Un amor dentro del infierno

Cap: 3

 De regreso esta vez después de entrar la dejo en cama sin atarla al darse cuenta que no seria un problema real, se fue de la cabaña donde vivía a pasear para pensar con claridad, recordando lo molesto que fue encontrarla desnuda en el bosque sin embargo la muchacha con la máscara comenzaba a tener curiosidad, no había visto ese tipo de experimentos antes, que una persona tuviese partes de algún animal. En horas de la noche volvió a casa, llego hasta la puerta de la habitación de invitados y entro sin más recibiendo un golpe en la cabeza, al momento del impacto el pedazo de madera quedo partido y la chica enmascarada aun en pie. Inexpresiva por fuera pero molesta por dentro volteo a la dirección de la joven gatuna asustadiza, horrorizada por haber fallado de tan desconcertante manera, poco a poco se agachaba temiendo lo que podría pasar, Alexa creando un ambiente siniestro desformo su brazo derecho a cientos de tentáculos oscuros, con uno cerro de bruscamente la puerta y con las demás se mantuvo encerrada junto con la chica que ahora gritaba frustrante, en una especie de juala hecha con aquellas extremidades, la distancia no existían en este espacio, la niña podia sentir la respiración de Alexa en su cuello mientras que esta desformaba su boca dejando ver solamente su mandíbula inferior, con pocos colmillos pero suficientemente filosos para atravesar la piel más gruesa, su lengua de tono azúl llego a lamer el cuello de la joven que soltó un chillido al sentir algo tan frío y baboso.

Dime mocosa ¿Quieres ver como te devoró lentamente, mientras ruegas ya morir y aún así tu alma no se despega de tu inútil cuerpo?

N-Nya... N-No.... No..

Se hizo más pequeña abrazando sus piernas con fuerza.

¿Creiste que soy payaso al cuál puedes matar con una simple rama e ir a una falsa libertad solo porque deseas huir del inevitable destino de la muerte? Eh? Que crees ahora? Te guste o no. ME PERTENECES....

El ambiente se heló por completo ante sus últimas palabras, deshació la juala levantándose y halo los cabellos de la chica que chillaba de dolor.

Di tu nombre...

Al no responder a tiempo, agitó su cabeza y repitió.

Di tu nombre...

¡N-No sé!... No sé c-cual es mi nombre.. N-No tengo nombre....

De inmediato fue soltada dejándola caer al suelo, la más alta regreso a su postura original y se acerco a la puerta.

Entonces.. Catty será tu nombre desde ahora en adelante, este será tu cuarto y mañana empezará el trabajo que tengo planeando para ti...

Se escucho como después de retirarse la puerta fue asegurada con llave solo para dejar hecha trizas por dentro a la joven que sin fuerzas de seguir luchando, se quedo en el suelo de la habitación preguntándose si habría forma de que todo empeorará aun más.

3:30 AM

Su ojos se mantuvieron estáticos, fijos en dirección de la pared y su mente se encontraba en blanco, todo lo que ha pasado en su vida impedía que al menos tuviese una hora de sueño, todo fue un error tras otro, lo que hacia su pequeño anhelo de esperanza solo la enviaba a una peor situación, ya se había quebrado, ya no tendría más sueños a los cuales refugiarse porque todo se derrumbo sin más.

5:03 AM

Un poco de claridad se hizo presente en la habitación, aun tirada en el piso, Catty mantuvo los ojos abierto hasta que al fin el sueño ganó la batalla, su cola se movía muy ligeramente, la mañana fue acompañada con el ruido de los roedores correteando por la cabaña en busca de sobras, la neblina se mantenía en el bosque gracias al espesor del mismo siendo imposible que los rayos del sol disiparan la misma, se podía oír a los cuervos pelearse por comerse a los cadáveres guindados en las copas de las ramas. Solo los idiotas eran capaces de venir aquí, solo para morir, fuera del bosque se cree que la gente va a suicidarse dentro, debido a que la policía a intentado encontrar a las personas perdidas sin existo, perdiendo hasta los mejores reclutas, muchos casos fueron cancelados para evitar más muertes innecesaria, de las tantas que hay en este mundo.

8:42 AM

La puerta de la habitación de Catty fue abierta de mala gana por la dueña de la cabaña, ya la joven había despertado y se sentó mirando al suelo en dirección hacia la salida, Alexa, antipática la soltó encima unas prendas encimas.

Ponte esta ropa y luego sales a la sala...

Catty observó las prendas confundida, era ropa hogareña, cómoda, ligera, consistía en una simple franela y unos Jeans rotos hasta las rodillas, aunque se le hacía extraño prefirió no pensar demasiado en las prendas y se dispuso a cambiarse una vez retirada la contraria, salio de la habitación hasta la sala donde Alexa se encontraba en la parte de la cocina esperándola, al verla con aquella ropa se le notaba algo ancha pero fue lo más decente que pudo conseguirle, la tomo del brazo con un tentáculo acercándola lo suficiente, le puso un grillete en el brazo izquierdo e inició con enseñarle lo que tenía que hacer. Paso un tiempo hasta que la chica logro acostumbrase en gran parte a hacer las labores domésticas, aunque se mantenía en distancia con Alexa, su nueva vida era tranquila, demasiado y eso la incomodaba, siempre fue utilizada ya sea para expimentar o ser el juguete sexual de los hombres, por suerte, seguía virgen, pero dudaba que tanto tiempo iba a durar con la guardia baja, su día transcurría en cocinar y lavar de vez en cuando la ropa ensangrientada que le traían, pero en sí se dedicaba a limpiar la casa detalladamente, porque de esta forma se mantenía ocupada mientras Alexa no estaba, en la noche tenía que hacer grandes platos de comida ya que Raquel, la mejor amiga, venia a cenar con ellas, una vez que esta se iba a su propio hogar y Alexa se retiraba a su habitación, Catty lograba comer tranquilamente para luego limpiar una vez más la cocina e irse a dormir, cuando se encontraba en cama jugaba con el collar que le había puesto su primer agresor, aquel que intento violarla en ese mismo bosque, trato de quitárselo algunas veces pero nunca lo logró, odiaba tener algo de él, a veces le hacia pensar que aun seguía vivo y que estaba cerca, esperando el momento perfecto para saltarle encima y ella sabia que no podría hacer nada. Lograba consiliar el sueño cuando sentía un poco de claridad del amanecer, de ahí dormía tres horas y su rutina continuaba.