Nigromante

Segundo capítulo: Galerna

Pov Harry Potter:

Noche del 6 de Mayo- 21: 09 PM
Recámara masculina de Gryffindor:

Mis ojos se abrieron con pesadez, he inmediatamente comenzaron a enfocarse en el despertador.

-Las dos de la madrugada- susurré, en el intento de no despertar a quien descansaba a mi lado.

Lentamente roté mi cuerpo hacia su dirección, exclusivamente para permitirme el privilegio de besar su rostro.

-¿Sabes? Sigues siendo tan apuesto como cuando seguías con vida- suspiré- Cualquier mago de mala muerte puede invocar un demonio, pero jamás se ha visto que alguien pueda anclar la existencia de un ángel a este mundo.-

Con manos temblorosas acaricié sus sedosos rulos negros.

-El ritual para unir tu alma funcionó de maravilla, la búsqueda de tu antiguo cuerpo en el reino de los muertos valió totalmente la pena…- divague, aunque rápidamente una mano apretando mi muñeca cortó cualquier hilo de pensamiento.

-Por favor, devuélveme al “cielo”- rogó con sus labios cortados y descompuestos.

-Tom, jamás te dejaré ir. Tu cuerpo en descomposición puede doler, tu alma fragmentada puede adentrarte en la locura, pero tu deber es permanecer a mi lado para que la soledad no vuelva a abrazarme.-

Jadeando y cubierto de una fina capa de sudor, desperté.

¿En donde hallar una presencia humana que me calme?
Nunca nadie pudo, ni amigos ni amantes.
Sólo fantasmas que he amado en secreto hasta pulverizar mi conciencia y memoria.

Sentí ganas de llorar pero las lágrimas nunca salieron. Nuevamente experimenté esa clase de tristeza, de tristeza enfermiza, en la que no te puedes sentir peor.
Tal vez todos pasen por ella cada cierto tiempo, pero para mí es muy seguido, demasiado seguido.

-Harry, ¿Qué fue eso? ¿Pesadillas otra vez?- se quejó Ron desde su cama, mientras abría perezosamente los ojos.

-Lo siento- susurré a duras penas.

Toscamente comenzó a moverse hasta colocarse de pie y me observó fijamente

Él salía pronto de casa
Con la mano en el corazón
La corbata mal anudada
Y su parte de razón

-ven conmigo- ordenó- vamos a la sala de menesteres.-

-Adelántate, en seguida te alcanzo- 

Ella hacía después la cama
Con girones de su amor

Mi rostro rotó hacia la derecha suavemente y divisé sobre mi baúl la fotografía que allí descansaba.

Ron y Hermione abrazándome, los tres sonriendo.

Mientras iba recogiendo su dolor
Con las pupilas nubladas, producto del dolor irreparable que significa vivir sin ellos, observé por última vez para siempre jamás aquél marco con los ojos más luminosos, tristes y agradecidos que ellos no me verían nunca en una década en común.

-Solo dios sabe cuánto los quise, cada día deseo un poco más que no hayan tomado partida en esta guerra.- alcancé a decir con mi último aliento.

Pero al regresar como cada día
La galerna abría el ventanal

Suavemente me coloqué de pie y me dirigí hasta la ventana.