P r ó l o g o

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LUNES 18 DE ENERO, 2016

En algún momento de la vida nos hemos cuestionado sobre cómo se elabora el bolígrafo que usas a diario, o cómo saben que ese aparato que suelta tinta sea un bolígrafo, de qué está hecho o cómo somos capaces de saber de qué está compuesto. Se han preguntado del cómo es que sus pulmones les da la vida junto al corazón, de qué manera saben que son pulmones y no riñones, qué día los crearon, un lunes o quizá un domingo. Indagar en cuál época inició Adán y Eva o si realmente existieron, o que en vez de ellos estuvieron los homo sapiens, quizá llegaron a compartir la línea de su vida. Son esos pequeños instantes en que indagas en lugares recónditos hasta el grado de perderte en dimensiones y concluir en la simple pregunta: cuál es mi función en el aquí y ahora; te llenas de las muy sonadas dudas existenciales, en las cuales, por más que seas inteligente, no sabrás la respuesta, a menos que tengas una lámpara mágica que al frotarla salga un genio que desee responder todo lo que te cuestiones, cosa que hasta el momento no ha llegado a suceder.

Todo eso era lo que rondaba constantemente en la mente de Luke, él se hallaba en cualquier otra parte en excepción del aula con sus compañeros y el profesor Mendoza que se empeñaba a llenar su cerebro con información que al rubio no le interesaba en ese instante, el chico se encontraba en ese tipo de sensación en la que tu cuerpo está en el lugar mientras que tu mente se desplaza fuera del sitio y no era primera vez en la que él se sentía así, era una sensación que le incomodaba, esa sensación de vacío, de no saber si realmente valía la pena que él existiera, si realmente tenía una función en el aquí y ahora.

El lápiz del chico golpeaba suavemente la libreta en un tic nervioso, miró de soslayo el reloj que pendía encima de la pizarra cubierta de apuntes que deberían estar en su libreta. Estresado, pasó la mano por su cabello intentando acomodarlo.

Gracias a Dios, el timbre del fin de clases sonó, el profesor los dejó salir y sin pensarlo dos veces el chico tiró sus cosas a la mochila con tal de dejar atrás apresuradamente el aula, al fin iba a ir a tomar un café con Merylin y Edric para pasar un ameno rato. Aunque él quisiera negarlo, en ese instante estaba un poco emocionado por estar cerca de la chica castaña, le gustaba desde hace un buen tiempo.

El destino se empeñaba en retrasar su muy esperada salida con los hermanos Blair porque en medio de su camino se encuentra con Calum, el cual siempre está muy sonriente, pero en esta ocasión no venía solo, sino que esta vez una chica de estatura baja era aprisionada con un muy efusivo abrazo.

"Yo la podría pisar", pensó el rubio al verla, quiso reírse de eso pero logro contenerse, afortunadamente.

—Mira, Luke —dijo el pelinegro, demasiado sonriente para el gusto del aludido—, ella es mi nueva amiga Amelie, es su primer día acá y es muy linda, ¿verdad?

La nombrada miró hacia otro lado intentando lucir indiferente pero al mismo tiempo cortés —más lo primero que lo segundo—, aunque sus mofletes blancos al ponerse rosados delataron la vergüenza que sentía, Luke sin poder evitarlo la miró serio analizando su forma de actuar extrañado por el hecho que haya entrado a mitad de año a la universidad, además se le hizo vagamente conocida.

La mirada cargada de reproche de su amigo provocó que el rubio intentará sonreír con tal de lucir un poco amable con la chica, podría jurar escuchar a Calum decir: "Carajo, no seas tan borde Luke".

—Un gusto, Amelie. —fue lo único que mencionó el chico regresando a su gesto cargado de seriedad, lo suyo no eran las sonrisas simpáticas.

—Igualmente, Luke —respondió ella un poco incómoda golpeando con su legua el interior de su mejilla. Él se percató que en ningún momento lo miró a los ojos, se intrigó un poco.

Después de pensarlo un rato, el rubio soltó una pequeña risa al notar la suerte que se cargaba su amigo, otra persona antipática en la vida del pelinegro, vaya suerte.

Calum Hood lo observó un poco confundido ante su acción, se preguntaba qué diablos pasaba por la cabeza de Luke, era muy difícil saber esa respuesta, al moreno siempre le costaba entender todo lo que rodeaba a su mejor amigo y al conocer a la linda Amelie le pasó lo mismo, para él estos dos chicos que estaban en su vida eran sumamente diferentes a todo lo que era él.

"Dios, qué diablos hago para conseguir amigos tan antipáticos y por qué carajos me caen tan bien a pesar de tener cara de ano", caviló el moreno.

—Realmente son raros los dos —soltó sin pensarlo rascándose la nuca, los pensamiento de Calum nunca podían mantener en su cabeza—, de seguro se llevarán súper bien.

Ambos fruncieron el ceño ante la predicción del chico, los tomó por sorpresa, aunque el castaño podía jurar que tenía cierto grado de razón.

De alguna forma, Mar y Luke iba a terminar siendo algo.

O algo muy jodido o algo un tanto especial.



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⏰ Última actualización: Apr 17, 2021 ⏰

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ARENA, MAR Y ÉL © LUKE HEMMINGS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora