Madrid ⭐

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Tan solo cinco chicas habiamos conseguido el pase VIP. Fue pura suerte que yo lo consiguiera, habiendo tanta gente conectada en cuanto salieron. Pero aquí estoy, sentada en el asiento del AVE que me llevará a Madrid, que me llevará a ellos. El viaje sería de 3 horas, y voy sola. Mi padre decidió quedarse en casa, como regalo de cumpleaños. Y si, mi cumpleaños será dentro de 2 días, el día del evento.

Apoyo mi frente en el cristal de la ventanilla, deseando que se termine ya el viaje y pueda echarme en la cama del hotel a descansar. El señor que iba al lado mío se ha dormido y ronca con ganas, y desearía poder meterle un calcetín en la boca para que se callara. Pero no lo hago.

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Una voz femenina me despierta. Por los altavoces del tren anuncian que hemos llegado a Madrid, y yo me levanto con ganas, deseando salir de aquí. Cojo mis maletas y me bajo, pegando saltitos. Llamé a un taxi y le dí la dirección de mi hotel.

—Es un hotel bastante bueno, la verdad.-Dice asintiendo.

—Mas les vale, me costó un dineral...-Recuerdo todos los meses en los que guardaba en el pequeño bote de la habitación mis 10 euros de paga y cerraba el bote para que nadie, ni siquiera yo misma, tuviera la tentación de cogerlos.

—Bueno, todo lo bueno nos cuesta algo.-El taxista me sonríe y yo hago una mueca.

—Espero que así sea.

Y si pasa algo? Y si cuando les voy a conocer se cancela el evento? Y si hubo algún problema y no me puedo quedar en el hotel? Suspiro y sacudo la cabeza. Oh, vamos ____, no pienses eso...

Llamo a mi padre para avisarle que ya voy de camino al hotel. Al tercer pitido me contesta.

—_____!! Mi pequeña!! Cómo estás? Has llegado al hotel? No hubo ningún problema?

—Tranquilo, papá, estoy bien.-No puedo evitar reirme ante su impaciencia.—Y no, aun no he llegado al hotel.

—Estas contenta?

—Cómo no voy a estarlo, papá?-Pude imaginar su media sonrisa.—Cómo está la abuela?

—Sigue igual, no te preocupes.-Dice. Realmente espero que sea así. Mi abuela está enferma, no  sabemos cuanto le queda, aunque rezamos para que sea mucho.—Bueno, hija, te dejo, que tengo que ir a hacer la compra.

—Vale papá, te quiero.

Se despide y cuelgo, justo cuando el taxista se para delante de un gran edificio.

—Bienvenida al hotel Holiday, el mejor de la zona.-Me dice, sacando mis maletas mientras yo miro asombrada el gran hotel.—Son 10 euros.

Le pago y entro al recibidor, mirando alrededor.

—Buenos días y bienvenida.—Me dice sonriente una chica de la Recepción.

—Tengo una reserva, para 4 días...-Saco un papel y mi DNI y ella lo observa y asiente.

—Así es, dejeme comprobarlo...-Teclea algo en el ordenador y sonríe.—Efectivamente, tiene usted una reserva a nombre de Fernando García.

—Sí, yo soy su hija.-Explico.

—Sí, aquí nos consta, tranquila.-Sella el papel y me lo entrega, junto a una tarjeta.—Necesita alguien que la acompañe?

Niego con la cabeza y se lo agradezco sonriendo. Cojo mis maletas y tomo el ascensor hacia la planta 6. Según la tarjeta mi habitación es la 256.

Al salir del ascensor dos niños pequeños casi me atropellan y me tengo que echar para atrás para no tropezarme con ellos.

—Tonto el último en llegar abajoooo!!-Grita el niño, apretando con fuerza el botón 0.

—No vale!! Tu cogiste el ascensor antes!! Se lo diré a mamá!!-Exclama la niña pegando patadas al suelo.-Jope...

Me aparto riendo y voy por el pasillo buscando mi habitación. Estaba tan concentrada mirando los números de las puertas que no me fije en un chico que caminaba hacia mí mirando su móvil. No me fijé en él hasta que chocamos.

(Aviso, las converaciones que tengan un asterisco delante, son habladas en inglés. Perdón por la interrupción )

* —Perdón, no estaba atento y...-Dijo que chico con un notable acento americano.

Llevaba una camiseta blanca con California escrito en ella, y encima llevaba una sudadera de beisbol negra, con unos pantalones vaqueros y unas Vans rojas. Llevaba dos pendientes negros, y tenía los ojos achinados. De que me sonaba tanto?

*—También fue culpa mía, perdoname.-Le sonrío y él asiente.—A...Adiós.

*—Un placer chocar contigo.-Dijo, antes de empezar a andar de nuevo y sonreír.

Reí tímidamente y seguí mi camino. Pero en mi cabeza, su cara me daba vueltas. De qué le conozco?! Dónde le he visto antes?!

Encuentro mi habitación (POR FIN!!) y entro ansiosa por verla.

—Oh... Dios...Mío...-Susurré al ver la habitación entera.

Tenía un pequeño recibidor que llevaba al baño y a la habitación. El baño era enorme, y la habitación... Bueno, digamos que era ENORMEMENTE ENORME!! Tenía una cama de matrimonio, un pequeño sofá, un escritorio y una televisión. También tenía una ventana gigante desde la que se podía ver casi todo Madrid. Dejé caer mis maletas y me eché en la cama.

—Todo lo bueno nos cuesta algo...-Susurro para mi misma, no pudiendo reprimir una leve sonrisa de satisfacción.

Goals (Matthew Espinosa y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora