Sí... pero ya me tengo que ir

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        El sol hacía acto de presencia cuando decidieron ir a dormir. Habían pasado una noche con intensos sentimientos y charlas tan profundas como, bueno... ustedes pueden imaginarse que tan profundas fueron. Hasta esta simple narradora quedó maravillada con la conexión instantánea que se activó entre estos dos seres. Es más impresionante que solo hayan sido novios un par de semanas.
        El estómago hambriento de Ivan fue la alarma que retumbó en sus adentros a las dos de la tarde. Se levantó del sofá y en un par de pasos se hallaba en la cocina. Inclinó el cuerpo para echar un vistazo al cuarto y percatarse de que Lorelei aún disfrutaba del país de los sueños. Se sonrió. Rápidamente abrió la nevera y con lo que pudo encontrar se preparó un sándwich.
        Pasaban las cuatro de la tarde cuando Ivan estaba listo para partir. Lori dormía aún. En una especie de chiste interno recordó a Alicia en el país de las maravillas, porque así llamaba a Luli después de despertar de una siesta de cuatro horas o de una noche de descanso de diez. Se le hacía tarde, y no quería despertarla. Pensó en dejar una nota pero se sentía como si no fuese lo correcto. "¿Y sí me quedo? Imposible, Jessica me necesita" se dijo reconsiderándolo todo, pero más pertubador fue pensar en el único hecho de que si consideró quedarse, dada su situación, algo más está pasando entre ellos.
        "¿Y por qué me siento tan triste de irme? Se preguntó impactado.

Queridísimo ExWhere stories live. Discover now