El librero buscaba indiferente obras sobre el autor desconocido para él, dudaba tener ejemplares de sus libros, pero el anciano en el mostrador insistía en aquellos. Sus ropas eran extrañas y de ellas se desprendía un agradable aroma como de vainilla. Cansado, el librero se rindió en su búsqueda, le hizo al anciano un ademán insatisfactorio. El anciano se mostró descontento y habló a voces; Necesito esos libros, no tengo tiempo, o quizás no estoy en el tiempo correcto. ¡Busque, busque! Necesito escribir mi gran obra.
ESTÁS LEYENDO
El morador de las estrellas
Short StoryConcebidos en las entrañas del alma, mientras que la oscuridad consumía los últimos vestigios de la luz, "El morador de las estrellas" recopila una serie de microrrelatos, tejidos con las hebras de la incertidumbre y el desasosiego. Maculando las pa...