Acto tercero

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JACK:

No se que hize mal el estaba en la cama pensando y susurrando al parecer era un poema o una canción... Lo que mas me dolía era ver sus ojos a punto de llorar.
-amor... Le tengo miedo a los mounstros de esta casa... Yo solo quiero que nuestro barco salve nuestros cuerpos y seamos felices...
Por favor deja que me diga querido -

Me llene de valor y entre a la habitación lentamente me acerque a el y le abrace de na cintura y susurrando le dije

-querido... Aun cuando nosotros estemos gritando y suene igual que los gritos de los demás no debes preocuparte ya que nuestro barco nos salvara... Por lo tanto no temas ya que estoy aqui-

El pequeño sorprendido quería huir pero lo abrazaba fuertemente. Sus ojos apunto de llorar y pedir que lo soltara pero antes de que lo hiciera le pedí que se quedara conmigo, después de unos segundos el accedió a mi petición y simplemente me dejo estar a su lado. Su olor, su piel tibia, sus cabellos el era hermoso, el me quita el sueño simplemente no puedo estar lejos de el, el es especial.

MARCUS:

Decidí acceder y después de un momento comencé a sentirme raro, miraba el techo tratando de buscar mi corazón pero no lograba encontrar, solo lograba mirar sus brazos que pasaban sobre mi cuerpo... Aunque todo esto que se atoraba en mi garganta no pensaba decírselo. Pero no se que tenia el que poco a poco se convertiría en mi mundo. Y así sentí como toda la noche paso, todas las horas de aquella noche no tuve las cosas muy claras pero sin embargo me levante antes, me vestí y trate de cocinarle algo pero me dolía mi cuerpo pero sin importar el dolor me dirigi a la cocina. Cuando pretendía comenzar a cocinar Jack se acerco a mi y me abrazo y con una leve sonrisa trato de ayudarme... Hahahahaha no de hecho no solo se dedico a tocar mi cuerpo.
-te necesito-

Jack dijo eso para después tratar de sentarse en la mesa, coño mas que un objeto sexual de este perro viejo era y sin embargo yo estoy como idiota cocinándole cuando el tiene un mayordomo.

El timbre sonó y decidí atender ya que el mayordomo al parecer aun no despertaba o no aparecía o simplemente estaba ocupado con otros asuntos. Al llegar a la puerta me encontré con quien se volvería mi rival, esa mujer que inmediatamente odie. Era una mujer al parecer de la edad de Jack de pelo castaño, mas alta que yo, con unas curvas bastante provocativas, con tacones , vestido y con un maquillaje bastante sensual, una ramera en pocas palabras.
- hey niño esta Jack???-

Cuando estaba a punto de responderle Jack apareció y con un cigarro en la boca fue a hablar con ella, sentía una molestia que podía controlar pero dude cuando la maldita se empezó a encimar en el esto en definitiva no era bueno. De repente el me tomo y le aclaro a la ramera que solo le interesaba una persona y era yo.

El perro moribundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora