XXIII

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Ella estaba tan feliz en la plaza podía notarlo en sus mejillas coloradas con ese tono rosado, en su sonrisa y en sus ojos…. En sus ojos no, en sus ojos había angustia, pena, podía sentir el dolor de esas burlas que tenia todo los días a la entrada de la escuela, los empujones, golpes, todo, con solo el echo de mirarla podía sentirlo, siempre la observaba a la estrada como era recibida, nunca pensé en  hablarle (Lo cual me arrepiento) pero cuando la vi tirada allí en la fiesta sola, desolada, tirada en el suelo como alguien que no valía nada, no dude un segundo en ayudarla, cuando tome su mano, pude ver que tenia miedo y al mismo tiempo estaba nerviosa, no me miro a los ojos, mantenía la cabeza gancha.

No es mala niña, porque le hacen eso, en su interior tiene algo muy especial, aunque no se a que se deben sus cambios de humor, dice llamarse Abby cuando luego me pregunta quien es, aun pieso que es broma pero por otra parte ella no padece de tener esa clase de humor.

Es tan frágil como una rosa que esta a punto de marchitarse, quiero ayudarla...

No subestimes a los débiles.(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora