2.Preludio

96 10 4
                                    

Él estaba ahí afuera esperando a que le abriera, me quedé helada pensando en qué decirle, que excusa inventaría, ya no había vuelta atrás.

Traté de guardar la calma y abrí la puerta, estábamos los dos en pijamas, él tenia una muy graciosa, lo ví y empecé a reir , eso me relajó un poco.

-ay, amor! ¿Por qué viniste? - le dije riéndome.

-Estabas actuando muy raro y me preocupé, linda- me dijo con un tono muy serio.

Entró a mi depar y yo había dejado de reír, él se paró frente a mí y ahí estaba yo otra vez pasmada sin decir nada, mirándolo, diciéndome internamente que ese era el hombre indicado a quien yo debía entregarme por primera vez mientras que mis dedos rascaban los pulgares de sus respectivas manos empuñandolas de vez en cuando.

Él estaba perplejo, me hizo el gesto que siempre hace cuando está curioso y confundido: alzó un ceja y levantó los hombros al mismo tiempo como preguntando qué sucede, hasta que al fin habló - ¿por qué estás tan nerviosa?

- ¿ah? ¿qué? - contesté extrañada

-Que ¿por qué estás tan nerviosa?- dijo con tono intranquilo-mueves mucho tus dedos y empuñas las manos, te conozco bien y estás nerviosa.

-Esteee - respiré hondo y él se veía asustado- ¿tú, me amas?- pregunté con una mirada de incertidumbre.

Él respiró por fin, respiró aliviado, se acercó a mí, me tomó de las manos y me contestó dejando ver su sonrisa e inclinándose hacia mi cara- ¿era eso? ¿te pusiste así por eso?-yo asentía con la cabeza y él continuó- por su puesto que te amo, te amo mucho, linda, pensé que tenías que decirme algo más grave.

Yo seguía con mi cara seria y le dije - yo también te amo, de hecho yo no había tenido sentimientos así de intensos por alguien antes y...- me quedé callada bajando la mirada.

- ¿y? ¿Qué me ibas a decir? - me preguntó con mucha curiosidad cogiendo mi barbilla y levantando mi cabeza.

Lo volví a ver a los ojos y seguí diciendole - y... n n no he podido dejar de pensar en aquella vez que nos quedamos solos ensayando.

Él sabía a lo que me refería y comprendió la razón de mi nerviosismo, su reacción fue de sorpresa y de felicidad al mismo tiempo, no dijo nada.

Nos miramos fijamente que no hubo necesidad de decir con palabras nada más.

Mis latidos se aceleraron, mi respiración se agitaba, yo veía sus ojos, sus labios, solo bastó unos segundos para saber que ese era el momento perfecto, a pesar de mi inexperiencia ya no tenía miedo.

Después de tener la mirada fija, él se acercó lentamente y colocó sus brazos alrededor de mi cintura y yo alrededor de su cuello. Entonces nuestros labios se juntaron en un beso dulce, delicado y suave que a medida que pasaban los segundos se iba intensificando junto con las caricias.

Estábamos parados en la sala y sentía como mi corazón palpitaba a mil por hora, como poco a poco algo dentro de mí se encendía y pedía más, me estaba excitando.

Frenesí I (+18 / J Hope, Jimin y Tú) PRIMER LIBRO⚠️COMPLETO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora