Otra vez la oscuridad.

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Pov de Janette.

-¡Vete al diablo Janette!

-¡Sólo si tú me guías Elliot!

-¡Púdrete!

Endiablada tomé mi helado y se lo tiré a Elliot dándole en su hermosa u cara camisa blanca, manchándola de helado de fresa.

Elliot me miraba como si quisiera matarme. De pronto se acercó lleno de furia y yo estaba más que dispuesta a bajarle lo paradito de un trancazo, pero para suerte suya Gabriella se metió entre los dos, vaya y el día de hoy estaba muy inoportuno.

-Se calman los dos, estamos en un lugar público, no hagan relajo. -regaño en voz alta.

Le mandé una mirada de cállate-si-no-quieres-salir-mal-parada y muy sabiamente ella se calló. Recapitulando la situación, justamente después de que Wolf se fue, Elliot llegó con el diablo adentro gritándome como si fuera mi novio que qué hacía yo con él, Elliot podrá ser mi mejor amigo pero ni mis padres me controlan con quién ando ni él lo va a hacer, así que si quiere andar controlando la vida que alguien que se compré un perrito y le ponga la correa, porque a mí chulito, no.

-Escúchame bien Elliot Alexander Payne, tú que vuelves a gritarme y...-

-Y yo te parto la cara. -me interrumpieron dos voces al unísono.

Al voltear me encontré con Jodah y...ah sí, el chico al cual le día un puñetazo. Que divino, yo casi le parto la cara y él me está defendiendo. Lo adoro. Volviendo al tema inicial, me puse enfrente de los dos amigos de Wolf y me crucé de brazos. Elliot me miró enojado e intentó acercárseme pero rápidamente lo tomé del brazo y lo derribé al suelo, está de más contar que toda la cafetería nos miraba con gran atención. Levántela cabeza de Elliot el alto suficiente para poner mis labios al lado de su oreja.

-Escúchame capullo, te calmas o te calmo. -susurré.

Solté a Elliot y me largué de la heladería, claramente tomé lo que quedaba de mi dinero, cortesía de Gabriella.

Iba caminando furiosa, si hay algo que detesto es que me controlen, puede que sea joven pero soy muy independiente, sé cuidarme sola y no necesito que alguien esté detrás mío cuidándome. Y hablando de eso, me giré y crucé de brazos al ver a esos dos, Jodah y el otro, detrás de mí. Ambos palidecieron al verme descubrirlos. Pensando que tal vez los perdería de vista me eché a correr, corría lo más rápido que mis piernas me dejaban, y terminé en el bosque. Al llegar a la cascada me derrumbé en el suelo tratando de regular mi respiración, a los pocos segundos después aparecieron idiota 2 e idiota 3.

-Eres rápida...para ser humana. -comentó jadeando idiota 3.

En ese instante me puse de pie, ¿para ser humana? No creo que esos dos sean alienígenos, y si lo son, son unos bien sexys. Iba a preguntar cuando otra presencia se acercó. No sabía descifrar quién era, pero conocía esa aura, era fuerte.

-No deberías juntarte con los sarnosos, Marie. -advirtió una voz desde la sombra.

Inmediatamente supe quién era, Scott, lo conocí cuando tenía ocho años, me había perdido en una feria y ese tipo me ayudó a salir hasta llegar a mi casa, desde ese instante lo veo muy seguido, pero sé que él es diferente, hay algo que me dice que Scott no es...humano...al igual que Wolf. Dios, estúpidos y sensuales desconocidos.

-¿Qué hace aquí un hijo de la noche? -preguntó gruñendo Jodah.

-Marie, ven conmigo, tenemos que hablar. -dijo ignorando a Jodah.

No sabía qué hacer, Jodah y el otro estaba enojado apenas vieron a Scott, y por el otro lado ya conocía a Scott, iba a estar segura con él. Ambos lados se fueron acercando a mí y de repente los sonidos de mis pesadillas comenzaron a inundar mi cabeza, mi respiración se cortó y caí sobre mis rodillas. Los chicos y Scott se asustaron, pero cuando iban a acercarse me alejé de ellos, no podía tenerlos cerca.

I'm Only Human.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora