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Ley de Faraday-Lenz

JeongIn no entendió su propio actuar hasta que llegó a casa, enojado, frustrado y, aunque no quería admitirlo, triste. Necesitaba salir de Hyunjin, necesitaba que se le declarara al estupido crush ese y dejara de ser tan cariñoso con él. ¡Era su estudiante, por el amor del dios en el que no creía!

Okay, Yang aceptaba que Hyunjin era su maldita fantasía erótica personificada pero era solo una atracción física y JeongIn había tenido varias de esas. La personalidad, ese era el problema. Hwang le empezaba agaradar demasiado y lo que es peor el chico no parecía cansarse de él y siempre decía lo mucho que disfrutaba su compañía, y sin embargo, estaba enamorado de otro; otro que al parecer no le hacía mucho caso, o al menos según su estudiante.

JeongIn no podía ni imaginar lo estupido que debía ser el otro tipo, por dios Hyunjin era perfecto, ¿quién no lo querría? Por supuesto, para Hwang aquella persona era tan genial que no paraba de hablar del fastidioso crush con corazoncitos en los ojos por un puto minuto. Ah, pero luego bien venía y le hacía cumplidos a él. Solo confundía más. Si solo Hyujin supiera respetar las líneas que debían tener un profesor y un alumno, vale, él como el profesor no las había impuesto. ¿Qué demonios? Incluso le pidió al chico que lo tratara con confianza.

Por supuesto, jamás le dijo que le llamara Innie con aquella voz ahogada y baja, o que le abrazara por la espalda cuando estuviera distraído. Yang específicamente le aconsejó ser cariñoso con su CRUSH no con él ¿o qué? ¿Hyunjin lo usaba para practicar o algo?

Al otro día cuando se encontraron en la escuela, JeongIn aún seguía de mal humor y sus estudiantes lo notaron. Se encontraba bastante irritable y propenso a perder la compostura, no hizo chistes de ciencia y se molestó por el más discreto ruido.

—¿Qué pasa profe? ¿Lo dejaron o algo? —preguntó un estudiante con ganas de ser el payaso de clase. En otra situación Yang le hubiera respondido algo sarcástico que hubiera dejado al aula cantando "Turn Down For What?", pero no esta de humor ese día y simplemente le dio una mala mirada y siguió explicando un ejercicio.

JeongIn ni siquiera intercambió miradas con Hwang quien toda la clase lo miró interrogante, con una expresión preocupada que solo hizo a Yang enfurecerce más. Él era un hombre de ciencia y como muchos de esos tenía una incapacidad emocional para sus propios problemas que lo carcomía.

Estaba molesto consigo mismo, estaba molesto con Hyunjin, con el estupido de crush, con la escuela de su sobrino, con la universidad, con su hámster, con el puto universo. Se sentía desequilibrado, no sabía exactamente por qué o qué hacer al respecto.

Durante las prácticas de laboratorio el estudiante intentó hablar con él al respecto pero fue cortado disímiles veces y reprendido por no concentrarse en el trabajo que realizaba. Al llegar el descanso JeongIn siguió en lo suyo, evadiendo la conversación pendiente.

—Innie...

—No.

—¿No qué?

—No me llames así.

—¿Qué demonios te pasa JeongIn? Lamento si tienes un problema pero no puedes tomarla con los que no tenemos nada que ver.

—¿Los que no tenéis...? —Yang dejó escapar un bufido y siguio acomodando un circuito.

—JeongIn, JeongIn... oye deja eso, es el descanso. Te estoy hablando. ¡Yang JeongIn! —solo así el hombre lo miró. Hwang se sentó a su lado y, quitandole las piezas en que estaba trabajando, lo tomó de las manos. —Puedes hablar conmigo, sea lo que sea, yo siempre voy a estar...

—¿Ya te declaraste? —preguntó el mayor de la nada.

—¿Qué?

—Lo que oíste.