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Lo ve revisar con desesperación el refrigerador.

-Lo vi votarlos esta mañana- hablo despacio, en otra ocasión no se lo diría pero estaban en otoño y el fresco de la mañana más el frío de la nevera no le parece sano.

Azota con brusquedad la puerta del electrodoméstico y casi lo ve echar chispas.

-¿Quieres?- le muestra las barritas nutritivas y bajo en grasas que su padre siempre les compra. Él niega y se marcha a paso rápido, no puede evitar hacer una mueca, preocupado por su salud.

A diferencia de su hermanito sale despacio y calmado. Sasuke nunca a ocultado el desagrado al subirse en la limusina especial de su padre, así que siempre sale temprano para ir caminando.

Baja con cuidado, agradece al conductor y continúa su camino, sonriendo al ver a su hermano en la puerta principal junto a su rubio amigo.

-Hola Naruto- saluda con respeto, es menor que él pero sigue siendo un alfa por lo que debe tratarlo como tal, dirigiéndose primero a él que a otro, como dice su padre.

-¡Hola Itachi!- hace una reverencia algo exagerada provocándole una risita, Naruto es un alfa diferente a todos, un fuera de serie, un tipo que no le importa todo eso. Razón por la que se lleva bastante bien con Sasuke -¡Luces bien! Bueno tu siempre luces bien, ¿verdad, bastardo?- son amigos, se demuestra con el simple hecho de que el Uchiha no le haya golpeado por lo último. No usan los insultos como ofensas reales, eso resulta ser la única manera en la que ambos raros parecen entenderse.

-Fabuloso, ¿entramos?- pasan de largo al grupo de alfas, aunque Itachi no puede evitar bajar la cabeza, crianza de su padre.

Ellos son de nuevo ingreso por lo que en el primer edificio se separan.

-¡Ey!- voltea y observa al rubio que sonríe nervioso -yo quería saber si no te molestaría que almorzaramos juntos.

-Claro Naruto- se despide y continúa su camino mientras el otro se queda pegado en su lugar pero volando en su imaginación.

-Oye tarado, llegamos tarde- le golpea sin delicadeza para sacarlo de sus sueños.

-¡Sasuke! ¡Dijo que sí!- le abraza con fuerza y el otro se remueve al notar que el gritón a llamado la atención de los que pasan.

-Ya almorzamos juntos- arque la ceja, no entiende el logró y cuando ve esos ojos de perro sin esperanza suelta un bufido -que horror- rueda los ojos y empieza a avanzar a su clase, ya no tiene ánimos para esperar al atolondrado.

-Tengo que demostrarle que no soy un niño, si no un alfa. Uno que vale la pena, odio mi edad y que Itachi sea tan perfecto no ayuda... ¡pero prometo que ganaré! Le demostraré a él y a tu padre ¡que esta en las mejores manos!

-Si, si, si. No era necesario el discurso- no voltea a verlo en ningún momento.

-¡Gracias! Quién diría que sí tienes corazón- continua burlándose hasta que llegan a su salón y el profesor Asuma los regaña por el retraso.

¡Gracias por leer! 🦄♥️

Un omega "perfecto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora