Fireflies (Tomioka x oc)

New Chance

Tomioka Giyuu, murió a los 25 años de edad debido a las marcas de cazador desarrolladas durante la batalla contra Kibustuji Muzan.

Recordó haberse quedado dormido, un sueño del cual ya no pudo despertar.
Escuchó a lo lejos una voz conocida
¿Quién es?

-Giyuu, te he esperado mucho tiempo...
Despierta ya, ¿cuánto más vas a dormir?-

Parecía ser importante, más no podía recordarlo, estaba confundido, todo a su alrededor era negro.

-Despierta... Despierta cariño...-

Estaban hablándole nuevamente, pero no podía abrir los ojos y ver al dueño de esa dulce voz.
Una vez más apareció, cortando con el silencio.

-Despierta ya... Debemos irnos-

Abrió los ojos lentamente, una lluvia de colores cobrizos se abrían frente a sus ojos.
Y ahí estaba él, el joven pelinegro que había perdido hace bastante tiempo.

-¡Giyuu! Ya podemos estar juntos.-

Se sintió feliz, algunas lagrimas se acumularon en sus ojos y caían por sus mejillas.
Abrazó fuertemente al joven frente a él, luego de aquel emotivo momento, se levantaron y caminaron una distancia considerable, pero no estaba cansado en absoluto.

Caminaron por lo que parecía ser un bosque, la luz de las luciérnagas los guiaban por el camino correcto.

Akemi se detuvo en seco frente a Giyuu, lo tomó por los hombros y le habló con determinación.

-Te prometo que te encontraré en la siguiente vida.
Giyuu, no me cansaré de buscarte.-

Despertó alarmado, aquel sueño se le había hecho demasiado raro.
Recordó la última frase que le habían dicho durante el sueño.
"No me cansaré de buscarte"

Dejó todos esos pensamientos de lado, se levantó con pereza de la cama y comenzó a vestirse, debía apurarse , su hermana lo llamaba molesta en la planta baja.

-¡Giyuu! ¡Baja ya o se te hará tarde!-

Bajó las escaleras mientras bostezaba y se estiraba un poco.

-Tsutako... Deja de gritar es muy temprano.-

Tomó asiento en una silla del comedor, desganado esperó a que su hermana le sirviera un poco de lo que estaba preparando.

Cuando terminó de desayunar, se lavó la cara y los dientes, peinó un poco su alborotado cabello negro y salió rumbo a la escuela.

Caminaba entre las calles en silencio, miraba las casas y de vez en cuando les sonreía a las personas.
Pudo ver a lo lejos el edificio de su escuela, al acercarse cada vez más pudo ver a sus amigos quien ya lo esperaban en la entrada.

-¡Giyuu! ¡Por fin te encuentro!-

Esa frase le recordó al sueño que había tenido hace unos instantes.
Quizá la reencarnación no sea solo una leyenda más.

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