nine

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[...]

-Aún sigue moviéndose, Jennie, toma ese bloque de allí-lo apunta-, y chócalo en su cabeza hasta que logres ver su cerebro-Jennie rápidamente frunce el ceño y se niega-. Oh vamos JenJen, hazlo por mí-Lisa junta sus manos-, por tu bebé, por tu Lisa-ambos se quedan mirando hasta que ella hace lo que le ordena, comienza a golpearlo con el bloque repetidas veces hasta cansarse. Ella observa todos sus movimientos sin dejar de sonreír mientras se balancea agarrada de las rejas-. Bien, ahora, tienes que hacer exactamente lo que diga, ¿me escuchas?-se inclina hacia él-Lo primero es deshacerse del cuerpo, antes, mejor-Jennie la observa como si tuviera tres cabezas-. Quémala, entiérrala, húndela, cualquier cosa, sólo sácalo de aquí, pero no sin antes deshacerte de los identificadores; dientes, tatuajes, huellas digitales-observa a Kristal-. Borrar las huellas es fácil, luego lo dientes, los cuales debes esparcirlos en la basura, en el agua, donde sea, sólo no todo en el mismo sitio, y entonces solo queda el cuerpo por el que preocuparse.

Jennie se queda quieta en su lugar por un momento sin poder creer que acaba de asesinar a alguien. Reacciona ante el llamado de Lisa y se levanta rápidamente para luego observar el cuerpo ya muerto de Kristal para luego comenzar a hacer cada una de las cosas que la chica le indicó.

Primero; arranca cada uno de sus dientes para seguidamente ir a tirarlos a cualquier otro lugar en el exterior, segundo; se deshace de cada una de sus huellas, y por último; al no caber el cadáver en el incinerador, opta por la segunda opción que le propone Lisa, que es cortarlo en trozos para repartírselos a cada uno de los caninos que hay en la perrera. Le parece una tarea arriesgada y difícil, pero aún así lo hace.

(...)

-¿Cómo se siente?-le pregunta Lisa al verla limpiar la sangre de las paredes.

-No sé, como si le ocurriera a alguien más, ¿sabes?-voltea a mirarla mientras escurre el paño.

-La primera vez es siempre la peor-susurra mientras se limpia el cuello con un paño húmedo. Jennie deja de limpiar para voltearse completamente hacia ella y apuntarla antes de hablar;

-No hay primera vez, ni segunda vez, ni esa mierda, fue un accidente. Te lo dije—dice antes de seguir en lo suyo.

—¿Sabes que siempre me llegó?—agarra una de las rejas con una mano—Las preguntas—baja la mirada y sonríe—. Recuerdo al principio, todo lo que podía pensar era si Rose tenía una mascota, o si había un perrito pequeño pobre y sólo sentado en la puerta, esperándola a volver a casa. Pero todo eso se va—lo vuelve a mirar—. Mientras más piensas acerca de eso, más recuerdas las partes que te gustaron—murmura sin dejar de mirarlo—, como te hizo sentir—Jennie se voltea nuevamente, con el ceño fruncido—. Como si tuvieras el control por primera vez, como si nada te pudiera lastimar.

—Así no es como fue—se acerca a otro extremo de la pared para seguir limpiando.

—Pero el único problema es que tarde o temprano todo regresa a la normalidad—vuelve a mojar el paño—. De repente no eres nada especial, eres solo tú.

—Detente, ¿de acuerdo?

—Y entonces es cuando comienzas a preguntarte; ¿hasta dónde tendrías que ir para recuperar ese sentimiento?—Jen frunce el ceño otra vez más antes de mirarla.

—No es lo mismo—susurra mientras hace una mueca y rueda los ojos.

—No hay vergüenza en aceptar lo que eres, Jennie.

—Lo hice para preservarnos, no tuve alternativa—ella ríe escandalosamente y comienza a acunarse.

—¿Alguna vez te preguntaste; por qué de todas las chicas en el mundo, tú te excitas sexualmente por mi?—ella ignora esa pregunta—Y crees que eso es qué, ¿una coincidencia?—Jennie no le contesta—Tú y yo nacimos para hacer esto—nuevamente la observa con enfado.

—No actúes como si supieras algo de mi—le murmura con frialdad y se agacha para enjuagar el paño.

—Sé que una persona normal encuentra una confesión homicida y va a la policía—alza la voz y aprieta el agarre de las rejas—, no a PetSmart.

—Oh, si, "perdón, oficial, ¿ves a esa chica por allí, la mesera? Ella es Hannibal Lecter, ¿y sabe cómo lo sé? Entré en su apartamento y robé su mierda"—la chica lo observa con burla mientras la escucha hablar—. ¿Piensas que eso funcionará?

—Oh, ¿y el plan b es secuestrar?—vuelve a reír y tira la cabeza hacia atrás.

—Porque la alternativa era verte lastimar a alguien más—se acerca a ella lentamente.

—Oh—asiente levemente—. Lo bueno es que nadie se lastimó—observa a su alrededor hasta que la mira.

—Fue un accidente, te lo dije—se voltea para continuar limpiando. Lisa no para de ver todo esto con gracia, como si estuviera en una función de circo.

—Enfréntalo, Nini—se acerca—, esto no era acerca de salvar vidas, te gusta esto—apoya la cabeza en las rejas—, te gusta tener esa clase de poder, decidir quién vive y quién muere—Jennie se vuelve a acercar a la jaula y se coloca de cuclillas.

—Lili, no es muy tarde. Te puedo salvar—está se queda en silencio y le observa las manos aún manchadas de sangre las cuales agarran las rejas.

—Puede que no puedas salvarme—susurra con tono lastimero, como solía hacer Rose. Alza la mirada a los ojos avellana de Kim y sonríe levemente—, pero puede que yo deba salvarte a ti—deja una mano sobre la suya hasta que la agarra y se la lleva a su mejilla para luego cerrar los ojos.

—Por favor, Lili—le dice en un intento de alejarse de ella, pero no puede, aunque ni siquiera se inmuta. Observa cada movimiento que hace la joven y frunce el ceño cuando ve que se lleva uno de sus dedos a la boca y comienza a chuparlo como si de un pene se tratase, y sin embargo, a ella le gusta que eso, le calienta, mejor dicho. Rápidamente Lisa le lleva la mano a su entrepierna y entreabre los labios mientras jadea.

—Caliéntame nini, tengo frío—Jennie  vuelve a fruncir el ceño y esta vez sí se aleja. Un sollozo falso se escapa de los labios de Lisa y sorbe a nariz—. C-creí que me amabas—la mira.

—Lo hago—ella le da la espalda—. Te amo, Lisa—se acuesta y la ignora para luego fingir que llora en silencio—. Lili, nena—vuelve a llamarla pero no le contesta, y Jennie se cansa. Se levanta y agarra sus cosas para salir de la habitación.

𝚖𝚊𝚜𝚌𝚘𝚝𝚊(Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora