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Su cabeza cabeceaba continuamente y sus ojos se cerraban con pereza.

La noche fue larga y tranquila pero aún así Youngjae no pudo conciliar el sueño; cada segundo era un pensamiento más de JaeBeom, se sentía culpable por eso. No podía dejar de pensar en él posible comportamiento de su mayor ¿Tan malo sería? Lo único que deseaba es que no le dedicará poemas en público ¡Sería muy vergonzoso!

No quería salir de su habitación, no quería verlo a él y sentirse mal por el desastre. Se sentía triste, cansado que sólo quería estar solo alejado de todo. Fue de mala suerte que, justamente ese día tenía examen de pociones por lo que no había practicado, y antes de hacerlo corrió hacia la biblioteca para estudiar y memorizar lo antes posible los ingredientes y cantidades que tenían estas. Si falla probablemente haga explotar el salón.

Pero, ya no sería la primera vez.

Los estantes llegaban hasta el techo que sólo se podía sacar un libro con escaleras o simplemente con magia, la mayoría de los pasillos estaban vacíos ya que era extraño ver a alguien estudiando tan temprano. Camino hacia uno de los estantes para luego, sacar la varita de su bolsillo y hacer un leve movimiento que hiciera que algunos libros comenzarán a flotar, dirigiéndose y aterrizando en una de las mesas que estaba junto a la ventana del castillo. Se acomodó y comenzó a leer.

Cada palabra se le hacía incoherente y eso le causaba más escombros en la cabeza. Su cabeza comenzó a caer con lentitud hacia la mesa de madera y sus ojos luchaban por estar abiertos. Pero todo fue caso perdido en cuanto se dejó llevar por el cansancio cayendo en un pequeño ensueño.

Solo era oscuridad lo que podía ver y no podía oír nada más que su respiración y latidos de corazón. Todo era tranquilo pero aún sentía inquietud.

De pronto un dulce aroma llegó a su nariz calmándolo totalmente, relajando cada músculo de su cuerpo. Una agradable sensación sintió después, era imposible de describirlo pero, se sentía bien. Minutos de tranquilidad fueron aquellos hasta que se digno ha abrir los ojos aún hipnotizado por el agrado.

Sus ojos miraron unos ojos rasgados tan profundos como la noche y su cabellera que lograba rozarlos.

Sobresaltado se intentó alejar mientras cubría su rostro.

— ¿Qué haces aquí? — fue lo que preguntó antes de tomar los libros y comenzar a leer, o eso quería aparentar. Pero al instante una mano se posó en aquel libro de pociones para tomarlo y dejarlo aún lado, mientras la otra se posaba en su rostro para que girará sin brusquedad y así poder mirarse con antes.

La expresión de JaeBeom seguía siendo la misma; sus labios sin mover y sus ojos mirándolos con ingenuo, jamás supo que pasaba por su cabeza cada vez que lo miraba así pero de algún modo le enternecía.

— Creo que debería preguntarte lo mismo — contestó acercando una mano a su rostro, dejando caer su cabeza en ella — ¿Qué haces aquí?

Sus mejillas comenzaron a tomar color y lograba sentir mariposas en su estómago.

— Y-Yo...

— ¿No dormiste anoche? — interrumpió.

Youngjae lo miró con sorpresa.

— ¿Cómo es que...?

— Estás durmiendo en una biblioteca. Deberías estar en clases de pociones.

— ¿Clases...? — abrió con exageración sus ojos — ¡Mierda! — maldijo mientras intentaba leer rápidamente la misma poción una y otra vez.

Cada vez que leía sentía que ya lo olvidaba, y la mirada de JaeBeom pegada a él no era de mucha ayuda. Si fuera por el, ya habría corrido lejos del chico Slytherin pero no debía hacerlo.

𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐩𝐨𝐭𝐢𝐨𝐧 (𝟐𝒋𝒂𝒆) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora