–Estúpida carcacha–se quejó Peace bajando del pequeño neón blanco.
Su auto a penas se había detenido a una cuadra de distancia de su destino. Cogió su abrigo del asiento trasero y la bolsa negra que había olvidado que estaba ahí.
Le gustaba caminar por las calles de la ciudad, y más cuando se trataba de Diciembre, todos tenían la leve manía de adornar los arboles de la calle con luces led y encender los faroles antes de las ocho de la noche, y ella lo adoraba. Lograban hacer parecer la noche viva.
Entró en el local sosteniendo su abrigo. Sólo esperaba que August no le fallara, puesto que había considerado hermoso que le dejara una nota en su taquilla pidiéndole que asistiera a la pista de hielo de la ciudad.
–Creí que no vendrías–August sonrió y se sentó enfrente de ella.
–Sólo vengo por nuestro trabajo de química–escondió sus manos pálidas debajo de la mesa.
–¿Sigues molesta conmigo?
–Exactamente no, solo he tenido que mover mis horas de sueño por ti.
–Eso me halaga–rebuscó en su bolsillo mientras le seguía sonriendo–. Aunque vas muy rápido para ser la primera cita.
–No es una primera cita, jamás saldría con alguien que odia los sueños como tú.
Dejó un atrapa sueños sobre la mesa, tenía colores oscuros pero estaba lleno de estrellas.
–Lo hice yo mismo-Peace le sonrió creyendo que no era verdad–.Con tutoriales de Youtube, creo que... ¿Podemos empezar de nuevo, Peace?
–Me gustan las estrellas con nubes grises–respondió ella–. Y el helado de cereza. También duermo mucho.
Se observaron por un buen rato, el cabello platino de August le caía sobre su frente y parecía algo mojado. Fumaba un cigarrillo y su abrigo negro escondía el miedo que tenía dentro.
–Patinemos–pidió el.
–Creí que haríamos nuestro proyecto–susurró inocentemente Peace–. Además no se patinar sobre hielo.
El local estaba cerrando, pero de igual forma August la arrastró, pidieron dos pares de patines y se adentraron en la pista.
–Te dije que no sé patinar.
–Te prometo que después de esto trabajaremos en el proyecto.
Le tomó de la mano y la arrastró lentamente por el hielo, él iba delante de ella y observaba como su coqueto pelo pelirrojo le caía sobre sus hombros.
–Trabajo aquí. Este lugar me recuerda a la nieve. Como un sueño perdido.
–Eso es un muy extraño fetiche.
–Lo es–sonrió–. Walking away from this room dark and grey Smoke hangs in clouds and the old echo plays...
–...And the music is soft, and the voice it is hushed, and the boy he has loved...-siguió ella.
Solo Passenger podía obligarte a caminar en la lluvia.
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dreamcatcher
Short Story-Vamos, olvidemos los sueños-suspiró el. -Vamos, olvidemos tu mierda de pesadillas-replicó ella. Ella creía que los sueños eran estrellas, y el creía que los sueños eran una pérdida de tiempo.