»Las dos caras del amor« 𝓩𝓱𝓪𝓷𝓨𝓲

•Acepto el trato•

Después de una dura jornada laboral por la noche, Zhan regresó a la casa de sus padres dónde seguramente su madre lo esperaría despierta.

Eran las 2:35 de la mañana y tal como lo espero, la mujer de cabellos negros y entre cenizos estaba sentada en el sofá principal. —Nuevamente llegas tarde hijo— dijo con una voz preocupada —Ya te dije que no tienes que trabajar hasta estas horas de la madrugada.

Zhan le sonrió, su madre era el vivo ejemplo de una progenitora amorosa y entregada a su familia, lastimosamente su padre había partido hace mas de cuatro años.

—Y yo ya le dije a usted que no me espere despierta— cerró la puerta de la pequeña casa en la que vivían y después fue a darle un abrazo a su madre con mucha ternura —Además los medicamentos no se pagan solos.

Solo dios sabe que tantos secretos guarda aquella mujer de 45 años.

—¿Cómo es que dejaste la universidad?— cambio el tema.

—Mmm... Yo... La carrera que escogí no me gustó— mintió.

—No me mientas Zhan, sabes que soy tu madre y a mi no me puedes mentir— sonrió —Hoy fui a pagar la colegiatura, te faltan sólo tres semestres más para tu graduación.

Zhan la dejo de abrazar —¿Dónde...?

—No te preocupes por el dinero Zhan, yo lo conseguí.

—Pero...

—Nada de peros, ya perdiste cuatro años universitarios por trabajar, no puedes perder más.

Zhan no sabía de dónde había conseguido su madre tal cantidad de dinero y aunque por el momento casi todo estuviera resuelto, aún debía preocuparse por pagar ese dinero que su mamá había conseguido.

—Vamos, tienes que descansar.

Aunque su madre fuera muy joven, él la ayudaba en todo lo que podía pues después de que su padre murió la vió llorando casi todas las noches hundiéndose en la depresión y él la ayudó a salir de aquel túnel oscuro hasta que un día un médico analizó a su madre y le diagnóstico insuficiencia pulmonar y cardíaca derivada de aquella fuerte depresión, motivo por el cual ahora tiene que comprarle medicamentos costosos.

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Zheng estaba tranquilo e impaciente, por un lado había conocido a la persona que sería su pase de salvación de Wang Yibo y por el otro estaba impaciente pues ese hombre que se parecía completamente a él había declinado su oferta.

—¿Qué vas a hacer ahora?— preguntó Dao mientras veía su amante pasearse por la habitación como un león enjaulado con un cigarrillo entre los labios.

—Todos tenemos un precio querido, solo hay que encontrar el precio exacto de ese mesero— sonrió y tomó su celular del buró, marco un número y espero pacientemente —Wang Zhou Cheng, necesito que investigues todo acerca de una persona y después me envíes la información a mi correo electrónico, su nombre es Chen Zhan y que no te sorprenda el gran parecido que ambos tenemos— conseguir el nombre de aquel susodicho fue pan comido, pues todos los empleados del hotel tenían que portar obligatoriamente su nombre en un gafete.

Tras la línea un pelinegro de piel nivea sonrió —¿Acaso encontraste a alguien que te ayude con Wang Yibo?— se burló —Mañana a medio día tendrás esa información, por ahora déjame dormir— corto la llamada y Xiao sonrió.

—Te ves muy contento— coqueteo su asistente mientras se quitaba la bata de dormir.

—Lo estoy, no siempre se presentan buenas oportunidades como está querido, pero por ahora hemos tenido mucha acción ¿No te parece?— el otro asintió —Entonces solo podemos dormir, mañana será otro día y tal vez después de ese día... tú y yo tengamos mucho tiempo de sobra para disfrutar de nuestras pieles— beso los labios de color melocotón y después subió a la cama.