bunny | jeon jungkook & tú

Capítulo 10

—¡YoonGi! ¡No lo persigas a Jimin!.—grite intentando alcanzar a YoonGi.

—¡____! ¡Ayudaaaaa!.—grito siendo perseguido por YoonGi.

20 minutos atrás.

Luego de dejar a JungKook descansando en casa, tome el auto y conduje hasta la casa de Jimin, le pedía a dios de que YoonGi al see adulto no haga ninguna idiotez, pero al llegar a la casa de Jimin y intentar tocar el timbre ya escuchaba los gritos de Jimin, entre en pánico así que hice lo que las chicas de los libros hacen cuando quieren habrir una puerta y no tienen llave.

Sip, use el clip de pelo.

Y saben que, ¡Funcionó!.

Cuando abrí la puerta ví a Jimin siendo perseguido por YoonGi, no lo pensé más y empecé a perseguirlo para poder detenerlo.

Y justo donde empezamos.

No podía estar todo el día persiguiendo a YoonGi así que tenía que hacer algo rápido.

—¡JIMIN NECESITO UNA SOGA!.

—¡ESTA EN EL GARAJE!.

Corrí al garaje y empecé a buscar la soga, hasta que por fin la conseguí, corrí de nuevo hasta los chicos y de un movimiento rápido agarre a YoonGi con la soga tirandolo al sofá para poder amarrarlo bien.

—¿Estás bien Jimin?.—pregunte mirándolo.

—Si... Estoy bien.—dijo agitado de tanto correr.

—Bien.—mire a YoonGi el cual tenía la cabeza agachada— ¿YoonGi? ¿Estás bien?.

—Me siento mal...

—Tranquilo, traje algo para que puedas calmarte.—dije y de mi bolsillo saque el frasquito y la jeringa, con eso lo insecte en su pierna— Bien, ahora solo tiene que calmarse, comer algo y nada de alterarse.

—¿Lo llevamos a mi habitación?.

—Si, ayúdame a llevarlo.

Jimin y yo lo levantamos para llevarlo a la habitación  de Jimin, lo acostamos en la cama.

—Hazle algo de comer, ¿Bien?.—asiente— Llámame si algo sucede, nos vemos luego Jimin.

—Gracias Noona.

Le sonrió y salgo de la casa en camino a mi auto, hasta escucho que alguien grita mi nombre, creí que era Jimin pero al darme vuelta, ví a Félix correr hacia a mi.

¿Por qué?.

—¿Félix?.

—Hola, ____.—sonríe.

—Hola, ¿Necesitas algo?.

—En realidad, no, solo... Quiero saludar.—baja la mirada.

—Oh está bien.

Que incómodo, ayúdenme.

—¿Puedo hacerte una pregunta?.—me mira nervioso.