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Última mente todo estaba muy mal, ella cada vez más alejada y yo sin saber el motivo, claramente creo que le molesto que yo me pusiera de novio con Ámbar, pues si ¿a qué tipo de chica le gustaría que tú mejor amigo se pusiera de novio con la chica que menos quieres ver en el mundo, pero ojalá y se pusiera un poquito en mi lugar y entendiera que quiero a Ámbar y desde que éramos pequeños me gustaba.
Antes solíamos ser unidos los tres, éramos como los tres mosqueteros, pero en cambio yo era el único varón, nunca entendí por qué se dejaron de hablar de la nada y ya no se quisieron ver más la cara.
Aún así, aunque ya no le hablará Luna a Ámbar, yo claramente que le seguía hablando o texteando sin que Luna tuviera idea alguna, pero ¿qué podía hacer?, siempre me gustó Ámbar y ella al parecer no lo quiere entender.
Hoy con Ámbar cumplimos tres meses de novios. Tres meses sin hablarle. Tres meses sin que me diera alguna explicación, Tres meses sin divertirnos juntos. Tres meses sin poderla abrazar.
Ahora la veo desde lejos hablando con el chico nuevo que acaba de llegar, creo que son amigos, nose, no quiero hacerme ideas. Creo que al parecer se llama Simón, el llegó como si fuera obra del destino, al decirle que era novio de Ámbar y que nos dejáramos de hablar, él entró por las puertas del Jam and Roller.
— Matteo, ¿me estás escuchando? — habló Ámbar a mi lado volteándome el rostro con su mano.
— Perdón, me perdí — le hablé sacudiendo la cabeza para despabilarme y que me soltara.
— Y al parecer en la luna — habló Jazmín haciendo su típica risa cómica que tiene.
— Ay! Jazmín que ocurrente eres — hablo Delfina disparando llagas por los ojos hacia Jazmín y haciendo una risa sarcástica.
— Tonterías — logré escuchar que susurro Ámbar.
— Hermano, ¿me acompañas a los lockers?, creo que olvide algo — me habló Gastón para sacarnos de la situación incómoda. Él estaba al tanto de todo lo que sucedía con Luna, por algo era mi mejor amigo.
— Claro, vamos — nos paramos y nos dirigimos a los lockers, pero al llegar escuchamos unas voces.
— Nina, es que no se lo que me pasa — reconocí la voz de Luna.
— Luna, solo tienes que seguir tu corazón, no lo pienses más — le hice señas a Gastón para escondernos detrás del mostrador por si salen antes de lo pensado, a lo que el solo asintió y nos metimos lentamente bajo del mostrador.
— Es que estoy confundida, por que me gusta Simón — en ese instante sentí que se me paro el corazón y al parecer Gastón noto mi reacción ya que me volteó a ver y me miró extrañado — pero...
— Luna, ¿qué pasa? — preguntó Nina.
— Creo, que también extraño a Matteo — sonreí inconscientemente.
— Luna, pero entonces ¿por qué estás confundida?.
— Ay! Nina! — salió y se asomó para ver si no venía nadie — es que...
— Luna, es que ¿qué? — preguntó Nina ya impaciente.
— Por que también siento algo por Matteo, pero aún así no por que él está de novio con Ámbar, Nina y eso es lo que me tiene tan confundida — mi corazón se volvió a parar , pero esta vez no se de que fue, si del pánico, felicidad, emoción, enojo o tristeza.
— Vámonos de aquí, por Dios — Gastón me tomo del brazo y me saco ágil mente de los lockers sin hacer ruido ya que yo seguía en shock y sin reaccionar.
— ¿Por qué no me lo había dicho?¿Por eso no quería que anduviera de novio con Ámbar? ¿Me dejó de hablar por qué estaba confundida? ¿Quiere también al tal Simón? ¿Por qué está tan confundida? ¿Ya sentía eso antes de que fuera novio de Ámbar? — comencé a hacerle preguntas a Gastón como si él tuviera la repuesta.
Cuando de repente apareció Ámbar llorando delante mío.
