CAPÍTULO 2. QUE EMPIECE EL JUEGO

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Aquella había sido, sin duda, una de las tardes más duras que recordaba en los meses que llevaba trabajando en el local. Me había propuesto irme de puente aquel fin de semana, para visitar a mis amigas del pueblo, pero no podía decir que no a mis citas. César y Julián, una pareja de bisexuales que querían incorporar juegos de rol en su relación, venían a La Mazmorra para que yo los guiase como marionetas, mientras se masturbaban, penetraban, devoraban o masajeaban disfrazados de mil y un personajes. ¿Cómo iba a dejarles tirados? No, me reía demasiado con ellos. Tampoco podía dejar a Alex sin sus azotes o a Rodrigo sin su momento de ser enjaulado como un criminal...

Admito que a los eventuales no les cogía tanto cariño, pero estos llevaban conmigo desde el principio, una o dos sesiones por semana. Cada vez les conocía un poco más, sobre todo cuando salían de su papel de sumisión y dedicábamos los últimos minutos al aftercare. Ya sabéis, ese cuidado físico y emocional. Sé que muchas veces se espera ese momento solo en las relaciones de pareja (o amorosas en general). Pero en La Mazmorra no dejamos que nadie salga de allí sin haber recuperado la calma y asegurado que las heridas o moratones están bajo control.

Pero vuelvo a la historia, que me voy por las ramas y no estoy aquí para venderos el local.

El caso es que había cargado la semana más de lo esperado, tratando de condensar cinco jornadas en tres días intensivos. Había sido una locura. Todos los descansos que tenía eran para lavarme, cambiarme de vestuario y preparar la sala para la siguiente sesión. Las chicas se portaron y me dejaron usar la sala 2, aunque era la que tenía el sybian y las mejores camillas para los azotes sobre las rodillas. Gracias a ello pude relajarme de vez en cuando en las sesiones, sin perder autoridad o disciplina. A cambio, prometí a Ruby compartir su sesión con Don Gruñón, el señor que solo iba allí a que escucharan sus quejas, consiguieran una leve erección a base de calambrazos y que siempre ofrecía grandes cantidades de dinero por ver cómo dos de aquellas mistress se enrollaban "para él". Ruby le tenía cariño, ya veis que nos pasa a todas, así que desde que llegué me insistía para hacer eso realidad aprovechando que, en sus palabras, "tú sí que eres bollera del todo y podrás disfrutar de estas tetas con el vestuario que más te ponga". (Yo tampoco entiendo a Ruby del todo, y eso que llevamos ya muchos años juntas, así que no os preocupéis si os cuesta pillarle el punto). Paula simplemente dijo que ya usaría la sala la próxima vez y Sophi nunca utilizaba los extras de la sala 2, así que le daba igual. Una vez más, Lorena fue la que menos dijo al respecto, se limitó a organizarse con el resto de materiales y recordarme que había varios complementos para la silla sybian en el armario de la esquina, junto a las cuerdas y arneses de suspensión.

Cuando llegué a los vestuarios, me dejé caer en el sillón, cerrando los ojos como si pesaran kilos.

- Chicas, no vuelvo a hacer esto.

- ¿El qué? Sabes las normas, si no nos dices quién, puedes decirnos todas las locuras que te hayan pedido.

- ¿Qué? – Miré extrañada a Paula sentándome como una persona normal en aquel tresillo rojo de cabaret. – ¡No! No me refería a eso. Lo digo porque acabo de terminar con la última sesión de la semana y estoy muerta.

- Espera, ¿has terminado ya tu maratón? – A Sophi le hacía gracia considerar aquello un deporte. – ¿Tan pronto te das por vencida?

- Mira rubia, no empieces una guerra, que te saco ventaja; las enanas tenemos más energía.

Nos aguantamos la mirada unos segundos y rompimos a reír. Era nuestro juego preferido, hacer como que no nos aguantábamos y estábamos continuamente compitiendo por ser la Dueña del local. Ella era la mistress pija, como en las Spice Girls, yo... ¿había alguna bajita, loca y siempre de negro? No pegábamos ni con cola, vaya, pero nos habíamos hecho buenas amigas y estábamos todo el día con bromas del estilo. Yo me metía con su melena rubia, ella con mi estatura, yo con su edad, ella con mi falta de estilo...

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⏰ Última actualización: Nov 12, 2020 ⏰

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