August se paró frente la taquilla de ella. Observó los alegres colores que conformaban la puerta de metal y los distintos tipos de atrapa sueños que le daban un toque aún más dulce.
Sacó la libreta donde estaban las "lindas" nubes grises y garabateó una nota. Después la escondió dentro de la taquilla. Observó una vez más.
–¿Me dejarás abrir mi taquilla, o eso también es una pérdida de tiempo?
–De igual manera, ya me iba–contestó el rubio.
Encendió un cigarrillo y comenzó a andar por el pasillo. Pero regresó.
–¿Te veré después, Peace?
La chica pelirroja escondida en sus cabellos, alzó la cabeza y lo miró.
–Eres mi pareja de química–se encogió de hombros.
Eso no era lo que esperaba, pero de igual manera, dio una calada y se alejó por el pasillo. No lo vio. Pero ella sonrió.
***
Cuando entró a su departamento, tomó la correspondencia y se dedicó a calentar el último paquete de macarrones con queso.
Él sabía que su vida estaba creada a base de pequeñas cosas, de desgracias y de alegrías, pero importaba muy poco, solo contaba el tiempo para salir del país y viajar a cualquier parte del mundo. Era un sueño, pero él no lo consideraba así, era para el "plan de vida".
–Hey, hermanito, se acaba de ir el agua caliente, deberías hacer algo útil e ir a ver–sorprendió su hermano menor. Jay.
–¿Qué haces en mi departamento? ¿Y con poca ropa?
–Mamá creyó que necesitabas algo de compañía–explicó el castaño–. Y no niego que ocupes compañía, traté de hacerle entender que en realidad ocupabas un buen acostón.
–No necesito compañía. Y NO, necesito un acostón–se adentró en su habitación–. Cuando despierte, no quiero ver tu sucio culo aquí.
Y cerró la puerta, dejándose caer en la cama, desapareciendo en una nube gris...
Despertó sudando y sin respiración. Él había escapado, pero ella había desaparecido. La había abandonado. Nadie entendía, ni si quiera él.
Se hizo una taza de café, tomó el pequeño sobre blanco y con manos temblorosas lo abrió esperando leer el contenido que había tratado de ocultar.
«Resultados de análisis»
–Onirofobia–leyó. A penas eran las 2:00 a.m–. Miedo intensivo a los sueños.
Tomó desesperadamente de su taza de café, y pronto se encontró dibujando nubes grises. Y pensó en ella. Pensó en sus estúpidas telarañas. Y pensó que ella no era una pérdida de tiempo.
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dreamcatcher
Short Story-Vamos, olvidemos los sueños-suspiró el. -Vamos, olvidemos tu mierda de pesadillas-replicó ella. Ella creía que los sueños eran estrellas, y el creía que los sueños eran una pérdida de tiempo.