el plan Murcia | parte 1

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- Que te he dicho que no, Flavio, lo siento - le digo por quinta vez exasperada.

- Samantha por favor - suplica él - no te lo estaría pidiendo si no fuera cuestión de vida o muerte.

- ¡Qué exagerado eres por dios!

- Habló...

- ¡Oye! - grito enfadada.

- Vale vale perdón - río cuando veo que se arrepiente al momento. Meterse conmigo no le va a ayudar precisamente a que diga que sí - Samantha por dioh, estoy desesperado.

- Ya te veo, ya - vuelvo a soltar una risita mientras lo miro divertida.

- Por favor, por favor, por favor - se pone de rodillas delante mío, con las palmas de las manos juntas como si estuviera rezando, y me mira con su mejor cara de pena - Samantha siusplau.... te lo compensaré.

Y entre que ha hecho el esfuerzo de soltar una palabra en catalán y que... ¿ha dicho que me lo compensará? Esto ya se empieza a poner interesante.

- ¿Qué tienes en mente? - le digo mirándolo des de arriba con los brazos cruzados y las cejas levantadas.

- Pues.... a ver - se pone la mano en la barbilla, rascándose los cuatro pelos que tiene por barba, mientras piensa desesperadamente una respuesta - Vale ya está. Si aceptas te paso los apuntes de todo lo que queda de semestre y así no hace falta que vengas a clase, te puedes quedar en la cama durmiendo, que sé que odias madrugar.

- Ay no Flavio, eso no, que me sabe mal.

- Pero si yo los apuntes me los haré igualmente para mí, no es ningún trabajo extra ni nada.

- Ya pero me sabe mal dejarte solito en clase mientras trabajas para mí.

Él suelta una carcajada y me mira sonriendo mientras ladea la cabeza de un lado a otro.

- Bueno pues hacemos una cosa.

- A ver, ilumíname - vuelvo a ponerme chulita.

- Yo te paso los apuntes como te he dicho, y así tú te ahorras transcribir las clases y todas esas mierdas, pero con-

- ¡Flavio esa boca! - lo corto regañándolo en broma.

Me encanta picarlo y ver cómo pone los ojos en blanco mientras suelta un suspiro. Adoro sacarlo de sus casillas. Él que es siempre tan correcto, que nunca alza la voz ni suelta ningún taco... y luego cuando está conmigo se le escapan constantemente.

He creado un monstruo.

- Oye pero déjame terminar - dice en un intento de enfado. Y digo intento porque está poniendo el puchero más adorable que he visto en mi vida, que más que imponerme lo que me da es una ternura enorme.

- Vale vale - digo aguantándome la risa - ¿Qué ibas a decir?

- Iba a decirte que te pasaré los apuntes de todo abril, mayo y junio como agradecimiento a que me hagas este favor, pero con la condición de que vengas a clase igualmente, así no me dejas solo y no te sientes mal. ¿Qué me dices?

- Mmm... me parece bien. Pero sólo los apuntes me sigue pareciendo poca cosa para el enorme favor que me estás pidiendo.

- Samantha por favoh, tu amigo se está ahogando en el mar y necesita que le echen una mano, o que le tiren un chaleco salvavidas, o que lo vengan a rescatar en lancha... - se lía él solito con su verborrea y no puedo evitar soltar una carcajada - bueno eso, que por favor necesito que me ayudes para no quedar otro año más como un pringado delante de toda mi familia.

N A D A - One Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora