulce. — Espero ser la suficiente inspiración para ustedes al menos esta sesión. — murmuró con aquella voz aterciopelada, neutra, encubierta de toda emoción.

Kageyama apenas si pudo reaccionar, pues ya estaba pintando lo que sus ojos llegaban a ver, aquella pequeña e inhumanamente estilizada envuelta en seda y luces, deslizar el pincel sobre cada trazo como si las propias yemas de sus dedos estuvieran acariciando cada porción de piel visible desde su posición.

Lo vio girar y cambiar de posición de forma lenta y aterradora mente elegante, tenía una mirada fuerte, una que parecía escarbar en lo más profundo de su alma y pensamientos, solo pintaba, su mente se estaba volviendo un desastre.

¿Qué es esto?

Sus pinceladas terminaron cuando termino de retratar sus manos enguantadas. Y levantó la mirada de su pintura para poder encontrar a la filosa mirada del chico sobre el, parecía que quería hablar, pero simplemente se contuvo, o eso parecía, y desvió la mirada hacia él reflector, cerrando los ojos y pareciendo disfrutar de la luz artificial sobre él.

Parece un Ángel...

Pensó, pero por mucho que lo pareciera, y que quizás alguna vez lo fue, ahora estaba lejos de serlo.

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hola ;;
esta es mi primera historia aquí, y la verdad estoy algo emocionada por ello.
espero que sea de su agrado pata las 4 personitas que me hab leído hasta ahora ♡
Mariana4751 y u-u-uke muchas gracias por votar💖

𝘔̶𝘶̶𝘴̶𝘦̶ [ Hinata x All ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora