Me Quitaste lo que es Mío

La Cuarta Guerra Ninja: Viejos Amantes

Miraba con malicia los objetos en sus manos, solo tenía que esperar un poco más y según sus cálculos; no tardarían en llegar. Por su parte, observaba a sus víctimas tratando de quitarse las numerosas arañas que corrían por sus cuerpos

- ¡Katsu!

En su rostro se podría ver que en parte lo disfrutaba, mientras su compañero solo observaba un poco fastidiado

- Oye, Deidara tenemos ordenes

- Oh, deja que me divierta - sonriendo - hace mucho que no hago esto

Nuevamente se escucharon las explosiones, mientras Deidara disfrutaba como sus enemigos volaban por los aires, a eso le permitió darse cuenta que estaban cerca

- Minato-sama...

- Lo sé - deteniéndose en el suelo - él también está cerca - Jin vio como el menor apretaba sus puños, con cuidado se acercó al menor frotando su cuerpo quien lo abrazo

- Si me permite - se acercó Kurogane - hay algo que puede hacer

A lo lejos, mientras se dirigían a Uzu, Itaru detuvo su camino mirando a sus espaldas

- ¿Qué es esta tristeza?, ¿esta ira? - colocando su mano en el pecho - ¿Minato?

- Itaru...

- Tío... perdón Sasuke

- No nos retrases y apresúrate

- ¡Si!

Antes de reanudar su camino, Itaru dio un último vistazo para seguir a Sasuke y los demás

- Algo lo tiene... NO - frunciendo el ceño - no debo preocuparme por ese traidor

Mientras tanto, Naruto apresuro su paso, sentía más y más cerca el chakra tanto de Minato como

- Oye, ¿estás seguro de querer seguir?

- Tengo que ir y nada de lo que me digas me hará cambiar de opinión

Kurama solo frunció el ceño, mientras el rubio seguía en su camino. A lo lejos, Deidara seguía deleitándose mientras Sasori lo observaba algo fastidiado, cuando algo llamo su atención

- ¿Qué pasa?

- Tu sigue divirtiéndote, ya vuelvo

- Pensé que no se iría

- ¿Kisame?, ¿se puede saber dónde estabas, hum?

- Por ahí, buscando a un viejo amigo en mi caso... y en el tuyo

Deidara no entendió hasta que vio surgir de las sombras a su antiguo amante

- I-Itachi

El ninja explosivo miraba sorprendido al Uchiha, quien seguía con su semblante serio, observándolo de pies a cabeza. Kisame por su parte

- Bueno, los dejo, supongo que tienen mucho de qué hablar

Dicho esto, el escualo se dirigió en la misma dirección que Sasori. A paso lento, Itachi comenzó a acercarse a Deidara, quien aún seguía pasmado, hasta que sintió la caricia del Uchiha

- ¿Qué?

- Tiempo sin vernos, Dei - este le da un manotazo

- ¿Qué pretendes, hum? Y no finjas que no lo sabes, imagino que ya supiste que conocí a tu hijo menor