Rain Stars

5.8K 770 408
                                    

Primera vida del Jimsu de Bliss

*

*

*

Yoongi se estiró sobre si mismo y sus músculos rígidos parecieron tronar. Afuera, la mañana ya alumbraba las cosechas y el rocio hacia centellar el verde follaje. Mirando todo el desastre a su alrededor, arrugó el entrecejo. Con pereza se alzó de su lugar, ordenó un poco, teniendo especial cuidado con sus recientes notas y desfiló fuera de la habitación. Pensó en pasar por la cocina, pues el aroma de comida ya estaba presente.

Había pasado la noche investigando, él hambre era tal que sentía un agujero en el estómago, sin embargo, la fatiga era aún más.

-Señor. -una criada que se cruzó en su camino, le saludó. Él respondió con un asentimiento y continuó caminando.

-Disculpe, señor, el desayuno está listo ¿no quiere comer? -ella preguntó tímidamente. Yoongi sonrió de medio lado, pues sus empleados se empeñaban en cuidar de él.

-No, gracias, Adora-ssi. Pero Uhm...-Yoongi intentó concentrarse, sus ojos apenas se mantenían abiertos -Que me despierten a medio día, debo ir a recolectar hierbas...

La empleada asintió y sonrió, haciendo una reverencia, Yoongi se la respondió, o eso creyó. Cuando al fin se cubrió con el edredón, cayó en un profundo sueño.

Cuando le removieron con cuidado, sintió que apenas había cerrado los ojos. El mal humor estaba al borde de su conciencia.

Haciendo un mohín, miro a su alrededor, donde una bandeja con comida esperaba por él. Sonrió un poco, tomó la taza de té y las cuatro mandarinas, ignorando todo el resto.

Luego de lavarse y adecentarse salió con camino al campo. Todos y cada uno de sus trabajadores le saludó, dedicándole una reverencia y una sonrisa.

Min Yoongi era un joven omega de veinticinco años, quien quedó a cargo de la hacienda Min a la edad de quince, pues sus padres fallecieron en un repentino incendio. En ese entonces, Yoongi se había recién presentado, él creyó que su mundo se vendría abajo, sin embargo gracias al indudable apoyo de sus padres, quienes aún cuando vieron que su hijo era un omega hombre, le brindaron todo su cálido amor, sin embargo, el padre alfa de Yoongi al ver los prejuicios que recaían sobre su hijo, prometió que encontraría alguna forma de de hacer que se sintiera cómodo consigo mismo. Como un sabio de la medicina occidental, el alfa se embarcó en una búsqueda que jamás pudo terminar. Desde ese momento, Yoongi siguió los pasos de su padre, pero también continuó con la labor de cultivo de su madre, dando así más de cien puestos de trabajo, siendo totalmente independiente de su estatus biológico. Es por eso que cada uno de sus trabajadores le tenia tanta admiración y siempre procuraban cuidar de él, aún cuando él jamás dijo nada.

Aquel día, el sol pegaba fuerte, su piel se sentía tensa y su lobo estaba inusualmente inquieto. Con premura, sacó las cuentas, dándose cuenta que su ciclo de calor estaba a menos de siete días. Un poco de desesperanza Inundó su corazón cuando supo que tendría que pasar otro tedioso celo él solo, sin descubrir la cura a su calvario.

Mirando sus notas, decidió a no rendirse. Con pasos lentos, rastreó la maleza, en busca de aquella hierba que sabía, podría funcionar.

Cuando el sol fue decayendo cada vez más en el cielo, y su abanico ya no le brindaba la frescura que necesitaba, supo que debía volver. Quizás su celo se había adelantado, pues cada vez se sentía más abochornado y sensible. Cuando llegó a sus aposentos, sus empleadas más cercanas se apresuraron a recibirle, notando el estado del omega.

Yoonmin Week [2020]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora