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Después de aclarar aún más el problema que tienen, decidieron hacer un plan para robar los ingredientes para hacer el antídoto y acabar con todo esto. Lástima que fueron interrumpidos por unos maestros que tardaron horas en encontrarlos para luego regañarlos y llevarlos a clases hasta mediodía en donde tendría libre según su horario pero algo surgió.

Las sorpresas no acaban en Hogwarts ni mucho menos en Choi Youngjae quién, por obligación debía asistir a un partido de quidditch para alentar a los estudiantes ¡Ni siquiera estaba su propia casa!

— ¡Debí tomar ese veneno cuando lo tenía en mis manos! Prefiero la muerte que ir a otro de estos partidos — exclamaba BamBam quejándose por aquello.

— Mira el lado bueno — dijo Youngjae — Si mueres estarás con Yugyeom.

Por poco le arranca los pelos de la cabeza.

Youngjae sabía que BamBam no le gustaba hablar de eso, no era incómodo o molesto, sólo no le gustaba mostrar su debilidad siendo alguien tímido o vergonzoso cuando se trata del amor. No es un insensible, al contrario, es un chico muy cariñoso pero su orgullo es más grande que eso.

— Bueno, será mejor irme — soltó el peliblanco — Los de Slytherin son muy molestos en cuanto se trata de esto — arreglo su corbata — Será mejor llegar antes de que estén haciendo berrinches.

— Está bien, te veo luego — despidió a su amigo antes de ir a la torre de madera en donde estaría Hufflepuff. Subió las escaleras hasta llegar a lo más alto posible de la torre para así ver de las alturas el gran campo de quidditch con los demás estudiantes apoyando a las casas rivales.

Como siempre, Gryffindor contra Slytherin.

Y antes de comenzar el partido, los jugadores tomaron sus escobas y volaron por los aires a una gran altura, paseándose por el campo o ubicándose en sus posiciones. Ante sus ojos el chico de la cabellera negra llamó su atención con su mirada fija en el.

Una sonrisa se formó el sus labios antes de trasladarse velozmente por los aires persiguiendo la snitch dorada. Las mejillas del castaño ya estaban rojas por aquello.

¿Cómo iba a lidiar con ello? ¿Será posible evitar enamorarse? No lo sabía realmente y eso, lo fastidiada.

El público gritaba con emoción apoyando al equipo de las casas rivales en juego. Todos se encontraban contentos con el partido pero, no era algo nuevo de que aquel par terminará peleando en un partido así, como unos pequeños niños haciendo berrinche de quien tiene el juguete más genial. Youngjae jamás le interesó esas cosas, siempre estaba pendiente de cosas de su interés como las criaturas mágicas y más.

Aún así, su mirada estaba plantada en JaeBeom como si la vida dependiera de ello. Su cabellera oscura se revolvía con la brisa dejando ver más el rostro de porcelana.

Suspiro de amor antes de notarlo. Podría decir que estaba perdido en sus pensamientos, intentando convencerse así mismo de que no será tan terrible alejarse de él para siempre. Pero cada vez que intentaba pensarlo terminaba en lágrimas y tristeza misma. De reojo miró a su lado izquierdo en donde estarían los de Ravenclaw, no fue difícil hallar al chico del famoso rumor ya que siempre demostraba desinterés por los partidos; la mayoría de las veces lo pillabas leyendo un libro o descansando en algún lugar. Podría decirse que es un muchacho muy perezoso pero, sorprendentemente no era así, era el mejor de su clase.

¿Será por eso que JaeBeom se enamoro de él? No lo sabía y eso lo deprimía.

Una pizca de culpa sintió al darse cuenta que por su tonto plan que fallo por motivos desconocidos separó a la pareja de enamorados que creaba los rumores en Hogwarts. Que desastre.

𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐩𝐨𝐭𝐢𝐨𝐧 (𝟐𝒋𝒂𝒆) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora