almas libres

Capitulo 4

Llevamos aquí una maldita semana y aún así no nos han sacado de esta mugrosa celda, no se que esperan.

-No maldigas, es de mala educación. Yo no te eduqué ni crié así-- Me comenta James con una pizca de broma en sus palabras.

-No utilices ese raro poder en mi, imbécil. Sabes que odio que usemos los poderes que nos dieron esos malditos monstruos - Le digo mientras me encojo con sutileza en mi lugar para que no se de cuenta que lo que hizo tuvo un gran efecto en mi, uno terrible. Unos escalofríos recorren mi cuerpo al tratar mantener los recuerdos lo más alejado posible.

--Ayra, necesitamos superar esto, ¿ok? No te dejaré sola en el proceso, créeme, pero es momento de sacarle provecho a estos poderes que solo pocos seres sobrenaturales poseemos-- Se acerca para poder abrazarme-- Se que taren malos recuerdos, pero tenemos que aprender a vivir con ellos. Un día solo serán pequeñas pesadillas que no nos importara, confía.

No respondí, tampoco había necesidad de hacerlo, mi silencio fue una respuesta muy clara ante aquel discurso. Escucho la puerta, volteo rápidamente al reconocer el olor.

Sangre, humano.

Les explicare, podemos sobrevivir sin sangre durante dos meses. En los días que transcurran, nos vamos poniendo más indefensos, débiles y con un pésimo humor.

Puedo observar como Kaled entra por la puerta con una chica detrás de el, me remuevo incomoda al notar como la chica se aferra a los brazos de el, observo como Kaled saca media sonrisa para luego ocultarla y volver a su semblante serio.

--Ayra y James, les presento a Male-- Hace una seña para que la chica se ubique al frente de el-- Male, preséntate por favor, no temas.

La supuesta Male da un paso hacia el frente, decidida. Al analizarla de arriba a abajo, puedo notar que no puede medir más de 1,60; cabello castaño, ojos café. Puedo notar como se aferra a su ropa con temor, al ver esto no puedo evitar soltar una pequeña risa.

--Anda, cariño. No mordemos-- Le digo con media sonrisa, para luego pasar mi lengua por mis colmillos , suelto otra pequeña risa al notar que empieza a temblar.

-Ayra, déjala en paz-- Me dice un James fastidiado-- Adelante muñeca, cuéntanos que tienes para nosotros.

-B-Bueno, como ya les comento Kaled, mi nombre es Male y soy la encargada de mostrarles el lugar en donde se hospedaran hasta cuando deseen abandonar este sitio--Esto último causo molestia en mi, ya que lo dijo con cierto rencor que no entendía-- Kaled los sacara de la celda en estos momentos y luego me acompañaran. Quiero resaltar el hecho de que si me sucede algo, ustedes la pasaran realmente mal.

Con eso salió de la habitación, dejándonos a James y a mi totalmente sorprendidos por su cambio de actitud tan repentino, hace segundos estaba que se desmayaba por el temor y ahora nos amenaza.

--Esa pequeña humana...

-Me agrada-- Termino por James.

Kaled se acerca riéndose a la celda para poder liberarnos, lo observo confundida, ya que no le encontraba ningún chiste a la situación.

-Disculpa, cuéntame el motivo de tu risa porque me hace falta reírme un poco-- Le digo viéndolo directamente-- Solo sácanos de aquí, Kaled.

Kaled abre lentamente la puerta de la celda, se acerca a mi oído a tal punto que me causa un cosquilleo desconocido.

-Lo qué pasa, mi pequeña mate, es que puede observar el cómo te incomodo que estuviera tan cerca de mi--Se acerco más a mi oído, si eso era posible-- Para no importarte, demostraste más de lo que esperaba-- Antes de separarse, me da un beso en la mejilla.

Le di un golpe que inmediatamente le volteo la cara.

-No confundas las cosas y no te me vuelvas a acercar. ¿Entendido?.

Solo me observo de arriba a abajo. Luego señala la puerta para decir:

-Male los espera en la salida, ya pueden irse.