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La gran casa frente a nuestros ojos se ve lujosa, moderna y se nota el toque femenino. Acomodo la pistola en mi cintura al tiempo que Hanna verifica sus cuchillos, vinimos a darle una visita a Aarón, según nuestros cálculos su familia no está en casa, no me metería jamas con unos niños que no tienen la culpa de la vida de mierda que tiene su padre. Nick se encargó de las cámaras y el teléfono, con un sistema creado por él mismo hackeó el sistema de seguridad, además colocó un aparato en la tableta que hay en la puerta. La casa de Bradley es completamente electrónica, y para su desgracia nosotros tenemos un maldito genio de la tecnología.

La puerta se abre luego de unos trucos de mi amigo, dejándonos ver juguetes en el suelo, rápidamente volteo a ver a Zoen, él es el de los planes de este tipo, sin embargo está igual de sorprendido que yo, más aún cuando un niño, que es la copia de Aarón pero con ojos azules, se nos queda viendo con miedo. Me pongo a su altura y él me mira asombrado.

-Te pareces a mamá - murmura sin salir de su asombro.

-¿Si? ¿Como te llamas?- le sonrío para que no tema.

-Valentino- sonríe. Este niño es una dulzura.

Es una lástima la mierda de padre que le tocó. 

-Mira pequeño, somos amigos de papá. Y venimos a saludarlo, hace tiempo que no lo vemos. ¿Tú puedes hacerme un favor campeón?- él sonríe dejándome ver que le falta un diente y asiente- Quiero que vayas a tu cuarto por un momento, es una sorpresa para papá ¿Me ayudas Val?- el asintió- Es nuestro secreto- le estiro el meñique y él lo toma con el suyo para luego correr escaleras arriba- Nada de disparos ni cuchillos, hay niños aquí - advierto a mi equipo.

Avanzamos con cautela, no quiero encontrarme a más gente, llegamos a la oficina y entramos. Bradley ordenaba unos papeles que soltó cuando levantó la mirada,  palideció, sus ojos buscaron la tableta por donde puede llamar a seguridad o a la policia, queda en shock al ver que esta no obedece, que está bloqueada.

- No intentes nada- me observa- No quiero tener que lastimarte estando el pequeño Valentino aquí- hablo seria.

Se pone alerta y puedo ver el miedo adornando su rostro.

- No les hagas nada- veo la súplica en su mirada.

- Así que Malía y la pequeña Lía están aquí- niega con temor- Por cierto, es bastante enfermo que tu esposa se parezca tanto a mi- me acerco a él- Sin embargo la niña es hermosa -alago con una sonrisa cínica.

Se acerca a mi de manera amenazante pero saco mi pistola apoyándola en su frente.

- No hagas que te vuele la cabeza y tu esposa e hijos sean testigos de eso- se sienta en su escritorio tomando aire- No les haré daño, a diferencia de ti, no lastimo a niños.

-Escucha imbécil, esto es sencillo, conocemos a tu familia, sabemos más de ella de lo que te imaginas y conocemos cada uno de tus puntos débiles. Si no te matamos en este momento es porque tienes dos niños que no queremos dejar huérfanos. Pero no hagas que pierda la paciencia porque si no pongo una maldita bala en tu frente es por esos niños- Nick hace que se corte su respiración - No sé si estás consciente pero el menos cuerdo aquí soy yo, el que menos paciencia tiene soy yo, y el que no le tiembla la mano al hacer un maldito agujero en tu cuerpo soy yo- le susurra.

Nick es exactamente como se autodescribió. No, no tiene problemas mentales, tampoco se debe a los ataques de ira que comparte con Zoen y conmigo, no, él simplemente es el ser más frío que podrías conocer en tu maldita vida. No piensa dos veces las cosas, si tiene que matar para proteger a los suyos no lo duda y jala del gatillo.

-Para evitar esto, es que queremos que tú y tu mafia de mierda dejen de seguirnos, dejen de jodernos porque esta es la última vez que seremos...- Zoen piensa- considerados contigo.

ContrarrelojDonde viven las historias. Descúbrelo ahora