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-¿¡Dónde has estado todo este rato!?

Sarah Connor miró a John con sus intimidantes ojos celestes. Estaba preocupada por él. Su hijo había estado fuera de casa desde las cinco de la tarde, y ya eran las tres de la mañana.

-Con... Con Tim, mi amigo, lo conoces-mintió-.

-Pequeño niño mocoso-gruñó, dándole esa amenazadora mueca que tanto asustaba al pequeño-, llamé a casa de Tim y me dijeron que él estaba sólo en su casa.

Mierda, ¿qué mentira le podría decir ahora?

-Voy a dormir-dijo, mientras corría a su habitación y entraba-.

-¡John! ¡Dios!

Cerró la puerta, lentamente le puso pestillo y esperó unos segundos antes de dar un gran suspiro y tirarse de espaldas a la cama, estaba cansadísimo.

La verdad (muy resumida) era que su "yo" del futuro le había enviado un cyborg exterminador, sí, tan raro y fantástico como sonaba. Según él, su propósito era protegerlo, pero... ¿Protegerlo de qué?

Dios, y que hijo de puta que era el adulto John al saber que estaba en medio de la temida pubertad y mandarle al exterminador más ardiente. Hormonas disparadas por todos lados como pelotitas de golf cayendo de un balde.

El malnacido tenía complejo de fisicoculturista, y el hecho de que fuera todo suyo y que le pudiera ordenar cualquier tontera que se le ocurriera, y este le haría caso, lo tentaba aún más. ¿Habrá sido a propósito? ¿Quién sabe? Él mismo se conocía mejor que nadie.

No quería pensar más, estaba agotado.

Le preocupaba dónde podría estar el hombre que debía esconder de su madre, ya que, según ella, un cyborg de descripción similar había intentado matarla hace años para impedir su propio nacimiento, porque él sería el líder de la resistencia en el futuro y bla, bla, bla. No le creía ni un disparate de lo que aullaba, pero aún así no se iba a arriesgar a llevarlo a casa; su madre era muy fuerte. Era capaz de hacer cualquier cosa si se topaba con la máquina.

Pero, vamos, que hombre tan hermoso, no podía dejarlo ir por la simple razón de que su querida madre era una loca demente.

Le comenzaron a hormiguear las piernas de lo cansadas que estaban. Ese día había paseado con T-800 por todo Santa Mónica de la mano.

La misión del exterminador era, irónicamente, proteger al futuro líder de la resistencia en contra de Skynet, su creador. Entonces, la misión autoasignada de John era enseñarle cosas para que fuese más "humano"; y mientras paseaban, le había estado enseñando los diferentes tipos de relaciones humanas, como por ejemplo: desconocidos; conocidos; familiares; amigos; novios; matrimonio; etc.

T-800 no podía entender bien el amor. No sabía cómo una persona podía llegar a querer tanto a otra, y aún no comprendía la diferencia entre el amor de familia, de amigos y de pareja.

"-Ellos son amigos-le había explicado John, apuntando con el dedo a unos niños jugando en un tiovivo-, ellos son novios-apuntó a una pareja de adolescentes besándose en una banca del parque-, y ellas son familia-dijo, señalando a una madre y una hija caminando tomadas de la mano-. ¿Captas?

Apoyó el codo en una banca y le dio una sonrisa pícara como si fuese el chico más cool del universo.

-¿Y qué somos nosotros?

Quedó congelado, mente completamente en blanco, no tenía idea de qué decir.

-Amigos-luego de pensarlo un rato, le respondió con una sonrisa. Pero no estaba seguro de su respuesta-."

Y con la oreja en la puerta se encontraba la otra habitante de esa casa. Tampoco es que Sarah fuese una chismosa víbora que se entromete en los asuntos privados de su hijo, es que tenía que saber lo que él hacía en su ausencia. John era lo único que tenía y no quería perderlo, sentiría culpa si él estuviese haciendo algo peligroso y ella lo ignorara.

-No puedo esperar hasta mañana, no puedo esperar para verlo de nuevo-dijo el niño entre resuellos dulces, mientras agarraba un pequeño cojín y lo abrazaba-.

¿Verlo? ¿Ver qué cosa? ¿Ver a quién? ¿Qué escondía el perfecto chico de ojos pardos? Lindos ojos pardos que pronto se cerrarían para que su dueño descansara en un sueño profundo, estaba tan fatigado y ansioso por lo que iba a hacer el día siguiente que incluso olvidó ponerse su pijama para dormir. Iba a ver a su amado nuevamente y Sarah no tenía por qué enterarse de nada, el plan perfecto.

* "=flashback.

Boy LolitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora