one and only: purpose.

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Taeyong amaba a sus amigos.

 eran 9, como el grupo dinámico, la energia de cada uno, etc. Agradecía a cualquier fuerza por dejarlo conocerlos cuando era apenas un Joven solitario en los últimos años de la escuela con debates mentales y momentos difíciles. Las amistades pueden cambiarte la vida por completo, puedes cambiar a alguien para bien, puedes crecer como persona y volverte más fuerte; eso sí que lo supo cuando los conoció. 

Ahora estaban ahí, cursando sus primeros años de universidad y todos los días de su existencia le sonreía a la vida por haber puesto personas tan alegres y empáticas en el arduo camino de la vida. 

Bueno, no había conocido a todos los 9 por tanto tiempo. Había alguien nuevo en aquel vivaz grupo que tuvo una profunda impresión en él. 

Su nombre era kim dongyoung, doyoung de cariño. Había llegado a sus vidas hace unos 4 meses atrás, cuando lo vieron caminando de clase en clase sin muchos acompañantes pero con una sonrisa enorme que podría iluminar hasta el cuarto más oscuro. No era una persona antisocial, para nada. Simplemente, eso de construir relaciones no era su fuerte, pero hacía lo posible por que la persona que esté entablando una conversación con él pase un buen rato. 

Cuando Taeyong lo vio por primera vez, supo que era un chico realmente atractivo en toda la extensión de la palabra; desde su cabello negro como el cielo en la noche, ojos expresivos y dientes que se asemejaban a los de un lindo conejito. 

Solía visualizarlo de lejos; mientras leía un libro, mientras comía y sus mejillas se inflaban, mientras jugaba en su celular o escuchaba una canción y tarareaba con su angelical voz y ojos cerrados. 

Claramente, nadie sabía de una pequeña flor que comenzaba a emerger en el ser del joven Lee cuando pensaba en aquel extraño chico, el cual quería proteger de todo mal sin siquiera conocerlo del todo. 

Su primer encuentro no fue algo realmente poético, para nada poético la verdad fue un desastre. 

- ¡Lo siento! ¡Lo siento! juro que te ayudaré a limpiarla, no sabía que estabas ahí. Dios, que vergüenza. - El menor de los dos, doyoung, se hundía en una profunda vergüenza luego de haber tirado toda su gaseosa en la camiseta blanca de un chico que aún no había visto a los ojos por pura pena. Ya que todo su campo de visión era una camisa blanca, ahora rosa por culpa de su gaseosa. Genial, primera cagada del día. 

- Ah- ¿Qué haces pidiendo perdón? son cosas que siempre pasan, solo tenemos dos ojos, no te culpes que me harás sentir mal. - Juró sentir su corazón dejar de latir cuando vio de quien se trataba. Sonará cliché, pero realmente pasó. 

- Pero acabo de dañar tu camisa BLANCA - enfatizó la palabra blanca, no podía creer lo que acababa de hacer. 

- Ok, tengo demasiadas camisas BLANCAS - él también enfatizó la palabra como broma haciendo que la pena de doyoung vaya desapareciendo poco a poco - No hay problema en serio, tengo una de repuesto. - sonrió un poco provocando la sonrisa del otro chico 

Por parte de Doyoung, sí, sabía de la existencia de Lee Taeyong desde hace más de un mes; sabía lo amigable que era con cualquier persona que se le cruzara, lo guapo que era cuando practicaba baloncesto con sus amigos, como sus ojos brillaban cuando hablaba de cualquier cosa que amara o la pasión que le ponía a cualquier cosa, hasta la más mínima de ellas. 

Le llamaba ''reflejo'' o un simple ''error'' que le guste apreciarlo mientras hacia las cosas cotidianas de la vida en su universidad, verlo caminar con audífonos en los oídos mientras bailaba suavemente o verlo reír con sus amigos.

le gustaba lo cálido que se sentía su pecho cuando lo apreciaba

- Lo sientoTaeyong vio como sus labios se curvaban hacia abajo. Su interior era una bomba de emociones, no sabía que estaba experimentando pero lo último que quería era verlo triste. 

🛸 ...  just one (1) kiss ¿right? taedo  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora