Yharnam 1849, catedral de la iglesia de la sanación, frente al altar de los grandes.
Lo juro... mi única intención era cumplir con las cacerías ¡lo juro!-desia un hombre con vestimenta de iglesia particular de rodillas ante lo que parecía su superior... o su amigo.
Mirate... ¿eres acaso la persona a la que le confíe las cacerías de Yharnam?-desia el hombre con una vestimenta similar con tristeza y melancolía- ya apenas eres humano, estás pálido y tus ojos casi están desorbitados.
-el hombre de rodillas mira a la cara a la persona en frente de él, no parecía del todo humano su cara pálida como la nieve y sus ojos marrones y obscuros como la vieja y fría sangre- por favor Laurence ayúdame... no... no puedo... sentir miedo... solo ira y tristeza, la caza, el olor a la sangre... me... me embriaga.
-Laurence solo lo veía con tristeza mientras decía las palabras más dolorosas pero ciertas del mundo- No hay cura para la borrachera de sangre... solo hay la muerte... si sigues así... con esa espada y esas intenciones... te volverás un degenerado poseído por la bestia..., por favor detente... Ludwig.
-Ludwig derrotado, triste e iracundo se levanta y confronta a Laurence- ¡¿Me abandonaras?! ¡¿acaso es mi culpa?! ¡¿solo hago MI trabajo?! ¡matar a repugnantes bestias! ¡¿y tu no harás nada, quedándote de brazos cruzados?!-Ludwig claramente afectado por la sangre hablaba sin razón y Laurence lo sabía pero auténticamente no podía hacer nada... si no pudo salvar a uno de sus amigos ¿qué obtendría intentando salvar a otro?
-Laurence solo miraría en silencio a Ludwig-
...
-un silencio que abrumador se corrió por la iglesia hasta que un Ludwig irracional habla- la cacería esta por empezar, iré, debo acabar con los monstruos que TU creaste, tranquilo, pronto me unire a ellos, acompañaré todo lo que pueda a mis cazadores, pase lo que me pase.
-Laurence con la frente en alto confrontó a su enfermo amigo- te volverás un monstruo, un ser adicto a sangre... esa espada... cuando la encontraste en ese laberinto... te cambio... el Ludwig que yo conozco es noble, valiente, audaz, un gran maestro y ejemplo a seguir, pero sobre todo alguien que se conose a si mismo... tu solo velas por la sangre... te seduce... te transforma, esa Luz de Luna que tanto hablas solo te llevará a tu perdición y tragedia.
-Ludwig segado por la sangre solo se retiraría de la iglesia para comenzar su cacería- ... Ludwig... no hagas algo de lo que te arrepientas -dira Laurence impotente ante la situación de su amigo.-
Calles de Yharnam, centro de Yharnam
un grupo de cazadores estaban marchando por Yharnam, Ludwig, La espada Sagrada era el que dirigiría las noches de cacería marchaban con seguridad y grandeza... al menos por una última noche
Ludwig y su grupo de cazadores encontró un grupo de bestias, devorando carne y sangre de forma grotesca, sin pensarlo Ludwig y sus cazadores se abalanzaron contra las bestias con sus espadas y masas que los agitabancon gran fulgor, pero eran muchísimas, los cazadores resistieron pero se reducían a medida que aparecían más y más bestias... pero un cazador... Ludwig estaba demaciado borracho de sangre y epezo, no solo a atacar a bestas, sino que también a sus camaradas, uno por uno los cazadores sucunbian ante el adicto y antiguo cazador Ludwig, los pocos sobrevivientes se quedaran horrorizados con la imagen de su maestro empuñando su luz de luna y empapado de sangre de sus camaradas y de bestia.
Los jóvenes cazadores no pudieron hacer nada más que huir, el miedo en sus corazones era abundante y profundo, Ludwig segado por la sangre los persiguió como si un León persiguiera a una gacela, el pequeño grupo de cazadores logró llegar hasta Cahtidral ward ahí se dispersaron... hasta que también llegó un desorbitado cazador.
¡BESTIAS! ¡BESTIAS POR TODAS PARTES, USTEDES TAMBIEN SERAN UNO DE ELLOS TARDE O TEMPRANO!-decia un Ludwig perdió y enloqueció-
El borracho lograría ver a uno de sus cazadores huir hacia el cementerio de la catedral, corrió rápidamente hacia el, alcandadolo y dándole un corte que derribó al joven cazador y calló en el cetro del cementerio.
-herido y asustado el joven cazador intentó razonar con lo que solía ser su maestro- ¡Maestro Ludwig! ¡por favor sea razonable! ¡soy yo Simón!- Ludwig solo lo vería en silencio alzando su espada Luz de Luna ,estaba listo para matar a otro de sus alumnos.
Solo te estoy librado de una gran carga, tarde o temprano serás uno de ellos. -dijo un irracional Ludwig que estaba a punto de matar a Simón-
...pero algo ocurrió, cuando Simón había cerrado sus ojos para recibir el mortal espadazo de su maestro... no sintió nada, abre los ojos y no ve en ningún lado a su iracundo maestro... viendo hacia arriba a las paredes de la catedral este lograría ver una sombra transparente con grandes brazos sosteniendo a su maestro con una mano, lo que parecía una bestia lo estrujo con su mano y su maestro desapareció en un humo cósmico...
Simon estaba perplejo... literalmente un Dios lo ayudo... o tal vez... Ludwig merecía el castigo que le esperaba
LA PESADILLA DEL CAZADOR
...Ludwig despierta en un lugar extraño... era Cathedral Ward pero distinta... más demacrada y sobria, salió de la catedral y vio unas bestias que luchaban con un viejo cazador... Ludwig no se resistió y fue a atacar a ambos seres, acabando con sus vidas... Ludwig estaba condenado había muerto Ludwig La espada Sagrada... ahora solo queda... Ludwig, El Maldito
La cacería era abundante en la pesadilla, constantemente había cazadores borrachos y bestias para matar... las masacres del Maldito fueron tantas que ya no era humano, ya no razonaba, ni siquiera era un hombre... se había vuelto un monstruo mitad hombre mitad caballo, un ser adicto de sangre sin pensamiento y guiado por sus instintos animales... quedaría ahí atrapado hasta que alguien le de fin a la vida del hombre que solía ser Ludwig, La Espada Sagrada
_________________________________________
FIN DE PROLOGOHolanda está será la primera historia que me la tomaré enserio así que díganme que les pareció este epílogo, nos vemos la semana que viene 😁
ESTÁS LEYENDO
Izuku: La Espada Lunar
FanfictionOdio a la Luna -le tengo miedo-, ya que, cuando brilla sobre ciertas escenas familiares y amadas, a veces las convierte en desconocidas y odiosas. H.P. Lovecraft